sábado, 2 de agosto de 2014

Una breve historia de casi todo: 30) Adiós


Hola a todos y a todas.

Lo primero es el resumen del último capítulo, porque luego me voy a poner pesado y lo mismo no tenéis ganas de leer el tostón que os voy a colocar. Pienso hacer un pequeño resumen de esta edición, un homenaje a todos (espero no haberme saltado ninguno y que ninguno se sienta ofendido) y un ¿y ahora qué?
Sinceramente, me he quedado impresionado por la cantidad de gente que se ha implicado en esta 2º edición de #TertuliasCiencia. Por cierto, yo no soy tan espectacular como @Ununcuadio, así que ¡no esperar gran cosa!

El resumen del capítulo.

Deciros que no he entendido muy bien lo que pretende Bryson con este capítulo.
Si su idea era que nos diéramos cuenta de cómo somos y que nos planteáramos qué será de nosotros, creo que se ha quedado corto hablando solo de que somos la mayor especie invasora que ha habido sobre la Tierra.
Creo que debería de haber hablado también del consumismo bestial que realizamos. De hecho creo que él mismo se dio cuenta, y por eso, en “Una MUY breve historia de casi todo” (versión juvenil del libro) aparecen fotos de la contaminación... en las hojas reservadas a ese capítulo. Os adjunto fotos para que lo leáis si os apetece.








 
Por cierto, para abordar ese objetivo os recomiendo otra vez “Home”. No voy a hablar más de esa película porque ya lo hice en capítulos anteriores.

Y ahora el resumen. Os advierto que va a ser corto.

Empieza con el sinsentido de la desaparición del dodo (se les mataba por puro entretenimiento). Ocurrió en la misma época en que se escribían los Principia de Newton. “Lo mejor y lo peor del ser humano siempre han convivido juntos”.

Después nos indica la gran cantidad de especies animales que han desaparecido desde que existimos y resalta que la casi totalidad de las especies de gran tamaño terrestres ya no están. Esa desaparición sin duda nos es beneficiosa en la actualidad pero ¿tenía algún interés en la prehistoria? (buena pregunta la que se formula Bryson). El autor nos habla de la sexta extinción, por ello quizás os apetezca oír este podcast de Ideomica “entrevista de Luis Quevedo a Rodolfo Dirzo” que se publicó hace poco en Naukas.

Seguidamente nos cuenta que Tim Flannery y Peter Schouten, en la década de los noventa del siglo pasado, se pasaron cuatro años intentando recopilar toda la información de los animales que se han extinguido desde que documentamos estos hechos. El resultado es un extraordinario libro “A Gap in Nature”

En ese contexto nos cuentan la historia del gato del farero. Y yo no pude dejar de acordarme de la charla que dio @Txemacg donde nos contó la misma historia, de paso nos contó algo que no nos cuenta Bryson: “después de nosotros, la mayor especie invasora que existe ha sido el gato”, sin duda los amantes de los gatitos pensarán que ellos también son capaces de lo mejor y de lo peor.

Y en ese momento vuelve a la idea del principio del capítulo, preguntándose lo intrigante y desconcertante qué es que al mismo tiempo “la gente que estaba más profundamente interesada por el mundo de las cosas vivas resultase ser la que más las extinguiese”. Y nos pone un ejemplo: Lionel Walter Rothschild, personaje que sin duda es digno de un libro entero.

Y dándole vueltas a esa idea llega al final de capítulo y del libro afirmando: “hemos sido elegidos, por el destino, por la Providencia o como quieras llamarle. Somos, al parecer, lo mejor que hay. Y podemos ser todo lo que hay. Es una idea inquietante que podamos ser el máximo logro del universo viviente y, a la vez, su peor pesadilla”.

Y para el debate propongo continuar con el debate del capítulo anterior, porque en el fondo preguntaba lo que creo que nos tenemos que preguntar aquí ¿qué futuro nos espera?

La 2º edición de #TertuliasCiencia

Desde mi punto de vista ha sido un éxito, más de 30 personas (entre los que resumen y comentan) han colaborado para sacar adelante este proyecto. Han sido más de 600 comentarios repartidos en las 30 entradas (resúmenes de los capítulos) que tiene el libro. Hemos tenido alrededor de 7500 visitas pero, lo más importante a mi juicio ha sido disfrutar de vuestra compañía y aprender (en su más amplia acepción: aprender Ciencia leyendo el libro y los comentarios; aprender a ser persona “tertuleando”, aprender…).

Además, opino que la elección de "Una breve historia de casi todo" fue buena (aunque se que algunos no pensáis igual, pero en la diferencia de pareceres está el enriquecimiento personal). ¿Por qué opino así? Porque hemos aprendido un mogollón del estilo de Bryson y porque es admirable como ha podido tratar tantas ramas de la Ciencia. Por otro lado creo que hemos aprendido ha admirar más aun la figura de los traductores (tenemos el defecto de solo reconocer/disfrutar/alabar... las cosas buenas que tenemos cuando no las tenemos, jajaja...).

Y añado una cosa más. Es genial que, pese al “esfuerzo” que nos supone leer coordinadamente y comentar, lo sigamos haciendo. Y es genial que todos los que nos hemos manifestado valoremos positivamente el proyecto (tanto los que son más activos como los que solo aparecen cuando pueden).

Los agradecimientos.

Gracias a todos por pasaros por aquí. Gracias a los que nos leéis, gracias a los que comentáis y gracias a los que resumís. Lo más importante de este proyecto es aprender disfrutando, y eso lo hacemos leyendo todos juntos un libro.
Cada uno lo hace como quiere, aunque si os gusta la idea os recomiendo que comentéis porque ¡cualquier comentario es bien recibido (si es educado) y además nos enriquecen a todos los nuevos puntos de vista!
Resumir no es tan complicado, por eso también os animo a que lo hagáis, pero si lo que deseáis es simplemente leernos, también sois bien recibidos.

· Gracias a @jlmgarvayo por hacer el primer capítulo (y un post de presentación de la 2º edición), también otros capítulos intermedios y el antepenúltimo y penúltimo capítulos (en su blog está desarrollando una serie, os recomiendo que la visitéis, que precisamente trata sobre esos dos capítulos).

· Gracias a @Acc_Science que, junto con José Luis, ha sido de los más activos en participar. Con el fin de ir “atando” la siguiente edición, le hemos propuesto (lo hemos hablado entre algunos) que sea él el que resuma el primer capítulo del próximo libro. Obviamente, si no puede o ve más conveniente otra cosa (por las razones que sean), #NoProblem!
Creemos que es una buena idea que, el más activo en una edición, sea el responsable de empezar la siguiente.

· Gracias a @estapillao porque siempre está ahí para resumir cuando ninguno os habíais presentado (había veces que le avisaba los viernes por la tarde/noche).
También ha ayudado en estas labores @deibitbanon; desde el principio me dijo que si no había nadie que le avisara, pero esta edición ha dispuesto de menos tiempo ;-)

· Por supuesto gracias a @Ununcuadio, que está liada (y más liada) pero que siempre se pasa por aquí y echa una mano en todo lo que puede. Además ella presentó el proyecto en Naukas http://naukas.com/2014/01/19/tertuliasciencia/ y es una de las fundadoras.

· Ya que estamos con las reseñas, agradecemos a “Kítaro (Onda Regional de Murcia)” http://bitacoradeunprofesordeciencias.blogspot.com.es/2014/01/autobombo-no-evaluacion-externa-asi.html y a “Pa ciencia, la nostra (VOS)” http://www.ivoox.com/pa-ciencia-nostra-vos-11-audios-mp3_rf_2726796_1.html que en sus programas radiofónicos difundieran el proyecto.

· Gracias a los que, aun sin participar activamente en #TertuliasCiencia, cuando se les ha dicho si podían resumir por saber mucho sobre esa materia, se han mostrado encantados: @ikutram, @nchazarra, Alexis Hidrovo, @microbioblog y @ManoloSanchezA

· Entre los nombres anteriores falta gente que ha resumido y que desde la primera edición son de la familia: @carvaser, @DivuLCC, @Cuantosycuerdas, @cuantozombi, @mmge2009 y @marga_beas.

· Otros que solo han comentado, pero sus aportaciones siempre han sido enriquecedoras, han sido @Sergio_Pomares, @letras_ciencia, @guardiolajavi, Epicureo, Guillermo Carvajal F., @lauramorron, @profeFQ, @profedeciencia, @ageologicas, @alteruter, @DaniEPAP, @antineutrina, @Txemacg, @molinos1282, @CEAmbiental, @copepodo y @MimiMandril hasta el momento.

· Y gracias a los que nos leéis, estáis invitados a comentar/resumir cuando queráis (ni cerramos los comentarios ni pensamos dejarlo en este libro).

Lo dicho, gracias a todos por participar.

¿Y ahora qué?

