viernes, 29 de diciembre de 2017

#TertuliasCiencia os desea Felices Fiestas

Feliz Navidad y prospero Año Nuevo

Pocas cosas se pueden hacer en Navidad mejores que descansar, estar con familia/amigos y leer con tranquilidad (leer cosas que teníamos atrasadas o libros que nos acaban de regalar). Por lo tanto, como es tradición en #TertuliasCiencia, descansamos hasta después de Reyes.

¡Volvemos el fin de semana del 13-14 de enero! Resumirá @2qblog el capítulo 14 "Elementos artísticos"

Y poco más que decir... disfrutad y si os apetece también os podéis poner al día en los debates de #CucharaMenguante

Repetimos: Feliz Navidad y prospero Año Nuevo

sábado, 23 de diciembre de 2017

La cuchara menguante. 13) Elementos y dinero

¡Ay el vil dinero! Cuantas barbaridades se han hecho en su búsqueda.

Los humanos, como animales sociales y cooperativos, hemos necesitado una forma de intercambiar productos o servicios, y los elementos químicos nos han servido de varias maneras como recurso económico.

El autor empieza con dos historias de engaño no intencionado, en contraste a miles de años de falsificaciones deliberadas.

La primera es la leyenda del rey Midas, que jamás se me ocurrió que estuviera basada en nada histórico, pues resulta que sí, que existió un personaje hacia el 700 a.C. en el Asia Menor, en cuya zona hay abundancia de menas de cinc mezcladas con estaño. Por lo que el bronce (mezcla de estaño y cobre) que se hacía allí era con cinc, dándole el toque dorado del oro del Rey Midas (o del latón, que es realmente lo que era). Por lo que se tiene la teoría que los contemporáneos del rey Midas tenían por oro los cuencos, estatuas y cinturones de bronce, y de aquí la leyenda que se transformó en cuento para niños.

La segunda historia trata de las fiebres del oro, y en concreto de la que tuvo lugar en 1896 en Australia (en Hannan’s Find, actualmente Kalgoorlie). Donde además del oro encontraron un mineral llamado calaverita, el cual es una mezcla de oro y telurio (el único elemento con el que forma enlaces el oro). Este mineral solía ser desechado por los habitantes del lugar, por lo que se utilizó en la construcción de la ciudad (chimeneas, pavimentos, etc.). Hasta que se dieron cuenta que de ese material se podía extraer oro, lo que causó el caos en la ciudad, pues los mineros no tardaron en intentar hacerse con todas las rocas de calaverita que pudieran encontrar, incluidos los pavimentos y parte de las casas.

Seguidamente nos habla sobre temas relacionados con la falsificación del dinero:

Las primeras monedas aparecieron hacia 620 a.C. en Lidia (Asia Menor) y estaban hechas de una aleación de plata y oro llamada eletro u oro blanco. Pero la primera falsificación monetaria de la que se tiene constancia data del año 540 a.C., cuando el rey Polícrates empezó a comprar a sus enemigos de Esparta con monedas falsas de plomo con un baño de oro. Desde entonces los elementos utilizados en la falsificación de monedas (además del plomo) han sido el cobre, el estaño y el hierro.

Moneda de Creso, Lidia (561–545 a.C.) - Wikipedia
En la actualidad la falsificación se considera un fraude, pero durante mucho tiempo se consideró un crimen de alta traición que en la mayoría de los casos se penaba con la muerte.

Una de las mentes más brillantes que han perseguido a los falsificadores fue Isaac Newton, pues años después de sus impresionantes aportaciones a la ciencia y a las matemáticas se convirtió en maestro de la Real Casa de la Moneda de Inglaterra.

Cuando apareció el papel moneda (hacia 1200 en China) también aparecieron nuevas amenazas en forma de billetes falsos. Aunque cuando el Banco de Inglaterra comenzó a emitir billetes, en 1694, fue (entre otras ventajas) por la dificultad de falsificación de los billetes en esa época.

