domingo, 28 de julio de 2013

El Tío Tungsteno: 8) Hedores y explosiones

¡Química en estado puro!  Por fin vemos a nuestro protagonista enfrascado en los más geniales experimentos poniendo a prueba tanto su ingenio como su integridad física (y la de quienes le rodeaban).

Sacks aplica sus cinco sentidos, literalmente, a la pasión que siente por la química.  Nos describe cómo pasaba largos ratos en su laboratorio examinando los colores químicos y jugando con los diferentes elementos para conseguir nuevas tonalidades cromáticas.  Gracias a estas experiencias extrajo conclusiones acerca del poder de combinación de los elementos (la valencia) así como de las cualidades atómicas, convencido de que existía una relación entre éstas y el color de los compuestos.

El calor también formó parte de esta fase de experimentación.  Describe que sentía una especial relación con el fuego, las explosiones y los incendios (le produjo una huella imborrable el incendio del Palacio de Cristal en Hyde Park que se produjo en 1936).  Recordó de nuevo los devastadores efectos de las bombas incendiarias lanzadas sobre Londres durante la Segunda Guerra Mundial, y explica sus experimentos con el magnesio que ardía incluso bajo el agua.
Con este tipo de química uno jugaba con fuego, en el sentido literal y metafórico.  Se desataban inmensas energías, fuerzas plutónicas, y yo tenía la emocionante, aunque precaria, sensación de controlarlas, a veces por los pelos.
Precisamente por los riesgos que corría, no olvidaba los accidentes (quemaduras, asfixias, pérdida de miembros e incluso riesgo para la vida) en que se habían visto envueltos los pioneros de la química.  Aunque conocer estos antecedentes le hacía ser más prudente, no impedía que continuase con sus experimentos con total determinación.

Al mismo tiempo le intrigaban los olores, no solo de los elementos químicos, sino de la comida, las flores y otros objetos cotidianos.  Esto le llevó a destilar los aromas de plantas y, cómo no, dado su carácter, a interesarse por los malos olores y las travesuras que podía hacer con ellos.

Al pensar en todos los hediondos compuestos de azufre y el atroz hedor del selenio y el telurio, decidí que esos tres elementos formaban una categoría olfativa además de química, y a partir de entonces, al pensar en ellos, los llamaba los “apestógenos”.
Para el debate:

  • La química es un área del conocimiento esencial por la enorme variedad de principios que entran en su ámbito, ¿se le otorga esa relevancia en los planes de estudio?, ¿somos conscientes, como sociedad, de esa importancia?
  • Relacionado con la anterior cuestión, ¿por qué la química se asocia habitualmente con algo “malo”, algo contrario a lo natural?  En mi opinión los medios de comunicación han jugado y juegan un papel nefasto en este sentido, así que la divulgación es más importante que nunca, ¿estás de acuerdo?
  • Hace mucho tiempo se pusieron de moda los juegos para experimentar como el Quimicefa.  Sacks se queja que en la actualidad no podría acceder a gran parte de los elementos químicos que empleaba en sus experimentos ya que son sustancias peligrosas.  ¿Es posible realizar experimentos que atraigan la atención de los jóvenes (que sean vistosos y claros) y que puedan hacerse sin peligro?
  • Al leer este capítulo me he acordado de muchos de los tertulianos que enfatizan la necesidad de enseñar ciencia de forma recreativa.  En los países anglosajones los estudiantes tienen determinadas horas destinadas a laboratorio para realizar experimentos (no sólo de química, sino también de física y biología).  ¿Opinas que la ciencia debería enseñarse de forma más visual y práctica?, ¿sucede así en la práctica?, ¿es tan costoso mantener instalaciones de este tipo en los colegios?, ¿los profesores están preparados para realizar esta tarea?

Leer y debatir es una forma de experimentar, ¡adelante!

domingo, 21 de julio de 2013

El Tío Tungsteno: 7) Química recreativa

Este es un capítulo dedicado al descubrimiento, la experimentación y la demostración de que la ciencia está en todas partes. Por eso comienza en la cocina, lugar privilegiado de la casa donde la química está siempre presente, transformando sustancias en otras y generando calor, olores y sabores.

