El siguiente capítulo de Neurozapping, el libro que estamos
leyendo, centra su atención en el síndrome de Tourette y utiliza Los Simpsons
para mostrar gráficamente algunas de las conductas clásicas del trastorno
neurológico.
Concretamente, hay una escena del capítulo 7 de la cuarta
temporada en la que Bart, el primogénito de los Simpsons, siempre tratando de
llamar la atención y evadiendo sus responsabilidades, finge padecer síndrome de
Tourette ante su profesora, la señorita Edna Krabapple, en su intento de evitar
hacer un examen. Se puede ver la escena de marras en el siguiente video.
En la escena, Bart emula algunas de las manifestaciones clásicamente
asociadas al síndrome de Tourette como son los tics motores, haciendo muecas exageradas con la cara o incluso
girando la cabeza. Este tipo de movimientos tónicos y descontrolados suelen
aparecer en la infancia y son comunes en el trastorno neuropsiquiátrico. Sin
embargo, el diagnóstico del síndrome también requiere la presencia simultánea
de al menos un tic vocal. En la
escena protagonizada por Bart Simpson se observan algunos bufidos y ladridos y
también alguna expresión malsonante (coprolalia) que emite, aparentemente, de
forma descontrolada.
Tal y como cuenta José Ramón Alonso en su libro, la
interpretación de Bart Simpson de apenas unos segundos no quedó exenta de polémica
tras la queja de Joshua Smith, un chico estadounidense de 13 años con el
síndrome de Tourette que se sintió ofendido y emprendió un camino, apoyado por
su familia, para enjuiciar a Fox, la productora de la serie. No sabemos quién
ganó la disputa entre la libertad de expresión y el derecho a la no discriminación,
pero desde luego que esta es una lucha de la más rabiosa actualidad.
El autor expone la historia del síndrome y presenta a la
condesa de Dampierre, aristócrata francesa, como la primera descripción de la
enfermedad. Esta descripción la hace Jean Marc Gaspard Itard en 1825, pero fue
más tarde Gilles de la Tourette quien recopila, en un artículo publicado en 1885,
una serie de ocho casos además del de la condesa de Dampierre, con el extraño
trastorno.
Gilles de la Tourette (1957-1904) |
Las causas que desencadenan estos tics motores y vocales aún
no son del todo conocidas. En principio eran consideradas personas poseídas por
el diablo que, o bien eran exorcizadas o bien acababan en la hoguera.
Posteriormente fue también considerado una patología hereditaria y, aunque
existen algunos factores genéticos asociados, también se han descrito algunos
factores ambientales que, si bien no provocan directamente la enfermedad, sí
que agravan la aparición de síntomas, como es el glúten. Por otra parte, se ha
asociado también como síndrome secundario a lesiones cerebrales.
Sin embargo, hoy día parece que la vera causa del trastorno
tiene una base orgánica a nivel microscópico, concretamente la síntesis y
secreción de neurotransmisores como dopamina, serotonina y norepinefrina en
algunas regiones cerebrales como son los ganglios basales, lóbulos frontales,
donde reside gran parte del control de la personalidad y el carácter y la corteza
cerebral, que entre muchas otras cosas controla los movimientos y la
articulación del lenguaje. Déficits o alteraciones en la comunicación neuronal
entre las neuronas de estas regiones encefálicas pueden ser las auténticas
causantes del síndrome que el prestigioso cirujano Jean-Martin Charcot, bautizó
con el nombre de su más avido y aventajado discípulo, el síndrome de Tourette.
Ideas para el
debate:
El juicio de los Smith contra la productora de los Simpsons
es quizás la parte que más me ha dejado pensando tras la lectura del capítulo y
por eso quiero centrar ahí la atención de los comentarios.
Vivimos actualmente, y me atrevería a decir que lleva siendo
así mucho tiempo, una continua batalla entre los límites de la libertad de
expresión y la ofensa/discriminación. Y mi pregunta es un poco trivial pero,
dónde están los límites del humor? ¿Hay que poner límites al humor? ¿Debemos
limitar ciertas cosas para que nadie pueda sentirse ofendido? ¿Debe alguien
controlar simplemente cómo se dicen o se muestran las cosas?
Evidentemente no nos podemos ir a los extremos y
evidentemente, también, entre la total libertad de expresarnos y el riesgo de
ofender/discriminar a algún colectivo hay todo un continuo de pequeños matices,
por lo que la frontera de equilibrio, de existir, debe ser muy delgada.
Particularmente, los Simpson es una serie que constituye una
crítica muy mordaz a muchísimos aspectos de la sociedad occidental actual. Desde
la corrupción de políticos y policías, o la explotación laboral y falta de
empatía del magnate millonario sin escrúpulos, pasando por la irresponsabilidad
de Homer Simpson en uno de los puestos de trabajo con mayor peligrosidad, hasta
el activismo de Lisa o Maggie, la gran abandonada de la familia mostaza.