Toca descansar, ¡pero para pensar! Y no solo algunos, ¡tenemos que pensar todos los que queramos que el proyecto siga vivo!

Veamos, mi propuesta es que a finales de septiembre nos “reunamos virtualmente” y hagamos una tertulia sobre #TertuliasCiencia. Yo, para ir abriendo el apetito, os propongo tres reflexiones:
· Pensemos que libro nos apetece, y pensemos si se adapta a #TertuliasCiencia
· Pensemos cuando sería la mejor fecha para retomar el proyecto.
· Pensemos como mejorar la asignación de resúmenes y el formato en general.

Pero aquí no acaba la cosa. #TertuliasCiencia sois vosotros, luego… ¡no dudéis en hacer otras muchas cosas con el blog!:
· Hace un año un grupo de tertulianos intentó lanzar “Practicando” (experimentos compartidos); no cuajó pero la idea es buena y quizás algún día alguien la retome.
· Por otro lado me ha dicho un pajarito que algunos estáis intentando abrir nuevos caminos para la divulgación usando tanto el material como el blog ¡bienvenidos sean todos los proyectos! Estad atentos a @jlmgarvayo ;-)
· Yo tengo una idea. Os la comento.
Si alguno de vosotros quiere leer un libro X, y al comentarlo por twitter se le une otra persona y deciden que podrían comentarlo quedando on-line, pueden usar este blog para hacer esas tertulias (y así todos curioseamos sobre lo que están diciendo, y quizás incluso nos metamos a comentar algo). Yo creo que el blog se puede adaptar fácilmente para este menester (por ejemplo, una entrada presentando el libro y quienes impulsan la iniciativa, y después ¡a comentar sin límite mientras se está leyendo!). Os invito a probarlo si os apetece.

Bueno, yo ya no se que más decir. #TertuliasCiencia es vuestro, me ha tocado hacer el último resumen de la 2ª edición y espero sinceramente que hayáis disfrutado con el proyecto tanto como yo.

domingo, 27 de julio de 2014

Una breve historia de casi todo: 29) El mono inquieto

En este penúltimo capítulo, Bryson trata el tema de la aparición del género Homo, de la forma en que hemos llegado a todos los rincones del globo y de la revolución que supuso la fabricación de las primeras herramientas de piedra (algo que se atribuye a  Homo habilis mucho antes que a Homo sapiens).

La interpretación general sobre la evolución de nuestros antepasados durante el Pleistoceno Inferior y Medio (hace entre 2,5 y 0,1 Ma) vienen a relacionar tres acontecimientos: la aparición del Homo erectus, la cultura Achelense y la primera salida de los homininos fuera del continente africano. Este primer movimiento migratorio fuera África obliga a nuestros antepasados a enfrentarse con climas fríos, logrando adaptarse a la nueva situación gracias a las novedades culturales asociadas con la tradición Achelense (herramientas de piedra elaboradas, confección de vestimenta) y al control del fuego. Sin embargo, este esquema tropieza con numerosos baches.

Respecto al oriente asiático, la forma tradicional de ver las cosas apuntaba a la existencia allí de una industria sin bifaces achelenses durante todo el desarrollo de los Homo erectus en Java y China. Esto llevó a postular la “línea de Movius”, una frontera ideal que separaría a guisa de barrera tecnológica a los erectus asiáticos de los del resto del planeta. Se pone así en duda que se produjese una verdadera conexión cultural con los yacimientos africanos: la morfología de los homínidos del grado erectus procedentes de los continentes africano y asiático es distinta y su industria, salvo excepciones, también lo es. De hecho, en los yacimientos de Java se han encontrado poquísimos instrumentos líticos debido quizás a la utilización de herramientas talladas en otros materiales, como madera, bambú o hueso (decir que la cultura Olduvaiense tiene un comienzo estimado hace entre 1,9 y 1,7 Ma con un final hace entre 700.000 y 200.000 años, mientras que el comienzo del Achelense se solapa en parte con el periodo anterior (comienzo 1,5-0,7 Ma) y finaliza hace 200.000 años aproximadamente).

La cuestión del momento, el cómo y dónde surge por primera vez el Homo sapiens es materia de duros debates y enfrentamientos entre puntos de vista muy dispares. En la actualidad, los investigadores plantean dos modelos para explicar el origen de Homo sapiens: el primero de ellos se ha llamado modelo “multirregional”; mientras que el segundo es el modelo del “Arca de Noé”, del origen único, o del reemplazamiento (mejor conocido como “fuera de África”).  Ambos modelos responden de forma diferente a las cuestiones acerca del momento de aparición de Homo sapiens y a la contribución de las diferentes poblaciones del Pleistoceno a la morfología y acervo genético de la humanidad actual.


La hipótesis de la evolución multirregional, uno de cuyos principales defensores es Alan Thorne, contempla el proceso de aparición de nuestra especie como el resultado de una profunda transformación a partir de las poblaciones ancestrales de Homo erectus que evolucionaron de forma gradual e independiente hacia Homo sapiens arcaicos y, posteriormente, hasta los humanos modernos.  Siguiendo este criterio, las diferencias que apreciamos entre las razas actuales tendrían un origen muy antiguo y serían el resultado de ese proceso evolutivo paralelo.  Por lo tanto, la transición desde Homo erectus y Homo sapiens arcaicos a los Homo sapiens modernos ocurrió de forma paralela en diversas partes, a través de varias poblaciones intermedias, con una mezcla genética continua entre ellas que mantuvo la unidad de la especie.

Por otro lado, la teoría “fuera de África” (out of Africa) sostiene que los humanos modernos aparecieron en África hace entre 300.000 y 100.000 años y que, en una o varias oleadas, salieron del continente y colonizaron el resto del planeta.  Este éxodo conllevó la extinción de los neandertales europeos y los Homo erectus asiáticos que habían aparecido previamente como resultado de evoluciones locales.

Las posturas se mantienen hoy en día enfrentadas porque el registro fósil no arroja mucha luz sobre esta cuestión ya que permanecen sin respuesta clara muchas preguntas: ¿qué ocurrió con los neandertales?, ¿cómo se extinguieron?, ¿convivieron y se cruzaron con los sapiens? Los neandertales estaban bien adaptados a los climas rigurosos de Europa y llevaban decenas de miles de años campando a sus anchas por medio mundo. De hecho, la visión tradicional de un neandertal como un ser poco inteligente, con aspecto simiesco etc., es decir, la perfecta representación de un cavernícola, ha quedado muy atrás: si tuviésemos uno delante quizás no fuéramos capaces de distinguirlo (de hecho, estudios recientes apuntan a que compartimos nuestro código genético, lo que sin duda apunta a que hubo entrecruzamiento entre ambas especies)

Dado que los fósiles ofrecen más dudas que respuestas, cada vez más se acude a los análisis moleculares y de ADN allá donde es posible. Fruto de estos estudios ha sido la línea de investigación iniciada en la década de los sesenta del siglo pasado centrada en el ADN mitocondrial (su utilidad reside en que experimenta un proceso de mutación más rápido al ser menos efectivo su mecanismo de reparación (y por lo tanto aporta más información en cortos lapsos de tiempo), se hereda exclusivamente a través de la madre (el que no exista recombinación facilita su rastreo) y, por último, presenta una gran cantidad de moléculas que normalmente son idénticas entre sí (cada individuo posee múltiples copias de ADNmt idénticas).

El esquema de trabajo partía de la siguiente premisa: las mutaciones del ADNmt provocan diferencias en la secuencia de bases que se pueden comparar al examinar la dotación de dos personas.  Cuanta mayor sea la diferencia en esta secuencia, mayor será el número de mutaciones acumuladas y, por consiguiente, mayor será el tiempo desde que esas dos personas (y presumiblemente, las poblaciones que representan) compartieron un antepasado común.  Partiendo de aquí comenzó el trabajo de análisis.

Las conclusiones fueron que los africanos son el grupo de población con una mayor variabilidad genética ―en el ADNmt ― lo que a juicio de los autores tenía sentido teniendo en cuenta la propia escala temporal: los africanos han tenido más tiempo para divergir que el resto de poblaciones del planeta.  Sin embargo, lo que estos datos no nos pueden decir es el momento exacto en que tuvo lugar la migración fuera de África. Pero una interpretación provisional del árbol y la escala temporal asociada encajaba con los hallazgos del registro fósil: éstos apuntaban a que la transformación de la forma arcaica a moderna de Homo sapiens tuvo lugar primero en África, hace aproximadamente entre 140.000 y 100.000 años.

Los estudios se multiplicaron, al igual que las conclusiones (enormemente dispares entre sí) en función de si el investigador era defensor de la teoría de la salida de África o del multirregionalismo. Quizás la mayor sensatez venga de la mano de Rosalind Harding, genetista de  la Universidad de Oxford, cuando dice que ambas partes han hecho un mal servicio a la ciencia al insistir en que debe ser una cosa o la otra. Es probable que las cosas no sean tan sencillas como los dos bandos quieren que pienses.