Es muy interesante observar cómo el autor describe las sensaciones que le producen los experimentos que realiza y los libros que lee; la fascinación que provocan en él la lectura de los autores del siglo XIX en los que ya se habla del disfrute de hacer ciencia y se describen muchos procesos químicos que pueden observarse en la vida cotidiana. Después de leerlos, decide experimentar, crearse su propio laboratorio casero, buscar sustancias y material de laboratorio ya que, como él mismo afirma: “Era más divertido, más excitante, hacerlo yo mismo”.

Así, el protagonista aprende cada vez más sobre las leyes que obedecen las reacciones químicas y las características de los elementos, como su número másico y su número atómico. Pasión y aprendizaje.

Para el debate:
  • ¿Por qué hay más libros de “Química recreativa” que de “Arte Moderno recreativo”? Si, como muchos afirman, el arte abstracto es muy difícil de entender, y no es accesible a todo el mundo, ¿por qué no se hacen también libros de ese estilo para comprenderlo? 
  • ¿Creéis que la profesión de científico está relacionada con la diversión o con la pasión?
  • Al final del capítulo, el protagonista empieza a coleccionar billetes de autobús en los que, con la combinación adecuada de las letras y los números que aparecen en ellos, consigue una especie de ficha con el símbolo de los elementos y su número atómico. Realiza un juego después del aprendizaje, con el que disfruta enormemente. ¿Pensáis que si el protagonista no supiera esos datos, que están almacenados en su memoria, podría haber inventado ese juego tan creativo?
  • Es incuestionable que la mejor manera de aprender ciencia es observar los fenómenos de la vida cotidiana y experimentar por uno mismo todas aquellas cosas que pasan alrededor, pero ¿qué ocurre con los procesos abstractos que no se perciben con los sentidos? ¿cómo se “experimenta” que es la Tierra la que se mueve y no el resto de los astros? 
  • Por último, ¿qué papel juega la curiosidad en todo esto? ¿se puede hacer ciencia sin tener curiosidad?

domingo, 14 de julio de 2013

El Tío Tungsteno: 6) La tierra de la estibina

En este capítulo el autor nos empieza a introducir al descubrimiento y aislamiento de una gran parte de los elementos químicos que hoy conocemos, y que no es otro que el mundo mineral. El relato cobra una gran viveza porque se hace desde la perspectiva de un niño con enormes inquietudes. El joven protagonista se convierte en geólogo para seguir aprendiendo, de forma autodidacta, lo que más le apasiona, la química.

Entre los minerales que nos descubre están unos cristales impresinonantes de metro y medio de largo de estibina, procedentes de Japón. De la estibina se obtiene el sulfuro de antimonio que el tío Tungsteno empleaba en su fábrica. También nos habla de la galena, cuya estructura utiliza de ejemplo para explicarnos cómo, mediante el estudio cristalográfico de un mineral, podemos llegar a conocer la estructura molecular y de los enlaces entre los átomos de los que se compone ese mineral concreto.

El autor también se adentra en la etimología de muchas palabras relacionadas con la minería y los minerales, indagando sobre el origen histórico de términos como vooga (pozo en el dialecto de Cornualles) demuestra el origen ancestral de la minería, anterior a la llegada de los romanos. Continúa con infinidad de minerales, haciendo incluso juegos de palabras, propios de la imaginación de un niño, y muy divertidos. Otras veces relaciona los nombres de los minerales con sus descubridores o con el lugar donde fueron descritos científicamente por vez primera.

No pasa por alto hablar de las propiedades de los minerales, como la dureza, la densidad, el brillo, y de cómo determinarlas de manera objetiva. Y así, empieza a introducir también conceptos químicos más complejos, como el de la descripción de los enlaces electrostáticos; los parecidos entre iones de la misma familia, como el tungsteno y molibdeno, con propiedades físicas y químicas similares; la abundancia relativa de los elementos químicos presentes en la corteza terrestre.