Así pues, ¿qué opináis al respecto? ¿Hasta dónde debe llegar
el humor? ¿Cuáles son las puertas que no debe sobrepasar, de haberlas? ¿Cómo se
resolvería hoy un caso como el de Joshua Smith? Estaré encantado de leeros y
participar en el debate.
¡A disfrutar!
Buenos días a tod@s:
ResponderEliminarSolo voy a comentar la cuestión del tema del humor en cuestión de ciertas bromas que se hacen con ciertas enfermedades. Como paciente de una de ellas que tengo que ocultar por recomendación médica, me encuentro de todo, a veces las admito y otras la verdad, me entran ganas de dar un buen zasca bien dado por falta de sensibilidad pero luego me digo que falta de desconocimiento tienes de la vida. Suelen decirme que soy muy pragmática en la vida, pero ante ciertas bromas o personas me tengo que cuidar para que no acabe dañándome y autoaislarme más y mirarme como un bicho raro en esta sociedad.
El humor esta bien, si, yo misma me rió de mi misma pero una persona que no conozco de nada empieza con ciertas bromas teniendo a una persona cercana con esa persona enfermedad, la verdad es que no lo tolero, podeis llamarme poco tolerante pero intento ponerme en la piel del otro o en mi propia piel y no me gusta. En ocasiones la cojo aparte e intento ser asertiva y si se pone burro entonces no me interesa como persona ni lo que me pueda aportar. Hay ciertos límites que cómo paciente no tolero según mi grado de sensibilidad porque hay una línea muy fina en otra cosa.
Espero no haber herido a nadie.
Salu2
Hola, Anna.
EliminarMe considero una ferviente defensora de la libertad de expresión y considero que es un derecho que debe limitarse muy poco... pero a nivel punible. Los límites que tú comentas son de opinión y están dentro de tu derecho a disentir (parte fundamental de la libertad de expresión).
Que todos tengamos el derecho a decir burradas, sea dentro del humor o no, no hace que los demás tengan que estar de acuerdo con ellas y, sobre todo, que no las vayan a criticar.
Hay bromas que demuestran una falta de sensibilidad y empatía con ciertos colectivos, que no solo no me hacen gracia, sino que los critico duramente. Hasta que viene alguien que pretende denunciarlo y entonces es cuando me pongo de parte del bromista.
Todo lo que comentas me parece perfectamente legítimo y tienes todo el derecho a no tolerar ciertas bromas, mientras no pretendas que la ley los castigue por ello (cosa que no has ni siquiera insinuado, por lo que entiendo que no van por ahí tus límites).
Espero que superes la enfermedad a la que haces referencia.
Bienvenida (espero no meter la pata no recordándote de otras ediciones) y nos seguimos leyendo por aquí :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola Conxi:
EliminarEstoy de acuerdo contigo en una cosa que quizás dada la premura de esta mañana no lo pude expresar bien. Es la falta de sensibilidad y empatía con ciertos colectivos, que a mi no me hace gracia alguna. Yo no pretendo denunciarlo, para qué? voy a llegar a ese extremo? me has visto tan extremista? no gasto mis energías en ello, para qué? en discusiones de tu mas? Si que he tenido alguna ocasión que me han dicho algo y les explicado el asunto, lo han entendido y son las personas con más delicadeza. Sin embargo, una pareja que te diga: "Y hoy cómo tienes la cabecita" un día si y otro también en tono jocoso, intentándote sacarte de tus casillas hasta tal punto que tu médico te aconseja que te alejes de ella pues que quieres que te diga. Los hechos hablan.
Decirte que mi enfermedad es crónica, que yo vea no se trata en ningún capítulo del libro, creo yo, se convive bien con ella y hay más personas a tu alrededor que la tiene.
Un saludo y ya nos veremos en algún otro comentario por aquí
Bienvenida Anna... y muchas gracias a tí y a Conxi por comentar este tema tan controvertido, jajaja.
EliminarCoincido con Anna en que hay personas que tienen la sensibilidad de una lechuga (espero que las lechugas no me demanden, jejeje) y hacen broma hirientes sin saber que están hiriendo. Cuando se lo explicas, lo entienden y respetan. Y luego hay gente tóxica que va a hacer daño por hacer daño y punto, pero gracias a Dios, son bastante menos y hay que alejarse todo lo que se pueda.
Dejando a un lado gente dañina, yo iba más por el tema del humor. Os imagináis que de repente te denuncia alguien de Lepe por contar un chiste de Lepe? O alguna asociación anti-drogodependencia por contar un chiste sobre "borrachos"? ¿Sería el final del humor?
Vaya por delante que a mí no me gustan todos los chistes, y algunos me repatean, pero como dice Conxi más abajo, los tengo que entender como chistes. Y por supuesto, no reproduciré nunca aquellos que me han parecido especialmente de mal gusto.
¿Qué opináis?