Como prueba de que debemos ser pacientes a la hora de extraer conclusiones arriesgadas son los descubrimientos realizados en Denisova: el análisis el ADN ratifica que el hominino encontrado (una niña de unos 7 años) se trata de una especie diferente a los neandertales y los Homo sapiens, que habría compartido con los neandertales un ancestro hace unos 650.000 años y con los humanos modernos hace 800.000 años.

Del mismo modo, en diciembre de 2013 se publicó en la revista Nature que la secuenciación de ADN mitocondrial de un fémur procedente del yacimiento de la Sima de Los Huesos, en Atapuerca, de hace 400.000 años, ha mostrado mayor relación con el ADN denisovano que con el neandertal, lo que abre paso a la hipótesis de una compleja relación entre las distintas especies de Homo en Eurasia.


Lo que todo esto nos enseña es que debemos ser cautos a la hora de estudiar la evolución humana. Como dijimos al comentar el capítulo anterior, cada nuevo descubrimiento puede suponer un cambio radical en la visión que tenemos de nuestro pasado evolutivo.

___

Mi propuesta para el debate, sin perjuicio de que cada cual de su opinión sobre la forma en que Bryson ha expuesto este tema, es hacer un esfuerzo de imaginación, pero tomando como base los conocimientos de biología, física, climatología, evolución etc. que hemos ido acumulando: ¿cómo evolucionará la especie humana?, ¿cambiará el ser humano en los próximos 10.000, 100.000 o millón de años?, ¿de qué forma?, ¿sencillamente nos extinguiremos o superaremos los retos a los que nos enfrentamos?

sábado, 19 de julio de 2014

Una breve historia de casi todo: 28) El bípedo misterioso

Comenzamos nuestra andadura por la evolución humana de la mano de quien fue el primer “buscador” de nuestros antepasados, Eugène Dubois. A pesar de no tener formación paleontológica, tras leer a Charles Darwin y, sobre todo, a Ernst Haeckel (quien estaba convencido de que debíamos buscar nuestro origen en Asia), decidió marchar a las Indias Orientales Holandesas (lo que hoy es Indonesia). Allí desenterró una bóveda craneal a que designó como Pithecanthropus erectus (hombre-mono erecto) más conocido como hombre de Trinil. Pese a sus esfuerzos por hacer valer sus ideas, murió solo y sin reconocimiento alguno.


En el continente africano visitamos a Raymond Dart quien halló otro cráneo en una cantera, esta vez asignado al taxón Australopithecus africanus y conocido como el niño de Taung. Concluyó que se encontraba ante los restos de una criatura más simiesca que el hombre de Java a pesar de su gran parecido con los humanos, y que, por tanto, la cuna del hombre moderno había que buscarla en África (algo que ya había sido planteado por naturalistas como Charles Darwin muchos años antes). Esta pretensión encontró un fuerte rechazo debido a la mentalidad de la época que no podía soportar que estuviéramos relacionados con los africanos.


Hasta ese momento cada nuevo resto fósil que se encontraba recibía un nuevo nombre genérico y otro específico (haciendo inútil cualquier intento de clasificación), creándose de esta forma una maraña ininteligible y sin sentido de tipos de homínidos. A pesar de que Carl von Linné había sentado las bases de la clasificación taxonómica varios años antes, fue preciso esperar a la década de los sesenta del siglo pasado para que Francis Clark Howell pusiera un poco de orden.

Aunque Bryson no entre en esta cuestión, se hace preciso saber que la taxonomía es la teoría y práctica de la clasificación de los organismos y consta de dos aspectos diferentes: primero, es el proceso de clasificar organismos, clasificación que puede hacerse sobre la base de distintos criterios; y en segundo lugar, es el proceso de nombrar las unidades reconocidas según las normas establecidas por el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica. Mientras que nombrar las unidades taxonómicas es un proceso objetivo que debe seguir unas normas claras establecidas en dicho código, el reconocimiento de las unidades y su incorporación en la jerarquía es una cuestión menos rígida ya que las bases de cualquier clasificación depende de las intenciones de la persona que la realiza. De ahí las discrepancias y enfrentamientos que, aún hoy, mantienen muchos paleoantropólogos en relación a la clasificación de los fósiles recuperados.

El trabajo se complica en cualquier caso dada la escasez de restos y debido también a nuestro desconocimiento de la relación existente entre las especies extintas. Los análisis moleculares han establecido que la divergencia entre los chimpancés y los humanos se produjo hace alrededor de 6 Ma. Con estos datos es más sencillo ubicar los nuevos hallazgos del registro fósil en una línea temporal más o menos definida (por ejemplo, si encontramos restos fósiles que podemos datar en 6 Ma de antigüedad, sabremos que están muy cerca del punto de divergencia entre humanos y chimpancés) aunque debemos tener presente que cuanto más nos acercamos a ese punto de divergencia mayores son las similitudes entre las especies y, por tanto, más complicada la clasificación.

Por lo tanto, si damos por bueno que los chimpancés y los humanos somos primates muy parecidos en bastantes cosas, pero también muy distintos en otras, habremos de concretar primero cuáles son esas diferencias y qué papel jugaron en el proceso de separación de ambos linajes. Hoy en día se postulan dos rasgos anatómicos que son propios en exclusiva de los homininos: el aparato locomotor necesario para la bipedia y el esmalte dental grueso en los molares. Por lo tanto, cuando se descubren los restos fósiles de un posible candidato a ser nuestro antepasado, lo primero que se hace es tratar de averiguar si cumple alguno de estos dos requisitos.

En la actualidad se reconocen generalmente tres géneros dentro de la familia homínida (o tribu hominina) que se corresponden con tres zonas adaptativas: Australopithecus engloba los primeros homininos que desarrollaron gradualmente el bipedismo; Paranthropus, la rama evolutiva (incluyendo a los australopitecinos robustos) que colonizaron los espacios abiertos de la sabana con una alimentación especializada en vegetales duros; y Homo, la rama que evolucionó hacia un encéfalo más grande y conservó de los australopitecinos algunos rasgos gráciles, comenzó a utilizar herramientas de piedra y evolucionó hacia una dieta más carnívora.

Hay un caso concreto en la paleoantropología que supuso un enorme impacto mediático y llevó el estudio de los fósiles a todos los hogares: Lucy. Se trata del hallazgo de un esqueleto bastante completo datado hace 3,18 Ma por el equipo de Donald Johanson y cuyas características anatómicas han permitido concluir que estaba adaptada para caminar sobre sus extremidades inferiores (era por tanto bípeda), aunque también era hábil trepando a los árboles. Se encontraba por tanto en un estadio evolutivo intermedio. Muchas de estas conclusiones siguen hoy en día debatiéndose, lo que demuestra lo complicado de esta disciplina.


Poco después del hallazgo de Lucy, Mary Leakey encontró unas huellas fosilizadas en un sustrato volcánico en Laetoli, Tanzania. Por la datación de las mismas se ha aventurado que quienes las dejaron fueron dos australopitecinos aunque desconocemos si realmente fueron dos, tres o más individuos, si pertenecían al mismo grupo o si formaban una familia como en ocasiones se les ha representado. De lo que no hay ninguna duda es de eran capaces de recorrer grandes distancias andando.

La situación estuvo más o menos estancada hasta que se a partir de 2001 se producen en poco tiempo una serie de hallazgos con una antigüedad estimada que va desde los 7 Ma a los 4,4 Ma: Sahelanthropus, Orrorin y Ardipithecus. Como vemos, están situados muy cerca del punto esperado de separación entre los chimpancés y humanos y todos se consideran antepasados nuestros, aunque muchos investigadores ponen en duda algunas de sus características considerando que son más simios que humanos.

Uno de los puntos clave de nuestro pasado evolutivo estuvo por tanto en el descenso de los árboles y el comienzo de la exploración de la sabana africana caminando erguidos. Esta forma de locomoción permitió recorrer distancias más largas, soportar mejor el calor y dejar libres las manos para la utilización de armas y herramientas.

Y así, hace unos 2 Ma surgió el género humano y comenzó la carrera de la encefalización. El aumento del cerebro fue otro de esos puntos clave en nuestro pasado. El enorme consumo de energía de este órgano precisó una mejora en la alimentación. Homo habilis es el primero de nuestros antepasados que utilizó herramientas (aunque muy simples). Homo erectus se considera como un punto de inflexión: todo lo que había antes de él era de carácter simiesco; y todo lo que llegó después de él era de carácter humano. Fue el primero que cazó, el primero que utilizó el fuego, el primero que fabricó utensilios complejos, el primero que dejó pruebas de campamentos, y el primero que cuidó de los débiles y frágiles. También fue de los primeros de nuestros antepasados que se aventuró fuera de África y colonizó otros ambientes.