Pero en la era del papel moneda es la química peculiar de metales como el europio la que ayuda a los gobiernos a combatir a los estafadores.

Y aprovechando que nos explica las propiedades del europio, nos enuncia algunos conceptos básicos sobre los átomos:
- Los electrones no pueden escoger cualquier órbita alrededor de un núcleo.
- Las trayectorias de los electrones quedan estrechamente circunscritas.
- Un electrón excitado por la luz o el calor puede saltar de su capa de baja energía a una capa vacía de mayor energía.
- Como un electrón no puede permanecer en un estado de mayor energía durante mucho tiempo, enseguida se desploma hasta el nivel inferior y eso libera energía en forma de luz.
- El color de la luz emitida depende de las alturas relativas de los niveles de energía inicial y final.
- Como las opciones de los electrones acerca de dónde saltar están limitadas a niveles de energía que son números enteros, la luz emitida también está restringida
- Las capas de cada elemento se sitúan a distintas alturas, y por ello cada elemento emite luz en bandas de colores característicos.
- Todas las rarezas que todos hemos oído sobre la mecánica cuántica se derivan de manera directa o indirecta de los saltos discontinuos de los electrones.

El europio (como sus hermanos lantánidos) emiten luz de manera diferente: lo que conocemos como fluorescencia. Esta no implica sólo a los electrones, sino a moléculas enteras. Mientras que los electrones absorben y emiten luz del mismo color, las moléculas fluorescentes absorben luz de alta energía (luz ultravioleta) pero emiten esa energía en forma de luz visible de menor energía.

Esta versatilidad es una pesadilla para los falsificadores, pues se suele utilizar europio en la tinta de los billetes, la cual aparece apagada bajo la luz visible, pero bajo un láser especial es totalmente visible. Y este efecto es extraordinariamente difícil de falsificar.

Finalmente el autor nos explica algunas anécdotas sobre temas económicos relacionados con algunos elementos químicos:
- El escritor y químico Primo Levi en la segunda guerra mundial sobrevivió en un campo de concentración robando varillas de cerio pues sabía que las podía vender como piedra ideal para los encendedores.
- Glenn Seaborg sugirió en cierta ocasión que el plutonio se convertiría en el nuevo oro de las finanzas mundiales, aunque (por suerte) la propuesta no tuvo éxito.
- Hasta el siglo XX la mayoría de los países consideraban que el papel moneda era equivalente a una cantidad de oro o plata reales, pero eso cambió, y en cada crisis económica se oyen voces para volver a un estándar de oro o plata.  Y eso es porque los mercados de metales son una de las fuentes de riqueza más estables a largo plazo.
- Charles Hall a lo largo del siglo XIX hizo mucho dinero en poco tiempo gracias al aluminio. La razón de ello es que, a pesar de ser el metal más común de la corteza de la Tierra, el aluminio nunca aparece en menas puras (en general va enlazado al oxígeno), por lo que durante una época fue el elemento más caro del mundo. Pero en 1886, Hall descubrió que la energía eléctrica de la corriente arranca el aluminio de un líquido que contenga compuestos de este elemento disueltos. El proceso es fácil y barato, por lo que hizo caer muchísimo el precio del aluminio. Paul Héroult descubrió el mismo proceso más o menos al mismo tiempo.

Charles Hall - Wikipedia

Mis conocimientos sobre economía son bastante limitados, y no tengo una opinión completamente formada sobre algunos temas. Uno de los cuales es si una economía basada en un estándar de oro o plata sería más estable y con menos crisis económicas. ¿Alguien lo tiene claro? ¿Sería mejor? ¿O tiene sus ventajas y sus inconvenientes?

Otro tema es el injusto sistema económico en el que vivimos, donde las oportunidades de una persona dependen directamente del dinero que tengan sus padres y de dónde ha nacido. ¿Os parece también injusto? Y si es así ¿cómo lo cambiaríais?

