sábado, 27 de octubre de 2018

Neurozapping. 5) "The Walking Dead y la encefalofagia"


Hola a todos, hoy toca zombis... o eso creía yo.

Lo primero es que si alguien no ha leído el capítulo, se puede pasar por el blog del autor y leerlo.

¿Qué significa encefalofagia? comer encéfalos. Más claro, agua.

Siendo el capítulo sobre "the walking dead" (serie de la que no he visto más de dos o tres capítulos sueltos) pensé que el autor nos va a decir que, como los zombis comen seres humanos (y por supuesto sus cerebros), pillan la encefalopatía espongiforme transmisible. Que debido a esa enfermedad los zombis tienen esos movimientos descontrolados, son agresivos, sus respuestas a los ruidos y las luces son exageradas... Incluso imaginaba que se nos iba a proponer un nuevo argumento para futuras series: zombis no infectados, porque habían eliminando los cerebros de la dieta, se convertían en un nuevo grupo de inmortales.

También pensaba que habría explicaciones científicas de cómo evoluciona la enfermedad, y que nos hablaría algo sobre los priones. Pero como no ha contado nada yo he hecho una pequeña búsqueda. Mis conclusiones han sido:
Los priones son proteínas "alteradas en su estructura secundaria" que se convierten en agentes infecciosos. Es muy curiosa su forma de infectar, ya que están formados solo por aminoácidos: su propagación es debida a que inducen "degeneración" en las proteínas "equivalentes". Cuando se acumulan en el tejido nervioso alteran el comportamiento, "enfermedad de las vacas locas" (aunque también se acumula en otras partes por eso se eliminan en los mataderos determinadas partes susceptibles de tener priones acumulados, y por supuesto se dejó de dar pienso animal a los animales destinados al consumo humano).
Primera cosilla que os propongo para los comentarios: poner cosas interesantes que sepáis sobre la enfermedad "de las vacas locas": como la vivisteis, errores en el párrafo anterior (puede tenerlos porque no le he dedicado mucho tiempo, la verdad), más datos que os llamaran la atención en aquellos tiempos, enlaces interesantes...

Pero, ¿se me ha ido la bola o qué?. Aquí veníamos a resumir. Vamos con ello.

El capítulo comienza hablando de las películas de zombis. Explica las características de los zombis y lo mezcla con virtudes y defectos de la sociedad americana (y de otras muchas sociedades). Pero yo creo que José Ramón Alonso no es un friki de los zombis, y como recordaba haber leído algunos artículos muy frikis sobre ciencia&zombis he hecho una nueva búsqueda... Aunque creo que hay otros muchos frikis de zombis sueltos por la blogosfera de ciencias, Arturo Quirantes (@elprofedefisica) no se queda atrás. De sus múltiples post sobre el asunto he seleccionado este: "España, indefensa ante el apocalipsis zombi", por si os apetece que sepáis que salen nuestros políticos, la oficina estadounidense contra zombis, enlaces a otros post y charlas suyas... una pasada.

Luego, el autor nos lleva de paseo por la gastronomía (a mi me encantaban las tortillas de sesos que hacía mi madre). Y es en este párrafo donde nos habla del kuru, la enfalopatía espongiforme transmisible que afectaba a la tribu de los foré debido a la fea constumbre que tenían de comer cerebros humanos.