En cualquier caso, aunque quedan muchos interrogantes por resolver, hoy en día se acepta generalmente que a partir de este momento se produjeron no una, sino varias salidas fuera del continente africano que han llevado a que el ser humano moderno haya conquistado todos los rincones del planeta.

Me ha parecido un capítulo algo farragoso. Es cierto que explicar nuestro pasado evolutivo no es nada sencillo y que hay muchos temas que tratar, pero al terminar de leerlo me he quedado con la sensación de una enorme confusión, que se ha limitado a destacar algunos aspectos pero ha dejado de lado tratar de dar un sentido al conjunto,

Mi propuesta para el debate, sin perjuicio de que cada uno ofrezca su visión del capítulo, es que opinemos acerca de qué nos hace humanos, cuáles son los rasgos que destacaríais que nos hacen diferentes de los grandes simios o de otros animales.

sábado, 12 de julio de 2014

Una breve historia de casi todo: 27) Tiempo de hielo

Como su nombre indica, el capítulo se centra en las glaciaciones. Intenta explicar los periodos de hielo y calor de que tenemos registro hoy día, aenfriamientoen este tema estamos todavía empezando a comprender los complejos procesos que tienen lugar.

Comienza el autor con la explosión de Tambora, la mayor erupción conocida, que dejó unos 100000 muertos. El terremoto del Índico, posterior a la edición del libro, dejó más muertes pero no cambió el clima.
La expulsión de 240 km3 de cenizas oscureció la luz del sol, provocó un año sin verano y terminó bajando la temperatura media de la Tierra 1ºC. Ésto llevó a la pérdida de cosechas que amplió el número de muertes indirectas del cataclismo.
Parece que algo bueno dejó el desastre, unas bonitas puestas de sol que inspiraron a poetas y pintores.


Empezando con las glaciaciones, llama atención cómo se explicaban las marcas provocadas por los hielos en las rocas: con el paso de carros o el uso de botas de clavos. Las primeras teorías nos llevan a nuevas disputas por ideas científicas robadas. Charpentier planteó la idea a Agassiz que además utilizó las notas de otro amigo, Scimper, para defender la nueva teoría de las glaciaciones. Agassiz realizó muchos estudios para avalar su teoría y fue el que más la defendió, aunque debemos decir en su contrs que introdujo la muerte de todos los seres vivos y le dió trabajo de nuevo a Dios repoblando nuestro planeta.
Curiosamente Charpentier solo aparece en la wikipedia en versión inglesa mientras que Scimper únicamente lo hace pero como referencia a este capítulo del libro de Bryson. Agassiz en cambio tiene una página respetable pero perdió a dos amigos. 
No consiguió el apoyo público de Lyell por lo que cuando se vio respaldado en Harvard no lo dudó y se quedó allí.
La teoría siguió avanzando gracias a Croll que intuyó que los cambios en órbita de la Tierra podrían explicar la glaciación, aunque había que retroceder 80000 milones de años para que sucediese ésto y había pruebas de que hubo edades de de hielo hace bastante menos. Es el momento de Milankovitch que añadió los cambios en la inclinación y precesión al de posición ya comentado. Realizó los cálculos en su tiempo libre durante 20 años y finalmente, ayudado por su arresto domiciliario en la 1º guerra mundial, los publicó. Sin embargo las dataciones de que se disponía en la época no eran buenas y no coincidian datos y predicciones . Ya se había logrado explicar la temporalidad pero todos pensaban que los cambios eran graduales.
Aquí comienza la parte que más me ha gustado, Köppen dedujo que las épocas de hileo comenzaban con veranos fríos que hacen comenzar el fenómeno de enfríamiento que se autoperpetúa. Así podemos explicar los cambios bruscos que nos indican los testigos de hielo estudiados, cambios de 4ºC en veinte años y localmente de 8ºC en diez años. Ahora el problema era salir de la glaciación.
La solución la ofrecen los cambios tectónicos e incluso las erupciones gigantescas provocan cambios en los flujos atmosféricos y en las corrientes marinas que pueden modificar el clima. Estos cambios podrían haber desecado África y hacer evolucionar al mono...
Quedan muchas incógnitas, plantas en la Antártida, dinosaurios en zonas heladas y con grandes periodos de oscuridad...y muchos cambios climáticos esperando explicación.
Ahora mismo estamos muy cómodos al final de una era glacial y no somos conscientes de que este planeta puede ser muy caluroso o muy frío, y no hace falta que varíen muchas cosas para que se desencadene el cambio.

Viendo cómo me he enrollado ya sabréis que me ha gustado mucho el capítulo, tanto por las historias como por las posibilidades qeu deja abiertas. Como no se casi nada del tema propongo "poco" debate:

Primero cita para comentar, Humboldt, "primero, la gente rechaza lo que es verdad, ;luego, niega que sea importante, y , finalmente,atribuye el mérito a quien no corresponde"

Segundo si no sabemos qué puede pasar con cambios no muy grandes, ¿qué pasará si aumetamos la temperatura de la Tierra sin cesar?
¿Y tú, de quién eres?, o sea ,¿crees que el calentamiento nos llevará a una época caliente o a una glaciación?

Y recordad que no hay nada más refrescante que leer y comentar ;-)

sábado, 5 de julio de 2014

Una breve historia de casi todo: 26) El material de la vida.

                          
Es este un capítulo largo, muy largo, pero el tema lo merece: "El material de la vida"
Bryson nos recuerda, no sin muchos cálculos matemáticos, que somos el producto, la consecuencia del azar. Nos induce a pensar en el parentesco genético de toda la humanidad, para posteriormente sumergirnos en el mundo del ADN, esa molécula tan grande que necesita empaquetarse muy bien para poder entrar en el núcleo de la célula.

Mientras leía este capítulo he pensado en lo arduo del trabajo desde Miescher, incluso antes, hasta llegar a lo que hoy nos parece evidente. Se hace más evidente lo de "A hombros de gigantes" ahora en bioquímica. Grfftith y el factor transformate, Morgan, Avery, McLeord, McCarthy. Imagino a Hershey y Chase emocionados, temerosos, al comprobar que la molécula portadora de la vida era el ADN y no las complejas proteínas, a los detractores e incrédulos coetáneos.

Reconozco, al igual que Bryson, que Pauling siempre me ha parecido un científico clarividente y el que tenía más posibilidades para descifrar la estructura del ADN, pero una vez más los intereses políticos están por encima de los científicos.

Otro aspecto que se trata en el capítulo es la relación entre científicos, el machismo, menos precio o discriminación de la mujer a comienzos del siglo pasado. La relación entre el cuarteto Wilkins, Franklin, Crick y Watson se movía entre la envidia y la lucha por conseguir resultados antes que los otros. Considero mordaz e inapropiada (teniendo en cuenta la inteligencia del grupo) la crítica de Watson sobre el atuendo y la presencia de Franklin.

En la siguiente dirección Miguel Vicente hace una descripción de Franklin y sus vivencias

http://www.xtal.iqfr.csic.es/Cristalografia/archivos_10/la-dama-ausente-rosalind-franklin.pdf

Un librito curioso de Valeria Edelsztein que trata de poner un poquito de sensatez, o de justicia en el mundo de la ciencia "cocinan, limpian y ganan el premio Nobel"...

http://mujeresconciencia.com/2014/06/19/cientificas-cocinan-limpian-y-ganan-el-premio-nobel-y-nadie-se-entera/

Pero como en ciencia no hay verdades absolutas, también me he cruzado con el blog de un apasionado por la ciencia, a quien admiro cada vez más, en parte gracias a estas tertulias, José Luis Moreno que analiza la desigualdad en este complejo mundo. Merece la pena leerlo.

http://www.afanporsaber.es/2014/06/desigualdad-en-la-ciencia/#.U7Gy8NoaySN

La agudeza, perspicacia e inteligencia de Watson y Crick unidas a la fortuna, la casualidad (Wilkins les enseña las imágenes conseguidas por Franklin, Pauling no puede viajar a Londres,...) hicieron que ambos configurasen la maqueta con la estructura del ADN. No obstante tendrían que pasar 25 años para que el modelo de la doble hélice fuera aceptada por todos.

Aunque en algún momento se pensó que la genética estaba tocando su fin... Hoy sabemos que queda mucho camino por recorrer para conocer todo lo que esconde la molécula de la vida.

La importancia del ADN consiste en abrirse como una cremallera y formar una hebra complementaria con una fiabilidad asombrosa, pero de vez en cuando puede haber un error y producirse un snip, que puede pasar desapercibido o tener alguna importancia, la mayor parte de las veces será perjudicial, pero alguna será beneficioso. La acumulación de estos cambios es lo que va diferenciando unos individuos de otros, dando lugar a la variabilidad y a la capacidad de adaptación. David Cox "todos similares, todos diferentes"

Otro punto que se trata es el proyecto genoma, nos creíamos superiores en todo, por lo tanto seres así deberían tener más y mejores genes que el resto. Decepción cuando los primeros estudios señalan que el 60% de los genes humanos son casi los mismos que los de D. melanogaster y el 90% se corresponden con los del ratón. Hemos pasado de pensar que tendríamos unos 100.000 genes a saber que están entre 35.000-40.000. Hemos aprendido que la cuantía del material genético no refleja la complejidad del ser vivo.