¡Que tengáis una feliz semana!

sábado, 16 de diciembre de 2017

La cuchara menguante. 12) Elementos políticos

Comenzamos con la Parte IV del libro, “Los elementos del carácter humano”. El primer capítulo de esta parte se titula “Elementos políticos” pero, ¿qué tiene que ver la política con los elementos químicos de la tabla periódica? La razón son dos de las más grandes mujeres científicas que ha dado la historia y la gran familia, también científica de una de ellas.

Cuando a cualquier persona se le pregunta por el nombre de una científica es difícil que nombre a alguien que no sea Marie Skłodowska, también conocida como Marie Curie.

Marie Curie nació en Polonia pero se trasladó a París para perseguir su sueño de convertirse en científica. La historia de Marie es una historia de superación y de recelo (o más bien odio) por parte de los científicos (hombres, todos) de su tiempo. Tras llegar a París comenzó a estudiar y conoció a Pierre Curie, que fue el descubridor de la piezoelectricidad, con quien se casó y juntos estudiaron la radiactividad que había descubierto Henri Becquerel pocos años antes.

Pierre y Marie Curie en el laboratorio (Fuente: Wikipedia)
El estudio de la radiactividad que llevaron a cabo Marie y Pierre (por supuesto, usando los instrumentos de medida basados en la piezoelectricidad descubierta por Pierre) les llevaron a ganar el premio Nobel junto con Becquerel en 1903. Un premio Nobel no exento de controversia ya que (¡cómo no!) el comité Nobel no quería dárselo a Marie. Tuvo que ser Pierre quien amenazara con rechazar ese premio si no incluían a Marie, ya que ella había tenido tanto que ver en los estudios como él.

¿Pero qué tiene que ver todo esto con la política? Los estudios de Pierre y Marie llevaron al descubrimiento de un nuevo elemento de la tabla periódica, un elemento radiactivo. En aquella época era común que los descubridores de un elemento le pusieran nombre y Marie, siendo polaca, le puso el nombre de Polonio en honor a su país. Es curioso, y aquí está el motivo político, que Polonia en aquella época estaba dividida en tres imperios.

Pierre y Marie tuvieron dos hijas, Irène y Ève. A Iréne la volveremos a ver en un momento.

Tras este premio Nobel y sin conocer del todo los efectos de la radiactividad –aunque sí preveían, y de hecho hicieron los primeros experimentos y tratamientos – que podría ser utilizado para curar ciertas enfermedades como el cáncer, siguieron investigando la radiactividad y eso les llevó a descubrir otro elemento radiactivo de la tabla periódica, el radio. Este descubrimiento, llevó a Marie a conseguir su segundo premio Nobel en 1911.

Desgraciadamente, antes de que eso ocurriera, Pierre murió atropellado por un coche de caballos en París mientras cruzaba una calle en un día lluvioso. Se ha especulado mucho sobre su muerte, pero es posible que la exposición a la radiactividad hubiera minado sus sentidos y sus reflejos y eso, unido a las casualidades, fuera lo que provocó que no pudiera evitar el atropello.

Escándalos a parte por culpa de los medios de comunicación de la época cuando Marie inició una relación con otro gran científico, Paul Langevin, tras la muerte de Pierre, Marie siguió dedicando su vida a la ciencia y, al comenzar la Primera Guerra Mundial, se dedicó a aplicar sus conocimientos para tratar a los soldados heridos en la batalla con un aparato de Rayos X que instaló en una furgoneta. De esta manera, Marie podía ayudar a los cirujanos mediante radiografías, que hacía de las heridas, que les ayudaban a identificar mucho mejor dónde operar. Marie fue acompañada en esta tarea por su hija Irène, que por aquel entonces ya era científica. Después de convertiría en una gran científica.