Muchas gracias Miguel Ángel por el resumen. Y también gracias por sacar a discusión un tema que me apasiona, como es la libertad de expresión.
ResponderEliminarComo le he comentado a Anna (en mi respuesta a su comentario), mi defensa de este derecho es a nivel punible, no a disentir de cualquier opinión. Porque las opiniones no tienen porqué ser respetables, pero sí que deben (con pocas excepciones) poder ser expresadas sin miedo a ser castigados por la ley.
La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales más discutidos (y el primero que se suele vulnerar en las sociedades con falta de libertades). Pues en muchas ocasiones se confunde el “ser ofendido” personalmente (donde prevalece el derecho al honor en el ámbito privado) a “sentirse ofendido” subjetivamente (donde debe prevalecer la libertad de expresión). Otro límite a este derecho es que se incite a hacer daño de forma real y creíble.
Todo lo demás, aunque la idea me resulte nauseabunda y tenga que aceptar a regañadientes que se pueda defender, debería estar protegida por la libertad de expresión.
Por lo que lo tengo claro, Joshua Smith no tenía razón al llevar a juicio a la Fox. Sobre todo porque en ficción debería valer casi todo, pues al ser un producto de la imaginación será complicado que sea un claro ataque personal al honor de alguien (en su ámbito privado) o incite a hacer daño de forma real y creíble.
Y sobre la discriminación (que sería una forma de dañar a alguien)... no creo que sea realista que una serie de humor de dibujos animados diese pie a la discriminación de Joshua Smith. Lo que ocurrió es que se sintió ofendido (cosa que puedo entender), y que les quiso hacer pagar llevándolos a juicio (cosa que va en contra de la libertad de expresión -por lo que estoy en contra- y que espero que no llegara a nada).
¡Que paséis una feliz semana!
Gracias por tu comentario, Conxi.
ResponderEliminarEn general estoy bastante te acuerdo contigo. El caso de Joshua Smith contra la Fox, después de ver la escena varias veces, creo que tiene solidez para llevar muy lejos la demanda, sobre todo en una serie como los Simpsons, que constituye una crítica a muchísimos niveles de la sociedad actual. Se ven cosas relacionadas con el bullying continuamente en los Simpsons, y con padres de familia que no aportan en el hogar y tampoco aportan mucho en el trabajo, y con abandono infantil. Si no se tomara como una crítica ácida -que habrá a quién le guste, a mí particularmente no me gustan los Simpsons- esta serie hubiera desaparecido hace mucho, ya que no deja "títere con cabeza". De hecho, el hecho de que sea una de las series más longevas, puede ser visto como signo de la buena salud de la libertad de expresión, y eso es bueno.
Sin embargo, y aunque hay muchos casos punibles, creo que estamos en un momento en el que empezamos a considerar ofensa o discriminación, e incluso punibles, cosas que no lo son (desde mi humilde opinión). Me refiero a denuncias a padres y profesores por quitar el móvil que se admiten a trámite o por desconectar el ADSL. Y como dice muy bien Conxi, cualquier cosa que no nos guste, por el simple hecho de que no nos guste, no debe ser denunciable o punible.
Dicho lo cual, no tengo una opinión formada al respecto en estos temas y hay muchíiisimos ejemplos en los que puedo entender a ambas partes y a veces me cuesta decantarme por alguna.
Aysss... qué tema más apasionante!! Y más complicado!! jeje
Genial resumen y propuesta de debate Miguel Ángel.
ResponderEliminarGenial comentario de Anna B. Sus sentimientos son importantes para centrarnos en el debate. Por cierto: Saludos nueva tertuliana (yo también espero no equivocarme en lo de que eres nueva por aquí, pero creo que no me equivoco más que nada por nuestras conversaciones por twitter -si tuviera que confiar en mi memoria apañado iría, jajaja...-).
Genial también el comentario de Conxi. Espero sinceramente que estés bastante activa en este debate sobre la libertad de expresión porque parece que lo "controlas" bastante bien (y me lleves la contraria si así lo ves preciso).
El caso es que yo sí que creo que hay que hacer algo legal, pero no sé bien el qué. Los límites que le ha puesto Conxi me han convencido aunque creo que habría más, pero no sé exactamente cuales.
Le he dado muchas vueltas a este tema y nunca encuentro opinión personal que me autoconvenza. Voy a poner por aquí por donde van mis reflexiones y vosotros si queréis me las rebatís.
La "libertad de expresión" (sea para el humor, para expresar opiniones políticas/estéticas..., para expresar sentimientos, para...) es un proceso de comunicación, por lo tanto están implicados el emisor y el receptor, y además de mensaje. La comunicación es un acto social y por lo tanto creo debe de estar regulado (buenas formas, leyes...) obviamente para proteger los derechos individuales tanto del emisor como del receptor. Esto sería la introducción a mi pensamiento.