Buscamos el gen que determina cada rasgo y hemos descubierto que los genes cooperan para dar lugar a un carácter, se complican las cosas, cuanto más sabemos más dudas vuelven a asaltarnos.
Lander nos recuerda que el genoma nos dice de qué estamos hechos, pero no dice nada de cómo funcionamos. Nos falta el manual de instrucciones.

Llegados a este punto se complican un poquito más las cosas, se une el proteoma a lo que somos y a cómo lo somos. Además de la composición química ahora interviene la estructura.

Bryson termina el capítulo recordando la frase de Monod: "Cualquier cosa cierta en E. coli debe serlo en los elefantes en mayor cuantía". La vida es toda una.

Cuestiones para el debate:
1- la primera parte del capítulo hace referencia a las continuas controversias hasta llegar al ADN como la molécula de la vida. ¿Es bueno cerrarse a cualquier avance que cuestione lo que sabemos? ¿Es mejor aceptar cualquier novedad?

2- Una cuestión que plantea la revista Muy Interesante estos días es "¿Crees que la gente que trabaja en ciencia es honesta? Después de las luchas para ser el primero en determinar la estructura del ADN en el capítulo podemos comentarla.

3- En un momento Jeffreys dice: "Todos los organismos son, en cierto modo, esclavos de sus genes". Vuelve a aparecer la sombra del predeterminismo ¿somos lo que son nuestros genes? Sí nacemos con una carga genética, creéis que se puede luchar contra ella. ¿Podemos hacer frente al determinismo genético?

4- ¿Consideras que en ciencia ha cambiado la idea que se tenía sobre las mujeres?. No podía dejar de preguntarlo...

domingo, 29 de junio de 2014

Una breve historia de casi todo: 25) La idea singular de Darwin



Estas últimas semanas he estado liado y #TertuliasCiencia lo he seguido discretamente, es algo que nos pasa a todos pero lo importante es que aquí estamos: ¡nos gusta el proyecto! Así que creo que lo primero es autofelicitarnos porque, aunque disfrutemos, colaborar/apoyar/resumir/… “gasta” parte de nuestro tiempo y lo hacemos, sin ánimo de lucro, por amor a la Ciencia y a su gente, por el simple deseo de aprender/entender/... Lo dicho, FELICIDADES.

Este fin de semana resumo yo, veamos como lo hago porque noto como mis neuronas se están desconectando una a una entrando en periodo estival. En fin, vamos a ello: Capítulo 25. Una breve historia de casi todo. Bill Bryson. "La idea singular de Darwin"

El capítulo empieza con la anécdota de las palabras del editor cuando le entregó “El origen de las especies por selección natural o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida”. Y después de ello Bill Bryson va directo al grano.

Darwin nació en familia acomodada, por diversas circunstancias (para desgracia de su padre) acabó graduándose en teología y le salio la oportunidad de viajar en el Beagle para acompañar a un capitán de carácter difícil.
Esos 5 años de viaje fueron la experiencia formativa de su vida, no solo por la cantidad de especimenes que capturó/recogió (durante el resto de su vida nunca terminó de trabajar/aprender con ellos) sino por los libros que leyó.

La idea simple y revolucionaria “los organismos compiten por los recursos y el que tiene una ventaja innata prospera y transmite esa ventaja a sus vástagos” no se le ocurrió en el viaje, fue después de años de maduración de todos los datos/teorías que iba asimilando (es curioso que un amigo ornitólogo fue el que le dijo que las aves de las Islas Galápagos eran todos pinzones). 6 años después de volver (en 1842) tenía un “esbozo” de su teoría pero la aparcó, se dedicó a otras cosas, cambió su salud y carácter… aunque nunca abandonó la Ciencia y sus ideas.
Pero en 1858 recibió un borrador de un artículo de Wallace que tenía coincidencias asombrosas con su esbozo (idea que a wallace si le vino fruto de un ramalazo de intuición). El peculiar carácter de Darwin hizo que tomará la decisión de que se publicaran ambas cosas a la vez (sin consultar con Wallace lo cual puedo o no ser discutible desde un punto ético). La presentación pública de estas ideas no levantaron ninguna polémica y un año después Darwin publicó “el origen de las especies…” (una nueva he interesante anécdota nos cuenta Bryson cuando nos dice que Matthew reivindico la prioridad de la idea “selección por competencia” porque esa idea estaba contenida en una obra suya, Darwin le contestó que como no la había difundido por los cauces “naturalistas” nadie se había enterado).

Pero la teoría planteaba problemas. Dos de ellos le llevo a enfrentarse con muchos, faltaban fósiles de los especimenes intermedios y faltaba tiempo para que la evolución fuera por este mecanismo ya que era infinitamente más largo el tiempo necesario del que se consideraba que tenía la Tierra. Pero había otro, y es que ¿el libro no explicaba como surgían las especies?, pero llegó Mendel.

Mendel nació de familia humilde pero, ¡se hizo monje! Dicho de otra manera, la Iglesia posibilitó que se dedicara al estudio y que tuviera recursos para hacer sus experimentos (que duraron años, por cierto). Usando guisantes descubrió leyes en la transmisión de caracteres (ya instauró los términos dominantes y recesivos) que posibilitaron el entendimiento de como ganaban los ligeramente distintos. Mendel comentó sus resultados en unas reuniones de “naturalistas” pero ni caso, los mandó a un prestigioso botánico que no les prestó mayor atención… Mendel se fue al convento y se dedicó a seguir investigando y hasta se convirtió en abad.
Sus esfuerzos no acabaron en saco roto porque se publicaron en distintos sitios y cuando los científicos estuvieron preparados para entender la importancia de lo que había descubierto se le reconoció la autoría.

Bryson después de explicarnos Darwin y Mendel pone la anécdota más famosa, la del enfrentamiento entre el Obispo de Oxford y el científico Huxley. Dicha anécdota es considerada por muchos como un ejemplo de la eterna lucha entre las creencias que intenta imponerse por malas artes y los razonamientos que luchan, más que contra las creencias, contra esas malas artes que algunas usan.
Darwin publicó en 1871 (11 años después de su primera publicación) “la descendencia humana y la selección sexual”, ese libro si que podía haber sido considerado agresivo, pero el mundo en esos años era mucho menos excitable.

De todas formas Darwin nunca polemizó, dijo lo que pensaba y lo dejó fluir. Sus ideas triunfaron realmente alrededor de 1930-40 cuando se mezclaron con las ideas de Mendel (se le reconocieron en el 1900) y con los conocimientos nuevos que en esa época había.

The end

Me ha gustado mucho el capítulo. Espero no haber cometido muchas incorrecciones en el resumen.
Y ahora unas cuestiones rápidas (pero añadid vosotros todas las que queráis):

· ¿Crees discutible éticamente que Darwin publicara sin contar con Wallace?

· Si hubiera levantado revuelo la publicación Darwin-Wallace ¿crees qué Darwin  hubiera realizado “el origen de las especies…?

· Me ha llamado la atención que Darwin no utilizará la palabra evolución y que utilizará “ascendencia con modificación”, lo digo porque yo pensé hace unos meses que esos dibujos animados donde se ve que una especie se va trasformando en otra se pueden mejorar. La idea se me ocurrió cuando mi hijo de 5 años no entendía muy bien el concepto y pensé que era porque no se intercalaba entre esas imágenes de partos ¡cuando él las veía pensaba que eran los individuos los que iban progresivamente cambiando! Después de leer esto ¿no crees mejor “ascendencia con modificación”?

· ¿Consideráis que estudios como los que salen en “De epigenética, alimentación, fobias e inteligencia” de @Edocet son una vuelta hacia Lamarck?

· Y algo más. Yo me enteré de esos estudios por mis amigos pseudocientíficos (y me enteré antes de que se publicara ese post). Ese mundo está muy atento a leer cualquier cosa que le sea favorable y a manipularla dando solo una visión parcial. Por lo tanto me planteo ¿debe de tenerse en cuenta ese posible uso torticero a la hora de prepararse la publicación científica?

domingo, 22 de junio de 2014

Una breve historia de casi todo: 24) Células


Antes de empezar a comentar he de deciros que este capítulo me ha gustado mucho. Lo cual me lleva a pensar que como es un tema totalmente desconocido para mi, exceptuando aquellas clases del bachillerato en las que el profesor dedicaba parte de la misma a dibujar en la pizarra la célula con sus "coloritos", puede haber sido ese el motivo. Lo que me confirma una vez más en que este es un buen libro (con sus pegas y fallos, como todo en esta vida) que permite despertar el gusanillo y dibujarnos un panorama general para que cada uno profundice luego en aquello que más le haya llamado la atención. Resumiendo que he disfrutado con el capítulo. Ya me contaréis vosotros qué tal.