Irène, junto con el también científico, y marido de Irène, Frédéric Joliot-Curie, fueron también unos grandes científicos. Podría decirse que incluso superaron a Marie. Pusieron las bases de física nuclear que conocemos hoy en día al estudiar el núcleo atómico y conseguir sintetizar nuevos elementos radiactivos artificiales. Por este descubrimiento, también recibieron el premio Nobel en 1935.

Frédéric e Irène (Fuente: Wikipedia)
Irène y Frédéric tuvieron la oportunidad de descubrir la fisión nuclear, pero las circunstancias les llevaron a dejar pasar de largo el descubrimiento que recayó en la otra gran científica que mencionábamos al principio. Lise Meitner.

Lise fue una física austriaca judía. Pudiera parecer que la religión de un científico no influye para nada, pero en este caso, de nuevo la política, es importante para conocer la evolución del descubrimiento.

Lise estudió con uno de los padres de la física cuántica. De hecho, del principal padre, Max Planck. Dedicó su vida a la investigación en física nuclear junto con Otto Hahn en Berlín, con quien descubrió otro elemento radiactivo de la tabla periódica, el protactinio. Y aquí es donde entra el carácter político y la religión de Lise. Cuando los nazis llegaron al poder y pronunciaron las leyes de Nüremberg que afectaron, con las consecuencias que todos conocemos, a tantos judíos en Alemania, Lise tuvo que exiliarse de Alemania. A pesar de que Otto era alemán y respetaba el régimen de Hitler no denunció a Lise, ya que también respetaba sus investigaciones. Lise, con ayuda del exterior consiguió exiliarse a Suecia donde continuó con su trabajo. Incluso, siguió manteniendo correspondencia con Otto. Estas investigaciones llevaron al descubrimiento de la fisión nuclear.

Lise (Fuente: Wikipedia)
En este caso, también hubo un premio Nobel, pero solo lo recibió Otto en 1966. Lise ni siquiera fue mencionada y, al contrario que la amenaza que hizo Pierre al comité Nobel para que le concedieran también el premio a Marie, Otto no movió un dedo por Lise. De hecho, el trabajo que llevó al descubrimiento fue principalmente de Lise pero no se llevó el reconocimiento. Este caso está considerado como uno de los más evidentes de los que el comité Noble, como siempre, pasa por alto a la hora de conceder un premio Nobel a una mujer.

Tampoco es de extrañar si alguna vez habéis visto la entrega de los premios Nobel, todos los miembros son unos viejos decrépitos con cara de amargados que viven anclados en el pasado. Probablemente sigan teniendo una mentalidad del siglo XIX.

El capítulo también menciona a György Hevesy, pero he preferido saltarme esa parte por tres razones. La primera, si queréis conocerle no os quedará más remedio que leer el capítulo. La segunda, me parece mucho más importante dar voz a las grandes científicas de este capítulo. La tercera y más personal todavía, soy un gran admirador del trabajo de Curie (toda la familia al completo, incluida Ève aunque se dedicara a las humanidades) y de Meitner.

Para discutir, quiero plantear dos temas, aunque creo que bastante obvias en cuanto a la respuesta.
  1. ¿Es el comité Nobel machista? ¿Son los que hacen las nominaciones, que no tienen por qué ser los propios miembros del comité, machistas? ¿Sirven los premios Nobel para algo? ¿Deberían suprimirse los premios Nobel? (Spoiler: mi opinión al respecto de esta última pregunta es que sí)
  2. Para eliminar el machismo (en ciencia y en la sociedad en general) la principal solución está en la educación. Me consta que en los colegios e institutos se lucha por ello, pero ¿se hace también en casa? ¿Son los padres tan o más responsables que los profesores? Si se vive en un ambiente machista, ¿puede más la educación de los padres que la de los profesores?

Por último y para completar la información del capítulo algunas referencias (casi todas tienen como origen a una experta en estas científicas, Laura Morrón).