Llevo algún tiempo pensando que el problema está en que nos fijamos en el mensaje (que depende del contexto, de donde están las finas líneas de separación entre lo que está bien y lo que está mal, de...) y creo que debemos de fijarnos en el emisor y el receptor (cosa que se que es muy difícil cuando el receptor es el público en general, estoy pensando en humoristas, twitter...).
Esto es difícil de articular, pero creo que no imposible, al menos desde el punto de vista de una ética personal, que es lo que a mí me gustaría alcanzar.
Pongo un ejemplo tonto pero creo que claro. Imaginemos que salgo por la noche, veo a una chica preciosa y la miro con la boca abierta. Imaginemos que ella se siente ofendida (otras se sentirían alagadas, es una fina línea roja y unas están en un extremo y otras en el otro, los matices entre las posiciones en determinados momentos... ni existen). Hasta aquí, no veo ningún problema. Dos personas se han comunicado, ambas han puesto encima de forma clara sus mensajes y parece que existe un conflicto. Es a partir de este momento donde, desde mi punto de vista, comenzarían los comportamientos criticables: si yo no pidiera disculpas, diciéndole que simplemente me he quedado sorprendido, mi comportamiento sería criticable porque es obvio que se ha sentido molesta. Si ella continuará atacándome (porque puede no aceptar mis disculpas y eso tampoco estaría mal) sería ella la que no entendería que la comunicación entre personas es difícil y por lo tanto ella sería la que se estaría comportando criticable.
No sé si he sido claro. Si os apetece debatirlo.
Y saludos a todos.
Me autocontesto, jajaja...
EliminarPongo otro ejemplo ya que a Miguel Ángel le interesa el tema concreto del humor.
Hace unas semanas a un humorista le llovieron las críticas por hacer chistes de gitanos. Voy a intentar analizarlo:
Él hizo chistes a un público concreto. Es ese público (y no la sociedad) el que tiene que juzgarlo. Quizás alguno pensó que eran desafortunados, debería de hacérselo saber. Lo que no veo lícito es que se le grabe y sin su permiso se difunda por las redes. Otra cosa bien distinta es que el objetivo del humorista era que su mensaje saliera de la sala donde lo contó, entonces es todo el mundo el que puede cuestionarlo (no sé cual era la intención del humorista).
Por una u otra razón el mensaje salió a las redes, y asociaciones de gitanos mostraron su indignación. Creo que es lícito cabrearse y creo que el humorista debe de disculparse (sin autoflagelaciones pero lamentando haber hecho daño). Creo que lo hizo y entonces alguna gente lo critico por ello. Creo que es una injerencia en el proceso de comunicación que se estaba dando entre dos agentes concretos, humorista-gitanos, y no lo veo correcto que se le criticara por pedir disculpas. El debate debe de hacerse (se debe o no pedir disculpas) pero descontextualizándolo del caso. Por otro lado las asociaciones de gitanos deberían de aceptarlas y punto.
Son ideas rápidas que me han surgido y que pueden contener errores. Además quiero resaltar una cosa: tal y como yo lo veo los chistes tienen que ser distintos si van dirigidos para un público u para otro, sino lo mismo más que chistes lo que estás haciendo es otra cosa: provocar, enfrentar, difundir un mensaje subliminar... No veo mal que existan chistes de gitanos, del Lepe o de lo que sea, pero si queremos hacer reír seamos conscientes de que lo mismo podemos herir. Por lo tanto, adaptemos el mensaje a los receptores, asumamos errores y pidamos disculpas si nos equivocamos. Creo que no es tan difícil. ¿Verdad?
Hola Juan Carlos, no puedo llevarte la contraria (eso que lo he intentado XD), pues el problema con que me encuentro es que tus opiniones las haces desde el punto de vista de tu ética personal (tal como comentas), y mi filosofía de vida respeta profundamente todo lo que concierne al ámbito privado. Y me cuesta mucho juzgar las éticas personales de los demás. Puedo opinar qué es lo que yo haría en ciertas circunstancias, pero juzgar qué conductas están bien o mal (en ocasiones, como en los ejemplos que comentas) suele depender del momento histórico y cultural en que se viva.
EliminarPor ejemplo, algo parecido a lo que comentas del caso de la reacción con la chica preciosa, hace años estaban bien vistos los cumplidos de hombres a mujeres por la calle y ahora muchas feministas (yo incluida) los consideramos (como poco) incómodos y no solicitados. En esa época no se me hubiera ocurrido criticarlos, pues pensaba que esta opinión era cosa mía, y que a la mayoría de las mujeres les gustaba; era una práctica social muy aceptada: entonces era una conducta correcta. Pero ahora la cosa ha cambiado, pues por fin se ha oído la voz de miles de mujeres que no opinan así, y puedo entender que aún haya hombres que no se hayan dado cuenta de este cambio (este tipo de cambios suelen ser lentos), pero ahora no está tan bien aceptada. El caso que tú comentas es algo diferente, porque hablas de una reacción involuntaria y no se puede juzgar de la misma manera.