A lo largo del resumen que he hecho encontraréis frases en negrita y subrayadas, son comentarios míos acerca de cuestiones que me han llamado la atención y que pueden servir como hilo para debatir además de cualquier otro que se os ocurra.

Comienza Bryson explicándonos que "todo empieza con una sola célula" que mediante divisiones sucesivas (42) terminarán formando todas las células que configuran un ser humano, unas 10.000 billones. Cada célula lleva, cual manual de instrucciones, una copia completa de tú código genético y cada una de ellas "sabrá" cual es su cometido. Bryson dice que cada célula es una especie de milagro, reconozco que no me gusta esa definición y aunque lo argumenta diciendo que hasta "las más simples superan los límites del ingenio humano" sigue sin gustarme.

A continuación nos da una serie de datos, empezando por la diferencia de tamaño de un espermatozoide frente a un óvulo, 85.000 veces mayor este último. La media de tamaño de una célula está en unas dos centésimas de milímetro pudiendo llegar algunas a más de un metro, como es el caso de las células nerviosas. Su vida no suele ser superior al mes con algunas excepciones como las del hígado que pueden durar varios años y las células cerebrales "que duran lo que dures tú".
Bryson nos comenta que "se ha dicho que no hay ni un solo pedacito de cualquiera de nosotros que formase parte de nosotros hace nueve años". A mi esto me plantea  cuestiones filosóficas acerca de la identidad individual.

El pionero en la descripción de las células fue Robert Hooke, sí, aquel de la agria disputa con Newton por la Ley del Cuadrado del Inverso. Hooke nos descubrió que había todo un mundo microscópico que se nos había escapado. Es curioso que en aquellos tiempos el ser humano estuviera ampliando simultáneamente sus conocimientos de lo grande (el sistema solar) y lo pequeño (las células). ¡¡Menuda ampliación del horizonte del conocimiento!!

Fue el propio Hooke el que nombró a las células, llamándolas así porque al observar las pequeñas cámaras microscópicas de las plantas le recordaron las celdas de los monjes. Aunque los microscopios llevaban ya un tiempo en uso, los de Hooke, que era un "manitas", conseguían aumentar los objetos hasta treinta veces, todo un avance para la época (s. XVII). Pero realmente el gran avance vendría apenas una década después de la mano de un comerciante de paños de nombre Leeuwenhoek. Sin apenas estudios oficiales y al margen del mundo científico oficial Leeuwenhoek, con un gran genio técnico, envió casi 200 informes a la Real Sociedad de Londres para el asombro de los allí presentes (incluido Hooke). Iban acompañados de unos dibujos con ampliaciones de hasta 275 veces. Además Leeuwenhoek construía un instrumento específico para cada observación con gran maestría y paciencia y eso que observó innumerables sustancias (moho, células sanguíneas, dientes, cabellos, saliva etc...).

Algunos, animados por los descubrimientos de Leeuwenhoek se dedicaron a hacer sus propias observaciones llegando incluso a "descubrir" cosas que no existían. Nicolaus Hartsoecker llego a ver "hombrecillos preformados" en células espermáticas que llamó "homúnculos". Sinceramente este afán por descubrir y dejarse llevar tal vez por la imaginación me ha recordado la historia de los canales de Marte.

 En 1831, se descubrió el núcleo de la célula, de la mano del botánico Robert Brown. Y posteriormente Theodor Schwann planteó la idea de que toda la materia viva era celular, cosa que no fue aceptada de inmediato como suele ocurrir en muchas ocasiones como nos demuestra la historia de la ciencia. Finalmente, con  Louis Pasteur quedó demostrado que la vida no puede surgir de manera espontánea sino que necesita de células preexistentes.

A continuación, Bryson se introduce en la célula para mostrarnos todo su interior con su "actividad por todas partes y un repiqueteo constante de energía eléctrica". Dentro de su estilo hace una serie de comparaciones de esas que gustan a unos y disgustan a otros. Si los átomos tuvieran el tamaño de un guisante una célula sería una esfera de 800 metros de anchura con una actividad frenética donde cada filamento de ADN es atacado una vez cada 8,4 segundos, con sus consecuentes "reparaciones". Dentro de la célula encontramos proteínas, enzimas (un tipo de proteínas), lisosomas, endosomas, ribosomas, mitocondrias etc... He de decir que me ha sorprendido el número tan alto de mitocondrias que puede albergar una sola célula ¡¡Hasta 1000!! Siempre me quedé con la idea de una o dos mitocondrias. Supongo que el profesor no podía haber dibujado mil por célula y si lo mencionó no debí prestar atención. Ellas son las encargadas de transformar el alimento y el oxigeno (una vez procesados) en una molécula llamada ATP, que son básicamente paquetitos de baterías que proporcionan energía para los procesos celulares. Una célula típica tiene unos 1.000 millones de moléculas de ATP que gasta en apenas dos minutos.

Cuando las células no son necesarias mueren, en un proceso programado denominado apoptosis. La célula se "desarma" y sus elementos constitutivos son devorados. Miles de millones de células mueren diariamente. Una célula también puede morir de forma violenta como causa de una infección o lo que es peor que empiece a dividirse de forma descontrolada y a proliferar dando lugar al cáncer. Aunque como dice Bryson "lo asombroso de las células no es que las cosas vayan mal a veces sino que consigan que todo vaya bien durante décadas". Y la verdad es que nuestro cuerpo (y el resto de animales y seres vivos en general) es una sinfonía en la que las células tienen que comunicarse entre si y coordinarse de una manera asombrosa, y todo ello gracias a una molécula llamada ADN... y llegados a este punto y como si se tratara de un cuento de "Las mil y una noches" Bryson nos remite al capítulo siguiente...

Y hasta aquí el resumen. Quiero pedir disculpas por los errores que haya podido pasar por alto en la lectura del capítulo y que seguro me he limitado a repetir aquí debido a mi ignorancia en el tema. Así que no os cortéis y darle caña a Bryson y a mi mismo que para eso estamos aquí, para profundizar, debatir y aprender. Y como he dicho antes espero que mis comentarios a lo largo del resumen puedan servir de guía para la tertulia.

Gracias a todos y un saludo.


domingo, 15 de junio de 2014

Una breve historia de casi todo: 23) La riqueza del ser

Y con este título de capítulo tan "metafísico" jeje, Bryson se zambulle en el tema de la taxonomía (botánica, zoológica, etc.). Todo empieza con una visita al Museo de Historia Natural de Londres y a su encuentro con el especialista en briofitos (musgos para el común de los mortales) que llevaba 42 años estudiando la misma especie. A partir de ahí y centrándose en los aspectos más curiosos y aventureros se nos cuenta la historia de la taxonomía y de grandes de la ciencia como Banks, y se detiene especialmente en Linneo y su clasificación; y después en las batallas sobre la adopción de una nomenclatura universal y no local. Lo más sorprendente es que puede que no estemos más cerca de conseguir estimar el número de especies que habitan en nuestro planeta ni mucho menos de descubrirlas y clasificarlas todas. Hay muchos seres vivos microscópicos, otros se encuentran en zonas aún inexploradas del planeta que no es precisamente pequeño y sobre todo: no hay suficientes especialistas. El autor se detiene bastante en explicar que cuando se jubila (o se muere) un especialista puede que su trabajo quede parado y abandonado in aeternum, a la vez que recoge las afirmaciones de Koen Maes: no hay fondos para que continuara sus investigaciones en África. También informa de que, pese a que pueda parecer un tema más curioso que útil, en plantas todavía por descubrir y catalogar podríamos encontrar principios activos para fármacos que podrían orientar la investigación en este campo.

Ahora me vais a permitir que me suelte el pelo y me desahogue... porque este capítulo no me ha gustado mucho por varios motivos, así que os toca aguantar a la tiquismiquis de Dolores jaja, hasta lo haré más o menos por orden de aparición en el capítulo:

1) Algo pequeño y minúsculo pero que se ha sumado con el resto: segundo párrafo dice "tal vez puedas ver que alguien con el aire distraído y el cabello curiosamente rebelde, que caracterizan al investigador", ¡anda ya! ¿Cuántos investigadores así conocéis? Al menos la gente con la que he ido trabajando o he coincidido en congresos es muuuuy normal en cuanto a aire despistado y pelos rebeldes. ¿No se estará fijando solo en el prototipo de Einstein? Que haber científicos asi, los hay, pero no es la inmensa mayoría. Ya sé que solo es un detalle pero me ha molestado el tratamiento a científicos en este capítulo porque me he sentido como un especimen raro, que se pierde por el edificio y llega a paredes tapiadas en vez de al departamento de Botánica y lo suficientemente friki como para pasarse 42 años con una especie de musgo. Esto tiene parte de verdad pero lo puedes contar de muchas maneras, y desde luego no me parece la que más se adecúa a la realidad...