Unos posts:


Unos libros:

Marie Curie y su tiempo – José Manuel Sánchez Ron
Las mujeres de la Luna – Daniel Roberto Altschuler y Fernando J. Ballesteros (en concreto los capítulos dedicados a Marie Curie y Lise Meitner)


¡Muy buena semana a todos!

sábado, 9 de diciembre de 2017

La cuchara menguante. 11) Cómo nos engañan los elementos

Para acabar con el periplo de aquellos elementos más relacionados con aspectos biológicos, en este capítulo se nos presentan aquellos que son especialmente embaucadores cuando penetran en nuestro organismo. Cuidado que vienen “los trileros de la tabla periódica”. ¡Al turrón!

El hecho de ser un elemento bastante estable y no ser radiactivo, no exime de su peligrosidad. Es el caso del nitrógeno, elemento mayoritario e inerte del aire que respiramos. El autor hace uso de una anécdota sobre el accidente en una prueba rutinaria aeroespacial en la que la NASA perdió a varios hombres  en 1981 cuando ponían a punto la lanzadera Columbia. La entrada de operarios para revisar tanques de oxígeno con altas concentraciones de nitrógeno molecular les produjo la muerte prácticamente sin darse cuenta.

La demanda de gases en el organismo, vital para las células, está regulada entre otras cosas por el pH de la sangre. De forma que, es la acumulación de CO2 y no la falta de O2 (como pudiera parecer) lo que hace saltar las alarmas. El autor describe esto como una “chapuza de la evolución” y no estoy muy de acuerdo. Espero vuestras opiniones al respecto ;)

Un exceso de dióxido de carbono acidifica la sangre, resultando tóxico. El nitrógeno difunde a través de los pulmones y las membranas de la misma forma que lo haría el oxígeno, pero su acción es totalmente inerte. Al no activar la alarma del CO2, el individuo muere sin apenas darse cuenta. El ejemplo contrario es igualmente peligroso. En situaciones de ansiedad en las que hiperventilamos y exhalamos demasiado dióxido de carbono, hay riesgo de sufrir una alcalosis respiratoria, y consecuente desmayo. La solución: respirar dentro de una bolsa impermeable que nos permita respirar nuestro propio dióxido de carbono.




El titanio también aparece junto con la historia de Branemarck, contada de forma somera y, a mi juicio, no haciendo demasiado hincapié en el avance que supuso. No sólo se trata de que el Titanio sea “respetado” por el organismo. El autor cuenta como el oro y la plata tampoco producen rechazo, pero el cuerpo no los “integra”, sino que los aisla, recubriéndolos en una capa de colágeno (“reacción de cuerpo extraño”), que es algo así a decir “tú no me molestes y yo no te molesto”. El titanio no es aislado sino que induce la formación de hueso a su alrededor, generando una adhesión completa de prótesis de todo tipo, hasta entonces inviable.

Branemarck realmente buscaba estudiar la formación de la sangre en conejos. Colocaba separadores de titanio para aislar cavidades que hacía en los huesos y ver qué ocurría. Imagino a Branemarck frustrado al intentar retirar esos separadores y comprobar que estaban totalmente soldados al hueso. También me imagino que la diferencia entre el genio y el “mortal común” es el hecho de llevar esa frustración inicial un paso más allá y pensar “¿qué puedo aprender de este error? ¿Por qué está pasando esto?”. Eso es para mi la serendipia, tan alejada de la simple casualidad.

Izquierda: Radiografía tomada por Per-Ingvar Branemark con el separador de titanio fijado a la tibia y peroné de conejo. Derecha: El titanio induce la formación de hueso a su alrededor, produciendo una unión similar a una soldadura (osteointegración)



Otro de los sistemas biológicos fácilmente engañable por algunos habitantes de la tabla periódica es el sentido del gusto. Un átomo pequeño como el berilio (tóxico en pequeñas dosis) que nada tiene que ver con una molécula cíclica compleja como el azúcar puede generar la misma sensación dulce que esta porque estimula las mismas papilas gustativas. Fermi lo utilizaba para contener las partículas liberadas por la radiactividad del uranio y eso le costó su salud pulmonar y tener que respirar de un tanque de oxígeno desde los 53 años.