Aquí el capítulo da un giro sorprendente y que me ha encantado, entre otras cosas por la "carga científica" que tiene el párrafo. Alonso nos habla de un bichito como cerebros, un protista que afectaba a personas que se irrigaban la nariz con solución salina preparada con agua del grifo sin hervir, incluso a algunas las mataba. Quizás penséis que soy un poco macabro, pero también me ha encantado conocer esta historia porque me ha recordado la moda del agua cruda.
Y aquí está mi segunda propuesta para los comentarios: habéis localizado alguna vez en vuestras rutinas alimenticias, de aseo... algún error/bestialidad a la vista de conocimientos que habéis alcanzado con posterioridad. Para que os centréis, pongo el primer ejemplo: yo me secaba frotándome con la toalla después de ducharme. Eso me destrozaba la piel, ya que la tengo delicada. Una dermatóloga me avisó que parte de los picores que tenía (y que también tiene mucha gente, por ejemplo niños pequeños secados por sus padres "concienzudamente") eran por eso. Ella me dijo que había que secarse poniendo la toalla sobre la piel y dejando que el agua se absorbiera por ella.
Creo que ha quedado clara la propuesta para comentarios... pero espero no leer que os comíais los cerebros de nuestra especie (y que dejasteis de hacerlo después de la crisis de las vacas locas) o que os irrigabais las narices con solución salina preparada con agua del grifo hasta hace unas pocas horas. Jajaja...

Continúa el autor con un pajarillo comecerebros, el carbonero. Este animalillo, cuando tiene necesidad porque la comida escasea, va y se come el cerebro de murciélagos. Tengo entendido que a los murcielagos no les hace mucha gracia, XD

José Ramón remata el capítulo hablándonos de la capacidad de adaptación y aprendizaje de algunas especies de pájaros. Nos habla de colillas en los nidos, pájaros esperando a lecheros...

Poco más que deciros. Bueno sí, dos cosillas:

- Es un placer estar con vosotros en #TertuliasCiencia

- Y os recuerdo que podéis resumir si os apetece.

Feliz finde.

sábado, 20 de octubre de 2018

Neurozapping. 4) Saber y ganar y la discalculia.

—Jorge, ¿hacia dónde vamos? — Pregunta el conductor del coche al llegar a una bifurcación, mientras voy sentado en el asiento de atrás.
—Para allá — digo yo, mientras señalo con el brazo.
—No sé si te has dado cuenta que no veo hacia dónde señalas… — me dice, mientras se ríe.

—Jorge, ¿cuál es el presupuesto de tu proyecto? — Pregunta mi compañero de trabajo que se sienta detrás de mi.
—Espera, que lo miro — Miro en el ordenador la cantidad y me levanto para responder
—Dieciséis mil…, jo, se me ha olvidado, espera que lo vuelvo a mirar — Miro el ordenador y veo que son dieciséis mil doscientos ochenta y cuatro. Me vuelvo a levantar.
—Dieciséis mil doscientos…, se me ha vuelto a olvidar. Lo miro otra vez y te digo —Vuelvo a mirar.
—Dieciséis mil…. Te lo envío por correo.

—Jorge, ¿cuánto es cinco por cuatro?
—Veinte — responde Jorge inmediatamente.
—¿Y cuatro por cinco?
Jorge se para y como solo consiguió memorizar cinco por cuatro pero no cuatro por cinco tiene que pensar la respuesta. Menos mal que sí se aprendió la propiedad conmutativa del producto.
—Veinte — responde Jorge un rato después.

Números, situación espacial, cálculos,… son cosas que casi cualquier persona puede hacer con normalidad. Además, se supone que cuando has estudiado una carrera de ciencias, como por ejemplo Física, se asume que puedes sumar de cabeza o hacer multiplicaciones, divisiones… También, a base de repetirlo, sabes el valor del número de Avogadro, la constante de Planck o la constante de gravitación universal (y ni eso, realmente solo recuerdo el orden de magnitud del número de Avogadro, todo lo demás, lo tengo que buscar). Y por supuesto, sabes orientarte para ir a ver a una persona cuando te indica que está en la 5ª planta, pasillo de la izquierda, 6ª fila a la derecha.

Fuente: Getty Images

Pues no. No es así. Y lo peor no es eso. Lo peor es que al ver que todo el mundo es capaz de hacerlo, te sientes estúpido pero al final luchas por conseguir lo que quieres y, en la medida de lo posible, que no se note que no sabes sumar, aunque te metas las manos en los bolsillos y muevas los dedos para hacer los cálculos, siempre que no sea sumar más de 5, que son los dedos de la mano y si ya es complicado usar una mano, imagina usar dos cuando están en dos bolsillos diferentes...