2) "En realidad los musgos no sirven para nada", ¿ah, no? ¿Y en qué basas semejante afirmación, querido Bryson? Porque aquí, una química que reconoce no tener más que una ligera idea de taxonomía y demás temas de este capítulo, en una asignatura de libre elección hizo un trabajo sobre la monitorización de los niveles de contaminación en metales pesados de... ¡los briofitos! Que por lo que aprendí eran estupendos (se comparaban los de zonas medianamente urbanas con reservas naturales) y en concreto habían mostrado como el eliminar el plomo de la gasolina había influido en la calidad del aire que nos rodea...

3) No me gusta como habla de Linneo, por los mismos motivos que el punto 1) pero en este caso mucho más acentuados. ¿En serio había que hacer tanto hincapié en esos aspectos del carácter que pueden resultar cuando menos cómicos y estrafalarios? No me parece mal que se cuenten "trapos sucios", pero a la vez por justicia, me hubiera gustado que se incidiera más en lo positivo. Volvemos a la imagen de científicos aristocrátas estrambóticos. Y sí, sería una realidad, pero es que utiliza el mismo afán sensacionalista para hablar del especialista en briofritos de Londres...

4) ¿Cuál es la intención de Bryson en este capítulo? ¿Convencernos de la importancia y emoción de la taxonomía y promover vocaciones científicas para el campo? No, me imagino que esta no era su intención, pero es que además consigue (al modo de entender de esta nada humilde lectora) toooodo lo contrario. Estudiar taxonomía parece aburridísmo y propio de pringados y no queda demasiada clara su utilidad (solo menciona los compuestos activos de las plantas). Así que, no me ha gustado el enfoque del capítulo. Para tener otra perspectiva recomiendo leer: Mi epifanía molecular, de Copépodo: ahí sí aparece cómo es el trabajo de un científico, normalmente repetitivo y aburrido, pero cómo de emocionante puede llegar a ser un descubrimiento. Por cierto, otra cosa que he echado de menos es que mencionara la importancia de la genética molecular para la taxonomía moderna.

La verdad es que conforme avanzaba en la lectura, iba pensando que Copépodo hubiera sido un gran resumidor, pero como estoy a sábado no me daba tiempo a intentar enmarronarle. Recomiendo su bloj invertebrado y que le planteéis las dudas sobre el tema que podáis tener y que yo no os puedo resolver, y quizá su visión discrepe más de la mía que la de Bryson, ni idea la verdad.


sábado, 7 de junio de 2014

Una breve historia de casi todo: 22) Adiós a todo eso

En esta ocasión Bryson nos conquista con explosiones de vida y extinciones, mostrándonos el difícil camino de cualquier especie para permacer en nuestro planeta.
http://bitacoranaturae.blogspot.com.es/2010/10/liquenes-ibericos.htmlEl capítulo comienza hablando de los líquenes. Como siempre que no se entiende algo aparecen teorías que finalmente resultan, cuando menos, curiosas. La posibilidad de que una piedra inorgánica se transforme en una planta viva debió ser una vía de estudio excepcional, pero duraría bien poco.
El autor habla de la lentitud del desarrollo de los líquenes y de su poca ambición. Debatiremos sobre elllo.
Encontramos otra bonita cronología en la que nuestra especie solo se ve en 1'27" del día en que se transforma la existencia de nuestra Tierra.
Continuamos con la descripción de la aparición de estos de vida unicelular pronto con respecto a la edad del planeta y la tardanza en aparecer de especies complejas. Esto me choca un poco con las explicaciones de la dificultad de encontrar fósiles. Más adelante leemos que de las mil especies de dinosaurios solo disponemos de un ejemplar en la mitad de los casos. El que haya un hueco no significa más que que no tenemos datos todavía.
También es llamativa la forma de presentar la relación entre desarrollo de las especies y extinción. A debatir.
Sí, me estoy enfadando con Bill. Pero no es nada comparado con la memorable frase del traductor en la que un isótopo tiene un número anormal de protones. Ese es el adjetivo que me viene a la cabeza... lo dejo. Pero puntualizo que los protones nos indican el tipo de elemento (solo los que tienen 8 son de oxígeno) y que hay varios tipos del mismo elemento estables que solo se diferencian en el número de neutrones y los denominamos isótopos. El oxígeno 16 tiene 8 neutrones y el 18 tiene 10.
Debo decir que Bryson no es culpable, leemos"abnormal number of neutrons" en el original
Seguimos con un planeta dominado por helechos que nos dejaron el carbón, lo que nos lleva a otro punto de posible tertulia.
http://www.cartoonstock.com/w/es/e/extinci%C3%B3n.aspMuy ilustrativa la historia de Jarvik que no dejó a nadie ver su fósil y todas las expectativas creadas durante 48 años de estudio sobre el eslabón perdido se quedaron en nada. Su tetrápodo no tenía cinco dedos y no era capaz de caminar.
Volviendo a las extinciones, Bryson nos muestra que lo complicado de nuetra evolución. Aproximadamente todas las epecies están extintas. Quedan unos restos de las que han habido y ahí estamos. Pero se nos acaba el tiempo, 4 millones de años es lo que suele durar una especie, por ahí vamos. Y sin tener en cuenta la imprudencia humana.
Las extinciones son una cuestión sin resolver, no se tiene clara la causa de los cambios que las provocaron. Aquí me han sorprendido las dudas sobre el famoso meteorito KT, bien fundamentadas, que nos dejan claro lo poco que sabemos en realidad.


El capítulo da para bastante debate, a ver si es verdad y nos animamos:


El primer punto de debate parte de los líquenes, los pobres no tienen muchas expectativas de futuro al contrario que los humanos. No quiero hablar del sentido de la vida, aunque un poco filosófico si me pongo, el hombre tiende a creerse el centro del universo y que lo de demás gira a su alrededor (por ejemplo el geocentrismo). Quitando el factor tiempo, ¿somos más que un líquen?
El punto de partida es que ellos son dos especies juntas.

Encontramos en el capítulo una parte en la que se nos cuenta cómo las especies más evolucionadas sucumbieron y otras no tanto sobrevivieron lo que las dejó un una nueva posición de superioridad. También habla de que una posición de superioridad puede hacer que megadinastía haga desaparecer a otra. ¿Creéis que hay una relación entre evolucionar más y extinguirse?¿Las especies mejor adaptadas son las que más sufren cuando hay cambios bruscos?

El que se estén agotando los combustibles no renovables no parece que motive mucho a las empresas que se lucran cada vez más con ellos. ¿Cuánto tiene de real la dependencia de esos combustibles? Concreto un poco, si no les fuese tan rentable ¿tendríamos ya otras energías compitiendo con ellas? Y amplío por otro lado, ¿la imprudencia humana influirá en el tiempo de vida de la especie?

sábado, 31 de mayo de 2014

Una breve historia de casi todo: 21) La vida sigue

Hemos visto cómo surgió la vida, cómo nos rodea un mundo microscópico, y ahora vamos a adentrarnos en el pasado remoto de la vida macroscópica.  Para ello debemos saber que la paleontología es la ciencia que estudia los seres orgánicos que vivieron en épocas pasadas con el objetivo de establecer sus relaciones mutuas y con el medio ambiente en que se desarrollaron, así como su ordenación en el tiempo ―la etimología griega se compone de tres raíces: παλαιός (palaios: antiguo), συτσς (ontos: el ser, lo que es) y λογος (logos: tratado, fundamento, razón).

Este estudio es posible gracias a los restos de tales organismos que han llegado hasta nosotros formando parte de las rocas sedimentarias: los fósiles, la primera fuente de conocimiento acerca de la vida extinta ―la palabra fósil deriva del latín fossilis, y fue empleada por Plinio el Viejo para designar de forma genérica cualquier objeto enterrado bajo tierra (en su sentido original, un fósil era cualquier cosa curiosa que estaba enterrada, de ahí que entraban en su definición los minerales y las rocas).

Bryson nos explica que, a pesar de lo que pueda parecer, encontrar restos fósiles es una tarea enormemente complicada por varias razones: se tienen que dar circunstancias especiales en el cadáver del animal (debe poseer partes duras), en el sedimento donde reposa (si queda expuesto no se preservará), que la geología sea propicia y, sobre todo, tenemos que llegar nosotros millones de años después y tener la fortuna y la perspicacia de darnos cuenta de que el trozo de roca que pisamos en lo alto de una montaña es en realidad el cuerpo fosilizado de un enorme pez, o la huella diminuta de un microorganismo…

A pesar de todas estas dificultades contamos con grandes cantidades de fósiles y su número aumenta constantemente. Sin embargo, a la hora de clasificar y determinar su herencia evolutiva nos queda la duda de si lo que tenemos ante nosotros conociendo su escasez es un reflejo fiel del pasado de la vida en un momento dado. ¿Quién nos asegura que no estamos viendo más que una muestra diminuta, el detalle de una esquina en lugar del enorme cuadro que representa la rica fauna pretérita? Este es uno de los principales problemas al que tienen que enfrentarse los paleontólogos: la escasez del registro fósil.