También el sentido salado, comunmente excitado por los iones Na+ y K+, puede ser igualmente estimulado por otros cationes como calcio y magnesio, o incluso por el litio o el amonio. Los iones sodio y potasio, y también calcio, juegan un papel fundamental multitud de procesos biológicos, entre ellos la transmisión del impulso nervioso o la contractilidad muscular, de ahí que el cuerpo tenga la necesidad de reconocerlos. Sin embargo, otras moléculas con carga se aprovechan para “colarse” y generarnos una ligera sensación salada.

Todo esto, junto con la reflexión del nitrógeno, me lleva a plantear la primera gran pregunta de qué pensáis que nos deparará la evolución en el futuro. Evidentemente, la evolución es un proceso inconcluso y, sinceramente, no creo que existan “chapuzas evolutivas” si entendemos la evolución como la mejor opción (la que nos ha hecho sobrevivir) para adaptarnos a nuestro medio.

La última parte del capítulo habla un poco sobre el yodo como el mayor de los trileros, llegando incluso a engañar al propio Mendeleiev por tener menos peso atómico que el telurio (produce fuerte olor a ajo). A pesar de esta anécdota, Mendeleiev lo colocó junto al resto de halógenos por sus propiedades físicas y químicas y simplemente se limitaba a culpar a los químicos que trataban de estimar un peso atómico mayor para el yodo y así salir del atolladero.


La falta de yodo en la dieta puede producir una hipertrofia de la glándula tiroides (bocio) (tuendocrinologo.com). La deficiencia de yodo puede producir "cretinismo", un síndrome caracterizado por un retraso tanto en el desarrollo físico como mental. De ahí viene la reflexión de Russell de que el déficit de yodo puede convertir a un hombre listo en un idiota.
La historia de la sal común en la India, las idas y venidas de la sal yodada, incluída la remembranza de Gandhi sirven para explicar los beneficios de la sal yodada en la prevención de problemas de tiroides y como este tipo de medidas baratas de salud pública tan evidentes, aún son difíciles de implementar en algunas regiones por motivos políticos (ya llegan los elementos políticos, ay ay ayyyy…)

El capítulo culmina con una reflexión muy interesante de Bertrand Russell a la que creo que le podemos sacar muucha punta en los comentarios. Si la falta de yodo convierte a un hombre listo en un idiota, la razón, el intelecto y las emociones no son más que procesos químicos que dependen de la integridad química del cerebro. Entiendo que el autor hace apología de la química con un colofón (“Somos tabla periódica”) que recuerda al “Somos polvo de estrellas” de Harlow Shappley popularizado por Sagan.

Así pues... la lectura de este capítulo me suscita las siguientes preguntas que comparto con vosotr@s: ¿Que diferencia hay entre algo vivo e inerte? ¿Cuál es la frontera de lo vivo? ¿Hay algo en la vida más allá de la química? En definitiva y, como ya preguntó en su momento Schrödinger ¿QUÉ ES LA VIDA?

Un placer resumir este capítulo y espero no haberme pasado de largo.

Referencias:

Kinga T. Surface aspects of titanium dental implants. Biotechnology - Molecular studies and novel applications for improved quality of human life, 2012


sábado, 2 de diciembre de 2017

La cuchara menguante. 10) Tómese un par de elementos y llámeme por la mañana

Salimos del pasillo de los venenos que hacen daño al cuerpo y nos metemos en los que hacen cosas buenas.

A veces alguno de esos elementos que hacen daño, en función de dosis, pueden ser beneficiosos. Otros, directamente, pueden ser beneficiosos por si mismos y pueden ayudar a encontrar nuevas formas de diagnóstico o tratamiento para diversas enfermedades.