Pero a lo que quiero llegar es a que la concepción de lo que es correcto e incorrecto ha variado y varía enormemente según la historia y las diferentes culturas. Distinguir entre lo correcto y lo incorrecto no es fácil. Por lo que, como sociedad, no deberíamos ser represivos e intolerantes con todo aquello que no es objetivamente incorrecto. Y tienen que ser muy graves las consecuencias para que el simple acto de emitir un mensaje se juzgue como objetivamente incorrecto. He aquí el porqué la libertad de expresión ha de ser lo más amplia posible.
Sobre tu ejemplo del caso de la reacción con la chica preciosa, todo lo que comentas me parece correcto. Pero también me parecería entendible que la chica preciosa te siguiera atacando porque (pongamos por caso) ya eres el octavo hombre que la mira así y eres la gota que ha culminado el vaso. Con ello lo que quiero insistir es que no siempre es tan fácil evaluar lo que está bien o mal.
Sobre tu otro ejemplo de los chistes de gitanos (tampoco encuentro errores en tu discurso): es cierto que el contexto es muy importante, pero por desgracia para el humorista sus chistes llegaron al público. Entiendo a todas las partes, al humorista porque está haciendo ficción y todo cabe; pero a los gitanos (que es una minoría vulnerable) también, pues se han sentido ofendidos (y lo puedo entender). La verdad es que se me hace difícil juzgar qué es lo correcto. ¿Disculparse? Pues sí y no. Sí, si tiene la sensibilidad suficiente para entender a los gitanos. No, si da más importancia a su trabajo como humorista políticamente incorrecto. Personalmente escogería la primera opción, pero no me parece terrible la segunda.
Personalmente oí algunos chistes, y no me hicieron nada de gracia, pero que no me parezcan graciosos a mí no significa que no se deban hacer. La libertad de expresión existe para todo aquello que no nos agrada oír (pues qué sentido tendría con lo que a todos nos parece correcto). También leí que habían amenazado al humorista, y eso sí que es objetivamente incorrecto.
Sigo en otra respuesta, que no me deja grabar XD...
En tus comentarios también dices: “Espero sinceramente que estés bastante activa en este debate sobre la libertad de expresión porque parece que lo “controlas” bastante bien”. Jejeje (no sabes lo que has hecho ;D). Aunque he leído algo sobre el tema, estoy lejos de ser una experta, pero voy a desempolvar mis limitados conocimientos y voy ha hacer una defensa del derecho de expresión, sobre todo, dentro de la ficción (agradecería enormemente que si alguien ve errores en mi argumentación me corrija :)).
EliminarLas sociedades que se organizan como democracias liberales (donde es imprescindible la libertad y la igualdad de las personas) se fomenta la tolerancia y se permite el pluralismo tanto político como de culto.
Y como nuestra concepción de lo que es correcto, y lo que no, suele basarse en nuestra cultura, ideas políticas y religión, en una democracia liberal solo se debería penalizar lo que es objetivamente malo (respetándose los derechos fundamentales), es decir, lo que realmente puede dañar a las personas (un ejemplo fácil sería la violencia y el hurto). Y como la ficción no puede realmente dañar a las personas, nunca debería penalizarse.
Personalmente me gustaría vivir en una democracia liberal, porque no quiero que la concepción ética del legislador (que siempre es relativa) dicte lo que debo creer y opinar. Y, sobre todo, porque una sociedad libre es más feliz que una sociedad que sufre control y represión.
Hasta aquí mi defensa de que todos tenemos derecho (con muy pocas excepciones) a decir barbaridades (y más si están en el ámbito de la ficción) sin que ello sea punible.
Pero a la vez también tenemos derecho a disentir (lo cual enriquece a las sociedades). Y creo que se suele mezclar la regulación legal (que ha de ser mínima) y tu derecho legítimo a disentir de cualquier discurso (por la razón que sea).
Hoy he tenido un ratito libre, pero me será complicado contestar a los demás… y me centraré solo en lo que estoy en absoluto desacuerdo (que suele ser muy poco).
¡Un saludo!
Ok, entiendo lo que dices. Seguiré meditando sobre estos temas pero, de momento, si soporta el análisis de ética personal me conformo.
EliminarEl ejemplo de la chica es el que debatí con mi hija cuando salió lo de las multas por piropos en Francia. Tiene 13 años. Ella estaba y está a favor de las multas, jajaja...
El caso es que me estoy acordando ahora que pensé, y debatí con ella, que una diferencia a considerar, que no he dicho antes (se me había olvidado y me he acordado ahora) era que el piropo era "forzar" una comunicación y eso, si no es deseado, es una agresión. En el caso del humorista, no se fuerza la comunicación, tampoco cuando uno dice su opinión en RRSS, el problema puede ser cuando se fuerza una comunicación no deseada, eso quizás si debería de ser delito (por ejemplo meterte en una Iglesia y cagarte en Dios, estoy recordando otro ejemplo real). Por lo tanto, una vez más es el contexto más que el mensaje lo que determina si es o no algo agresivo y punible.