Existe trastornos que no son conocidos y, además de poco conocidos, poco diagnosticados y mucho menos tratados. Entre estos trastornos está la discalculia o discapacidad para las matemáticas. Es un trastorno similar a la dislexia, que sí es más conocido, quizá por aquello de que la cultura son las letras y si no sabes leer, vas mal…

Hay varias teorías acerca de cuales son las causas de la discalculia, pero lo preocupante no es que no se sepan las causas, sino que, en muchos casos, no se diagnostique. La gran mayoría de la población no sabe que es la discalculia, muchos nunca llegan a saber que la tienen, simplemente se creen (nos creemos) que somos tontos, y algunos nos enteramos de que este trastorno existe y que lo tenemos cuando ya estamos entrados en años y por casualidad.

¿Hasta qué punto los médicos y pediatras se preocupan por detectar la discalculia, mientras que la dislexia se detecta muy pronto?

¿Hasta que punto los maestros y profesores se preocupan por averiguar si un alumno tiene discalculia cuando no consigue aprender las tablas de multiplicar (y le da «capones» porque «no se esfuerza»), mientras que si con 5 años te cuesta leer, en seguida le dice a los padres que es posible que tenga dislexia? Es más, ¿saben lo que es la discalculia por formación o lo aprenden por curiosidad?

Si hay una componente genética en la discalculia, ¿créeis que existe relación genética entre discalculia y dislexia? Lo pregunto porque yo tengo discalculia y mi hermana dislexia. A ella se la detectaron con 5 años y yo me enteré con 33…

Siento toda esta parrafada personal.

Por cierto, el capítulo habla de Jordi Hurtado, Saber y Ganar y, por supuesto, la discalculia, pero eso ya lo sabéis porque habéis leído el capítulo, ¿verdad? ;o))

Y por supuesto, si queréis participar en las Tertulias y resumir un capítulo del libro, solo tenéis que decirlo en los comentarios o aquí.

¡Buena semana!


P.S. Si alguien lee esto, tiene discalculia pero quiere estudiar Física o Matemáticas, que no se desanime. Se puede hacer perfectamente, además, aparte de alguna constante que otra, es una carrera de letras y solo hace falta saber griego para sacarla adelante.

sábado, 13 de octubre de 2018

Neurozapping. 3) Breaking Bad y el envenenamiento con ricina

Os dejo una viñeta de Christopher Keelty, que vi hace tiempo, pues me pareció graciosa (y a la vez me hizo pensar), que nos cuenta qué ocurriría si el escenario de Breaking Bad hubiese sido otro país diferente a Estados Unidos, uno que dispusiera de un sistema sanitario público, universal y gratuito:

Viñeta traducida de Christopher Keelty
Viñeta de Christopher Keelty (traducida para Bloggingmyenthusiasm.blogspot.com)

En ese país Breaking Bad habría durado un capítulo.

Por si alguien no ha visto la serie, después de diagnosticarle cáncer al protagonista (Walter White, profesor de química en un instituto) se embarca con un antiguo alumno (Jesse Pinkman) a una carrera criminal sintetizando y vendiendo metanfetamina.

Walter White pasa de ser un hombre honesto, a convertirse en un ser amoral capaz de amenazar, golpear, chantajear y asesinar.

Y uno de los métodos favoritos de Walter para asesinar es usando venenos hechos con ricina (tóxico que deja muy poco rastro). Aquí os dejo la escena donde Walter le pone este veneno en la comida a Tuco Salamanca para matarlo:



La ricina es una proteína natural producida por la planta del ricino, la cual está muy extendida por el mundo como planta ornamental.

De esta planta también se extrae el aceite de ricino, usado para temas de salud, para las lámparas, cosméticos, pinturas, lubricantes, biodiesel, etc.

¡Mirad qué preciosidad!


Planta del ricino

Pues es mejor no tenerla cerca. Especialmente esos frutos rojos, tan bonitos y vistosos, dentro de los cuales están las semillas en cuya pulpa se encuentra la ricina, que es 6.000 veces más venenosa que el cianuro. Una masa de ricina parecida a un grano de sal, inyectada en sangre, es suficiente para matar a un adulto.