Elementos como el cobre, son perjudiciales para algunas bacterias, alterando su metabolismo, y generan un efecto oligodinámico o autoesterilizante. Explicando de esta manera por qué ciertos utensilios u objetos tienen un recubrimiento de cobre.

Tuberías de cobre

Otros elementos como el vanadio pueden ejercer un efecto espermicida, beneficioso para el hombre pero que, por el contrario, pueden provocar enfermedades en las mujeres. Y es que no es lo mismo que algo funcione en un tubo de ensayo que realmente funcione en el interior del cuerpo humano.

El gadolinio, considerado como un tóxico en algunos casos, se estudia como un potencial aliado contra el cáncer ya que se puede usar como material de contraste en técnicas de imagen por resonancia magnética debido a sus electrones desapareados. También se podría utilizar como método para luchar contra el cáncer al ser irradiado por neutrones, ya que se convertiría en un isótopo radiactivo que al desintegrarse irradiaría los tejidos que se encuentren a su alrededor.

Gadolinio
Como siempre, en los temas de salud, internet es un mal aliado. Frente a los que afirman que el gadolinio ha sido útil en los tratamientos existen los que dicen que ha arruinado su salud. Y esto no es lo peor. Internet, gracias a estos efectos perjudiciales para algunos, ha hecho que aparezcan muchos aprovechados (en España tenemos muchos ejemplos) que dicen que sus terapias naturales y/o alternativas son mucho mejores. Y todavía mucho peor es que se puedan encontrar remedios para autorecetarse basados en principios “supuestamente médicos”. Al final solo se benefician unos cuantos, es decir, los que venden esos remedios/terapias. Es un problema que ya hemos visto en muchas ocasiones en las #TertuliasCiencia.

En cualquier caso, la medicina moderna, no se basa, por mucho que algunos pretendan hacernos ver, en tratamientos con elementos aislados, sino con compuestos químicos complejos que, vuelvo a repetir, no basan únicamente su efecto en algo sucedido en un tubo de ensayo, sino en pruebas controladas en el cuerpo humano. Lo contrario también es cierto, que algo funcione en uno, dos o cincuenta cuerpos humanos, no significa que el tratamiento funcione. Es necesario estudiarlos tanto en laboratorio como en cuerpos humanos (sanos y enfermos) para poder detectar todos sus beneficios y efectos adversos.

A partir de aquí, el capítulo vuelve a centrarse en las anécdotas (algunas interesantes), pero como las llevo criticando desde el comienzo del libro, prefiero dejarlas para que las leáis por vuestra cuenta y deis vuestra opinión sobre casos como el de Domagk.
Para terminar, solo quiero plantear una cuestión para el debate.

Sin caer en el tema de la viabilidad de las pseudociencias, terapias alternativas o productos milagros, ¿creéis que el futuro de la medicina pasa por seguir descubriendo compuestos químicos complejos que puedan curar, o al menos controlar, todas enfermedades?

Un ejemplo de por qué lo pregunto y lo que estoy pensando. No existe tal cosa como la sanación cuántica, eso de que estamos entrelazados y tal…, sobre todo por que quién habla de ello no tiene ni idea de lo que es el entrelazamiento (os recomiendo un par de libros al respecto “Entrelazamiento” de Amir D. Azcel y “El enigma cuántico” de Bruce Rosenblum y Fred Kuttner). Lo que pienso es que usando correctamente el entrelazamiento, a veces pienso que se podría crear un par de partículas (o compuestos, en un futuro muy muy lejano) entrelazados de manera que el paciente tomara uno y el médico, a distancia, provocara algún cambio en una propiedad de su partícula para que el cambio de esa propiedad en la partícula que está en el interior del paciente hiciera su efecto.

Consideradlo una especie de tormenta de ideas para que si algún investigador lee esto en algún momento, tenga algo en que pensar, y quién sabe, al estar en español se convierta en un futuro premio Nobel ;o))


¡Buena semana a todos!