No sé si esto último es una tontería, como te he dicho, busco una coherencia lógica para aplicar en mi ética personal, pero todavía no he conseguido alcanzarla.
Saludos
Me ha pasado lo mismo con lo de las multas por los piropos (tu hija me cae muy bien ;)), que con el castigo a Trump por expresar ideas racistas; mi primer impulso es pedir castigo... pero para tu otro ejemplo (meterte en una Iglesia y cagarte en Dios), no XD. Pues razonándolo, muy mal con mi primer impulso.
EliminarSi se empieza a castigar por cosas como estas (todos estos ejemplos), es muy difícil saber dónde poner la línia que lo separa. Cada uno la pondrá según su ideología y será algo totalmente subjetivo. Y decir que un piropo es agresivo... lo tildaría más de mala educación (por ello intentaría hacer campañas de difusión para concienciar a la sociedad). Sobre lo de "meterte en una Iglesia y cagarte en Dios", tampoco lo castigaría más que el meterse en una tienda y gritar que todos sus productos son una mierda (por poner un caso que me parece equivalente, aunque el primero ofenda a más gente -pero sentirse ofendido no debería ser razón para castigar-). Y no sé si en España lo de la tienda está penado, pero diría que lo de la Iglesia sí :(...
No, no creo que se deba castigar ninguno de estos casos. Otro problema que veo (y es algo que está de moda) es dar la categoría de algo más grave de lo que es (por ejemplo categorizar de agresivo) un acto, que puede ser no muy afortunado, pero que exageramos sus consecuencias. La tolerancia no está de moda :(
Totalmente de acuerdo con este párrafo, Conxi. De cabo a rabo. La ficción irrespetuosa, los chistes desconsiderados, las palabrotas, el caguense en Dios y en los productos de mi tienda, todo ello puede ser reprobable, pero no hay porque castigarle con el yugo de la ley.
EliminarNo en balde hemos progresado en este sentido. En la edad media se ejecutaba a los morosos; hoy sólo no se les castiga levemente, si les encuentra, claro.XD
Pero lo siento, vuelvo al tema Trump. Se que me desvío un poco del tema ;-) ¿Pero y si sumamos a la falta de respeto, la responsabilidad que se supone ha de tener un jefe de Estado? No es la ideología del personaje la que hay que amonestar, sino el no estar haciendo correctamente su trabajo, que es gobernar para todos igual. Las palabras tienen un poder enorme y ”ese político/personaje mediático” con dice José Luis, se supone que tendría que saber medirlas; independientemente de su ideología, sea cual sea. Pero seguramente dirás que eso hay que solucionarlo en las urnas. En una democracia participativa como la de Suiza, tal vez, pero con el resto, ya hemos visto los resultados. Así, que si creo que habría que encontrar alguna forma, que no fuera la prisión o la multa, de amosternar a los políticos populistas. como tu dices: “ intentaría hacer campañas de difusión para concienciar a la sociedad” y añadiría “y a los políticos”
¿Os imagináis una empresa en el que el gerente en lugar de gestionar recursos y hacer prospecciones de mercado, se dedicara a insultar a un grupo u a otro de trabajadores? No creo que durara demasiado, ni él, ni la empresa.
De todas formas, ya sabéis que gusta siempre lanzar una flecha positiva; la sociedad está en continua evolución y de momento hacia la humanización. ¡Ya no quemamos a brujas en la hoguera!!! Así que no le pegaré un tiro a Trump, pero si que me gustaría aplastarle los huevos con dos ladrillos… XDXDXD
Espero que nadie se haya ofendido ;-)
Besos, Conxi
Besos, tertulianos
¡¡Hola a todos!!!
ResponderEliminar¡Qué tema más controvertido! Me ha gustado mucho eso que ha dicho Conxi sobre la diferencia entre "ser" ofendido personalmente y "considerarse" ofendido. Creo que la línea que separa ambos conceptos es muy fina y se mueve continuamente.
Yo particularmente soy muy usuaria de la libertad a no escuchar/no atender/no considerar lo que no me gusta y prefiero elegir las opciones (personas, películas, libros) más acordes conmigo.
Pienso que legislar la sensibilidad o la empatía es muy difícil.
Hola a todos!!
ResponderEliminarGracias por tu resumen Miguel Angel. Interesantes comentarios de todos. Aquí mi granito de arena.
Totalmente a favor de la libertad de expresión en todas los sus caras. Si me ofenden unos chistes o comentarios, pienso que el personaje en cuestión tiene pocas neuronas, o que posiblemente no comprende algo. O soy yo a la que se le escapa algo, y reflexiono. Si me importa la persona hablo con ella, sinó olvido de que existe. Por ejemplo un cantante misógino.