Y como puede usarse como arma química para la guerra o el terrorismo, se supone que los ejércitos británico y estadounidense tienen algún tipo de antídoto contra la ricina. Pero este no está disponible para el público.

El daño causado por la ricina depende del modo en que llegue al organismo (y sus efectos tardan horas o días en notarse; y la muerte se produce entre tres y cinco días después):
  • Si se respira: se produce un grave deterioro de los pulmones que desemboca en un fallo cardíaco.
  • Si se ingiere: el hígado, los riñones y el bazo dejan de funcionar y, finalmente, el afectado muere.
  • Si se inyecta: igual que en el caso anterior, más la necrosis alrededor del punto de inyección. La muerte llega por fallo orgánico múltiple.

El daño que la ricina le produce a las células se debe a que bloquea los ribosomas e impide la síntesis proteica, por lo que hasta que no se han gastado las proteínas funcionales del organismo, y no pueden ser sustituidas porque los ribosomas están bloqueados, el organismo no nota su efecto.

Como podéis ver, el uso de la ricina es terrible, y como tal tiene un buen historial criminal. Aunque, al menos, ha sido prohibida por la convención de armas químicas y biológicas.

Pero ello no garantiza que no se pueda utilizar para hacer daño. El autor nos cuenta algunos casos en que se ha utilizado para el bioterrorismo, el último de ellos ocurrido en 2013 cuando detectaron una carta con ricina dirigida al presidente Barack Obama.

Y, como con casi todo, la ricina también tiene su uso beneficioso. Pues se ha estudiado como agente anticancerígeno y se ha postulado para desarrollar modelos animales para el estudio de la epilepsia.

Ideas para el debate

Walter White no empezó su carrera criminal hasta que se vio en unas circunstancias que lo llevaron a ello. Eso me lleva a preguntarme, ¿todos, en las circunstancias adecuadas, podemos cometer actos atroces?

Según la viñeta que os he pasado, el país hubiera salido ganando si se le hubiera pagado el tratamiento a Walter White. Pues (siguiendo este argumento) la sociedad podría haber prevenido la aparición de un criminal. ¿Creéis que este hilo argumentativo tiene algún reflejo en la realidad?

Las armas químicas o biológicas son indiscriminadas y causan un sufrimiento innecesario. Pero hay armas que no son químicas ni biológicas, como las de municiones de racimo, que también son terribles. Utilizar armas químicas o biológicas te garantiza ser considerado un criminal de guerra, pero utilizar armas convencionales (aunque causen la misma cantidad, o más, de muertos y que sus efectos sean terribles), no. ¿Qué pensáis sobre el tema?

sábado, 6 de octubre de 2018

Neurozapping. 2) Los Simpson y el síndrome de Tourette


El siguiente capítulo de Neurozapping, el libro que estamos leyendo, centra su atención en el síndrome de Tourette y utiliza Los Simpsons para mostrar gráficamente algunas de las conductas clásicas del trastorno neurológico.



Concretamente, hay una escena del capítulo 7 de la cuarta temporada en la que Bart, el primogénito de los Simpsons, siempre tratando de llamar la atención y evadiendo sus responsabilidades, finge padecer síndrome de Tourette ante su profesora, la señorita Edna Krabapple, en su intento de evitar hacer un examen. Se puede ver la escena de marras en el siguiente video.




En la escena, Bart emula algunas de las manifestaciones clásicamente asociadas al síndrome de Tourette como son los tics motores, haciendo muecas exageradas con la cara o incluso girando la cabeza. Este tipo de movimientos tónicos y descontrolados suelen aparecer en la infancia y son comunes en el trastorno neuropsiquiátrico. Sin embargo, el diagnóstico del síndrome también requiere la presencia simultánea de al menos un tic vocal. En la escena protagonizada por Bart Simpson se observan algunos bufidos y ladridos y también alguna expresión malsonante (coprolalia) que emite, aparentemente, de forma descontrolada.