En el plano personal, el protagonista recuerda cómo en esta época se había convertido en una persona retraída y reservada, traumatizado por los malos tratos de su anterior etapa. Es el tiempo en que ingresa en los boy scouts, institución de la que saldrá también mal parado emocionalmente, aunque no menos, en el sentido físico, que su instructor en ese grupo, circunstancia que no quiero desvelar del todo.

Para el debate:
  • En la escuela del protagonista no se enseñaba ciencia, que era lo que más le interesaba a él, por lo que, según él mismo, "mi auténtica educación la recibía en la biblioteca". También dice que "en los museos uno podía mostrarse activo, explorar, igual que en el mundo". ¿Podrías darnos tus opiniones sobre:
    • ¿Están los contenidos oficiales de Educación Primaria en España a la altura de los intereses de los niños de esas edades, de su curiosidad por los fenómenos naturales y de su necesidad de respuestas?
    • ¿Crees que los niños son capaces de comprender conceptos científicos complejos, siempre que se les adapten de manera adecuada a su edad?
    • ¿Crees que se valora lo suficiente el aprendizaje de la respuesta correcta en el sistema educativo español?
    • ¿Crees que para que se desarrolle la creatividad de un niño es necesaria la adquisición previa de unos conocimientos que puedan conformar su cultura?
  • Acerca de la cita "En la escuela yo era de los tímidos [...] pero cuando tenía en mis manos una maravilla de la naturaleza [...] perdía todo mi retraimiento, y me acercaba abiertamente a los demás, y todos mis miedos quedaban olvidados."
    • ¿Te has sentido diferente alguna vez en tu colegio o en tu ámbito social por tu interés por la cultura (literatura, arte, ciencia, historia, etc.)? 
    • Si es así, ¿cómo crees que ha influido este hecho en el desarrollo de tu persona
    • ¿Qué opinas de que el protagonista se sintiera mejor al llevar todos los boy scouts el mismo uniforme y de que su sensación de ser distinto, que tanto le atormentaba, se aminorara?

domingo, 7 de julio de 2013

El Tío Tungsteno: 5) Luz para las masas

Este es un capítulo que como admirador de la tecnología me ha encantado.
El capítulo se centra principalmente en la figura del Tío Tungsteno (Dave). Retratandolo como un tipo pragmático, amante de la ciencia y al que le gustaba revisar los procesos de fabricación que se llevaban a cabo en su empresa, no porque hiciese falta revisarlos, si no por el puro placer de observar.
Se hace mención a que mantenía un pequeño laboratorio en la empresa aunque, según Sacks, no fuese totalmente necesario. En ese laboratorio mejoró alguno de los procesos de elaboración que se usaban en su empresa.
Lo que más me ha llamado la atención de este capítulo es el repaso que hace Sacks, a partir de las historias que le contaba su tío, de la evolución de la tecnología de las bombillas incandescentes y de la iluminación pública. De la evolución de una idea de un visionario como Edison, la idea de "Luz para las masas".
Me encanta el relato del desplazamiento de la tecnología de gas por la bombilla incandescente. Esa pelea por mantenerse con los manguitos de ramio. Y finalmente la evolución de los materiales del filamento, desde los primeros de carbón de Edison, hasta los de Tungsteno. Los problemas que presentaba cada material y sus soluciones. Como se adaptaron las ciudades y casas para adoptar las distintas tecnologías.
También resulta evocador como Sacks usaba pequeños montajes eléctricos con bombillas de baja potencia para iluminar espacios reducidos, y su última frase: "Decidí que el exceso de luz no era bueno, había ciertos lugares cuyos misterios más valía dejar intactos".

Para el debate:
La elección de resumir este capítulo ha sido principalmente por mi afición a la tecnología, qué le voy a hacer, soy ingeniero. Propongo varias preguntas:

  • ¿Quien tiene un papel más importante en el avance de la sociedad, la tecnología o la ciencia?
  • ¿Es la ciencia básica aplazable (en tiempos de crisis) en favor de la ciencia más aplicada a la tecnología?
  • En nuestra sociedad, ¿hay una buena comunicación entre ciencia y empresa?
  • ¿Es atemorizante el avance de la tecnología?
  • Y dado que en el debate hay muchos profesores y profesoras. ¿Habría que ampliar o disminuir la enseñanza de la tecnología?