Donde creo que el asunto es más peliagudo, es cuando salen de la boca de personas que se supone han de gobernar un país. Desde este contexto, los comentarios que puedan ofender a un sector de la población, sea cual sea, creo que seria una buena idea que estuvieren regulados. Por ejemplo Donald Trump y el racismo.
Buena semana a todos.
¡Hola Cristina!
EliminarEn nombre de la libertad de expresión, voy a hacer de abogado del diablo (nunca mejor dicho al hablar de Trump). Sí, lo voy a defender :/.
No creo que sea ninguna buena idea regular (por lo que entiendo que hablas de que se pueda ejercer un castigo) los comentarios de los gobernantes. Una cosa es que tengan una responsabilidad política, que sean criticados hasta la saciedad y que si sus leyes son inconstitucionales se las tumben. El problema de que una opinión sea correcta o incorrecta es muy subjetiva… sobre todo si hablamos de “sentirse” ofendido. Imagina que lo hacemos, que tenemos el poder de castigar a Trump por sus declaraciones racistas (no creas que no me apetecería), después vendrán todos los cristianos estadounidenses a decir que algún gobernante Demócrata les ofendió cuando defendió el aborto. ¿Qué hacemos? ¿Una ofensa es peor que la otra? ¿Y eso cómo lo medimos? Porque si es por cantidad de gente, no tengo el dato, pero me parece creíble que sean más los cristianos ofendidos que los inmigrantes ofendidos por Trump. Me parece muy peligroso ir por ese camino.
Pero estoy de acuerdo contigo de que si alguien se merece que lo castiguen por sus palabras es Trump, pero las leyes han de ser iguales para todos.
¡Muchos besos Cristina!
Hola a tod@s
ResponderEliminarGracias Miguel Ángel, buen resumen y mejor propuesta de debate.
Bienvenida Anna, me alegra que nos cuentes tu caso y espero que esa enfermedad muestre los menos signos posibles. Entiendo que de la otra, la pareja, ya te has curado me alegro más todavía.
No sé nada más del tema de la demanda pero conociendo cómo se las gastan los abogados americanos ni voy a intentar saberlo.
Tampoco soy objetivo en este tema, me río mucho, de cualquier cosa.
Los chistes desagradables, los que causan vergüenza ajena, si me generan algo es pena por el que los cuenta.
Tras dejar claro que no puedo opinar, lo hago.
No creo que haya que limitar nada, siempre que si alguien se queja se disculpen. Coincido con Juan Carlos en que no hay que sacar de contexto las cosas. Algo dicho en un espectáculo donde, como los Simpson, recibe todo el mundo es más o menos aceptable.
También le tengo que dar la razón a Anna y Conxi, no es lo mismo estar con la misma broma martilleando siempre ni hacerlas con personas que no conoces o que sabes que tienen un problema.
Lo dicho, como si no hubiese escrito nada.
Buena semana
Hola a todos. Por fin puedo sentarme a escribir un rato, porque el debate la verdad es que da para un buen rato.
ResponderEliminarMe parece muy buen enfocar el comentario del capítulo de esta semana en un tema, el de la libertad de expresión, que está tan de actualidad. Como abogado, me he visto en los dos lados del estrado: defendiendo la libertad de expresión y defendiendo a quien se ha sentido «ofendido».
Una cosa que aprendí cuando estudiaba en la facultad es que la libertad de cada persona termina donde empieza la libertad del otro. Esta frase tiene mucho trasfondo aunque creo que todos lo podemos entender: mi libertad de expresión termina cuando «insulto» u «ofendo» gravemente a otra persona.
Y aquí la labor del legislador es esencial, la labor de hacer una Ley donde se diga lo más claro posible qué se considera una vulneración del derecho al honor y la intimidad personal. Es un tema muy controvertido porque atañe a dos derechos fundamentales que son piedra de toque de las sociedades occidentales.
Yendo a algunos de los ejemplos que habéis comentado, creo que los chistes, chistes son y como tal hay que tomarlos. En este tipo de asuntos vale tanto qué se dice como la forma en que se dice. No es lo mismo hacer un chiste de tullidos (que puede hacerte más o menos gracia, o molestarte más o menos) que hablar de forma despectiva de una persona incapacitada. Como habéis apuntado, tanto el mensaje como la forma en que se emite y recibe son importantes.
Por eso la Ley no es la respuesta para todos los problemas, ni tampoco acudir a un juzgado cada vez que alguien se siente ofendido. De hecho, el código penal ha cambiado y los «simples» insultos han dejado de perseguirse penalmente (con contadas excepciones, otra cosa es que uno pretenda una indemnización en vía civil). Aquí yo veo el tema más como una cuestión de educación.