Tal y como cuenta José Ramón Alonso en su libro, la interpretación de Bart Simpson de apenas unos segundos no quedó exenta de polémica tras la queja de Joshua Smith, un chico estadounidense de 13 años con el síndrome de Tourette que se sintió ofendido y emprendió un camino, apoyado por su familia, para enjuiciar a Fox, la productora de la serie. No sabemos quién ganó la disputa entre la libertad de expresión y el derecho a la no discriminación, pero desde luego que esta es una lucha de la más rabiosa actualidad.

El autor expone la historia del síndrome y presenta a la condesa de Dampierre, aristócrata francesa, como la primera descripción de la enfermedad. Esta descripción la hace Jean Marc Gaspard Itard en 1825, pero fue más tarde Gilles de la Tourette quien recopila, en un artículo publicado en 1885, una serie de ocho casos además del de la condesa de Dampierre, con el extraño trastorno.

Gilles de la Tourette (1957-1904)

Las causas que desencadenan estos tics motores y vocales aún no son del todo conocidas. En principio eran consideradas personas poseídas por el diablo que, o bien eran exorcizadas o bien acababan en la hoguera. Posteriormente fue también considerado una patología hereditaria y, aunque existen algunos factores genéticos asociados, también se han descrito algunos factores ambientales que, si bien no provocan directamente la enfermedad, sí que agravan la aparición de síntomas, como es el glúten. Por otra parte, se ha asociado también como síndrome secundario a lesiones cerebrales.
Sin embargo, hoy día parece que la vera causa del trastorno tiene una base orgánica a nivel microscópico, concretamente la síntesis y secreción de neurotransmisores como dopamina, serotonina y norepinefrina en algunas regiones cerebrales como son los ganglios basales, lóbulos frontales, donde reside gran parte del control de la personalidad y el carácter y la corteza cerebral, que entre muchas otras cosas controla los movimientos y la articulación del lenguaje. Déficits o alteraciones en la comunicación neuronal entre las neuronas de estas regiones encefálicas pueden ser las auténticas causantes del síndrome que el prestigioso cirujano Jean-Martin Charcot, bautizó con el nombre de su más avido y aventajado discípulo, el síndrome de Tourette.

Ideas para el debate:

El juicio de los Smith contra la productora de los Simpsons es quizás la parte que más me ha dejado pensando tras la lectura del capítulo y por eso quiero centrar ahí la atención de los comentarios.
Vivimos actualmente, y me atrevería a decir que lleva siendo así mucho tiempo, una continua batalla entre los límites de la libertad de expresión y la ofensa/discriminación. Y mi pregunta es un poco trivial pero, dónde están los límites del humor? ¿Hay que poner límites al humor? ¿Debemos limitar ciertas cosas para que nadie pueda sentirse ofendido? ¿Debe alguien controlar simplemente cómo se dicen o se muestran las cosas?

Evidentemente no nos podemos ir a los extremos y evidentemente, también, entre la total libertad de expresarnos y el riesgo de ofender/discriminar a algún colectivo hay todo un continuo de pequeños matices, por lo que la frontera de equilibrio, de existir, debe ser muy delgada.

Particularmente, los Simpson es una serie que constituye una crítica muy mordaz a muchísimos aspectos de la sociedad occidental actual. Desde la corrupción de políticos y policías, o la explotación laboral y falta de empatía del magnate millonario sin escrúpulos, pasando por la irresponsabilidad de Homer Simpson en uno de los puestos de trabajo con mayor peligrosidad, hasta el activismo de Lisa o Maggie, la gran abandonada de la familia mostaza.

Así pues, ¿qué opináis al respecto? ¿Hasta dónde debe llegar el humor? ¿Cuáles son las puertas que no debe sobrepasar, de haberlas? ¿Cómo se resolvería hoy un caso como el de Joshua Smith? Estaré encantado de leeros y participar en el debate.

¡A disfrutar!