Por eso mi opinión es que debe primar casi en todo caso la libertad de expresión. Si me ofenden determinados vídeos, no los veo; si me ofenden los comentarios/chistes/expresiones de algunas personas, trato de no escucharlas y así… Por eso en redes sociales es relativamente fácil quedar al margen de estos problemas: basta con bloquear al susodicho y listo, a vivir!
Ahora bien, no quería dejar de dar otro punto de vista. Distinto, muy distinto, son determinados comentarios/opiniones vertidos de determinada forma o en relación a determinados colectivos. No es lo mismo hacer un «chiste» sobre gitanos o judíos (por poner ejemplos recientes) y otra cosa muy distinta que un político o una persona con peso mediático salga en una televisión alemana diciendo que según su opinión hay que «quemar» a los judíos/gitanos/ponga aquí cualquier minoría.
De nuevo importan tanto el mensaje como la forma en que se expresa. En este último caso, ese político/personaje mediático puede alegar que su libertad de expresión le ampara al hacer esos comentarios, pero por otro lado es bueno que haya leyes que impidan ese tipo de afirmaciones porque las leyes también se hacen tomando en consideración la situación y las experiencias de las sociedades en cada momento.
En fin, lo cierto es que los extremos son más fáciles de ver, pero el problema viene (como también habéis apuntado) con los casos que quedan en la franja intermedia…
Ufff, menudo rollo os he metido. Lo siento.
No, para nada, a mi me ha parecido tu rollo como tu lo defines muy interesante. Sé poco de leyes, de una oposición en la que me metí a estudiar cuando estaba un poco quemada.
EliminarUn apunte que haces y que siempre digo es : la libertad de cada persona termina donde empieza la libertad del otro. Esta frase tiene mucho trasfondo aunque creo que todos lo podemos entender: mi libertad de expresión termina cuando «insulto» u «ofendo» gravemente a otra persona.
Eso no da derecho a estar pisoteando a ciertas personas, eso no da derecho a estar pisoteando a ciertas personas en mi humilde opinión
En cuanto a los piropos, pues depende de cómo te pillen, hay piropos groseros que no contestas o pegas el corte y otros que dices: "y tu(Usted) que lo vea" y te vas tan pichi cuando ni siquiera he alcanzado a oírlo bien...
Es verdad, que cuando hablaba de la línea muy fina, hay líneas que rozan cierto castigo personal que cansa. Pero no quiero liar más la madeja porque lo que habéis dicho hasta ahora me parece bien dicho.
En cuanto a Trump, solo decir que no quiero saber el nombre de su peluquero. Nada más.
Salu2 a to2
¡Nada de rollo! Se nota que eres abogado y utilizas los términos adecuados (como "vulneración del derecho al honor y la intimidad personal"), no como yo que hablo de oidas y transcribo lo que recuerdo de mis lecturas XD.
EliminarMe alegra saber que "el código penal ha cambiado y los «simples» insultos han dejado de perseguirse penalmente".
¡Ah! Y estoy completamente de acuerdo con todo, sobre todo con "Por eso la Ley no es la respuesta para todos los problemas, ni tampoco acudir a un juzgado cada vez que alguien se siente ofendido".
Wowww!!! La verdad es que está genial aprender distintos puntos de vista. Casi que estoy ahora más liado que al principio del debate, jejeje. Pero desde luego estoy disfrutando y sobre todo aprendiendo muchísimo leyendoos. También me ha encantado el comentario de José Luis, en el que la Ley y el Juzgado, no lo es todo y que, casos especiales de políticos y extremos aparte, muchas veces es más sencillo silenciar o no dar pávulo a determinadas actitutes o hechos que no nos gustan.
EliminarDicho de otro modo, la falta de educación se quita con educación (campañas de concienciacióna la sociedad, como ha dicho Conxi (creo que fue Conxi).
Me siento muy identificado también con algunos comentarios que he visto, comparando el momento actual con la "caza de brujas". De alguna manera me entristece que estemos volviendo a eso. No quemamos literalmente a nadie (afortunadamente), pero sí que decimos figuradamente "A la hoguera!" (el caso de "cagarse en Dios") es un ejemplo.
Lo dicho, creo que aquí hay un problema que compete más a la educación que a la legislación (casos extremos y especiales aparte).
Saludos a everybody y feliz semanaa ;)
¡Hola a todos!
ResponderEliminarSiento llegar tan tarde a comentar y ver que el debate está tan interesante y con tantos puntos de vista que ya no sé que decir.
Además, yo no tengo ningún sentido del humor. Esto lo interpreto como que me puedo ofender con ciertas cosas que a muchos les parecen normales y reírme con lo que a la gran mayoría les ofende. En este sentido me ha encantado la respuesta de José Luis y que la libertad de expresión, ahora mismo, está sujeta a legislación. Creo que no debería ser así, pero si no lo fuera entiendo que estaríamos en una especie de anarquía que haría que nos hubiéramos matado unos a otros hace tiempo.
Muchas gracias a todos por alimentar un debate tan interesante!
Saludos!