Algo así sucedió con el estudio de la llamada “explosión cámbrica” que tuvo lugar hace más de 500 millones de años. Se trata de la aparición súbita (tengamos en mente que siempre hablamos en términos geológicos, es decir, contando millones de años) de una gran variedad de organismos complejos. Esta explosión se manifiesta claramente en la abundancia de trilobites, una clase de artrópodos que aparecieron al comienzo del Cámbrico, la mayoría de los cuales desaparecieron con la extinción masiva del final de este periodo (se salvaron los que habitaban en las profundidades marinas).
Si pudieses volar hacia atrás por el pasado a la velocidad de un año por segundo, tardarías una media hora en llegar a la época de Cristo y algo más de tres semanas en llegar a los inicios de la vida humana. Pero te llevaría veinte años llegar al principio del periodo Cámbrico.
Para Charles Darwin, la mera existencia de estos fósiles, su aparición súbita como organismos complejos, suponía un reto a su teoría de la evolución que, por aquel entonces, requería eones para producir pequeños y progresivos cambios morfológicos.

Pero hete aquí que para poner un poco de luz llegó el bueno de Charles Doolittle Walcott, un paleontólogo que descubrió en 1909 uno de los yacimientos de fósiles más importantes del mundo: Burguess Shale. Este lugar es tan importante para la paleontología porque alberga una rica y variada colección de restos fósiles del Cámbrico, fósiles que presentan una gran disparidad de tamaños, diseños anatómicos etc. Su interpretación y correcta clasificación ha sido (y sigue siendo en algunos aspectos) objeto de interesantes debates.

Y en este punto Bryson nos introduce en un tema interesantísimo: las disputas quizás sea una forma demasiado suave de calificar algunos enfrentamientos dialécticos realmente duros entre paleontólogos, biólogos evolutivos etc. con la entrada en escena de alguien que, personalmente, tiene gran parte de la culpa de que me haya enamorado de la ciencia: Stephen Jay Gould.

Gould propuso junto con Niles Elderedge la teoría del equilibrio puntuado que sugería que los aparentes “estallidos” de evolución durante periodos breves que se aprecian en algunos linajes fósiles, separados por largos períodos de estabilidad equilibrio o estasis, es decir, ausencia de cambio morfológico no se debían, como Darwin indicó, a un conocimiento fragmentario del registro fósil, sino a episodios de evolución rápida, que interrumpían o puntuaban los periodos de cambio gradual que Darwin imaginó como fundamento en la evolución. Es evolución rápida, que coincidía con la especiación, seguida de largos periodos de calma evolutiva se ha convertido para algunos en un auténtico anatema.
La historia de la vida escribió Gould es una historia de eliminación masiva seguida de diferenciación dentro de unos cuantos linajes supervivientes, no el cuento convencional de una excelencia, una complejidad y una diversidad continuadas y crecientes.
El agrio enfrentamiento entre Gould y varios de sus colegas (Richard Dawkins entre ellos) tuvo como detonante la publicación en 1989 de un libro del primero titulado La vida maravillosa. En él, Gould ofrecía el mensaje del carácter imprevisible y contingente de cualquier acontecimiento evolutivo concreto, y hace hincapié en que el origen de Homo sapiens debe ser considerado como uno de tales sucesos irrepetibles, no como una consecuencia prevista (es decir, trae a colación el recurrente debate sobre la dirección de la evolución hacia una complejidad siempre creciente).

El descubrimiento de unos fósiles en Australia del periodo Ediacárico (hace alrededor de 635 millones de años) y cuya publicación por parte de Reginald Sprigg supuso un auténtico suplicio sirvió para hacer una revaloración crítica (yo diría una reevaluación). Como resultado se descubrió que los fósiles de Burguess no eran tan diferentes ya que se habían malinterpretado los restos encontrados. Parece que las pruebas volvían a dar la razón al genio de Darwin y la aparición de la vida compleja no fue tan brusca ya que existían organismos complejos unos cien millones antes de la “explosión cámbrica”. Se llegó a la conclusión de que esta explosión probablemente fuese más un aumento de tamaño que una aparición súbita de nuevos tipos corporales.

sábado, 24 de mayo de 2014

Una breve historia de casi todo: 20) Un mundo pequeño


Volver a leer un trocito de “Una breve historia de casi todo” (B. Bryson, 2003) ha sido una gozada. No me había dado cuenta hasta ahora al volver a releer el capitulo 20 “Un mundo pequeño”, de lo mucho que su lectura ha influido en mi pasión por el mundo microbiano y por la divulgación científica. Si uno ve el vídeo TEDx “El asombroso mundo de lo invisible”, se dará cuenta de lo que quiero decir. Os aseguro que no recordaba este capítulo 20 cuando preparé el guión del vídeo, que leí probablemente hace más de seis o siete años. Y hablamos de lo mismo! La misma influencia que causó en mi la lectura, durante los primeros años de mi carrera de Biología, de “Cazadores de microbios” de Paul de Kruif, otro clásico que te cuenta de forma novelada  la apasionante historia de los primeros microbiólogos, la Edad de Oro de la Microbiología: Leeuwenhoek, Spallanzani, Pasteur, Koch, Bruce, Ehrlich y muchos otros. Este libro, y los profesores que tuve durante la carrera, tienen la culpa de que me dedique a esto.

El capítulo “Un mundo pequeño” de Bryson nos introduce en algunas ideas fundamentales del mundo microbiano. Que los microbios están en todas partes, que nosotros mismos somos microbios!, que algunos son capaces de vivir en los ambientes más extremos, que cuando nosotros nos extingamos seguirán aquí, que son necesarios para la salud del planeta, que son muy diversos, mucho más que las plantas y los animales, y que unos pocos, muy pocos comparados con el resto, producen enfermedades (la inmensa mayoría de los microbios son unos buenos tipos!). Pero además, este capítulo tiene una actualidad sorprendente, a pesar de algunos pequeños gazapillos, que le podemos perdonar. Nos cuenta historias que son noticia todos los días, algunas portada de periódicos. Durante estos últimos meses hemos visto en los medios de comunicación noticias sobre el brote de Ébola en Guinea, el coronavirus MERS de Oriente Medio, sobre la búsqueda de una solución para el SIDA, la OMS acaba de publicar una alerta sobre el peligro de la resistencia a los antibióticos (si seguimos así podemos volver a una situación similar a la que había antes del descubrimiento de la penicilina!), y los nuevos virus de la gripe aviar y porcina siguen en el candelero cada año.

Es probable que nuevas ediciones del libro incluyan los avances que la metagenómica (la secuenciación y análisis de genomas completos) está aportando al estudio de nuestros microbios (el microbioma) y su relación con nuestra salud, las recientes revisiones del árbol de la vida de Woese, o el descubrimiento de los virus gigantes, los Mimivirus. Pero de lo que no cabe duda es de que la lectura de “Un mundo pequeño” nos abre la puerta a ese mundo invisible que muchos ignoran y ni se imaginan la influencia que tiene en nuestra vida diaria. Gracias por compartir esta experiencia!

Ignacio López-Goñi (microBIO)

Comentario por Manuel Sánchez (su muy recomendable blog es Curiosidades de la Microbiología)

Lo primero comentar que a mi el libro de Bryson me gustó mucho y que considero que es una auténtica pasada que una persona que reconoce al principio que tiene una escasa formación científica se ponga las pilas y consiga escribir algo así. Ya me gustaría a mí tener ese nivel. Pero voy a ejercer un poco de abogado del diablo.

Dicho esto, creo que una de las principales debilidades es que muchas de las referencias que usa son de artículos de divulgación científica y en algunas ocasiones se ve que en la fuente original no han hilado fino (se citan artículos de The Economist para hablar de microbios). En otros que se ve que hay una determinada obra que le ha gustado mucho y entonces se centra mucho en ella.

En el caso del capítulo 20 dedicado a los microorganismos una de las cosas que le lastra es que se deja llevar por el libro de Margulys y Sagan "Microcosmos". Los procesos de transferencia horizontal en bacterias son muy importantes, pero lo de la "charca genética" ya era una exageración en el momento en el que se escribió la "Breve historia".

Luego tiene algunos "gazapillos" como por ejemplo decir que Bacillus marismortui (actualmente Sallibacilus marismortui) es un halófilo extremo (aguanta 35% sal) cuando en realidad es un halófilo moderado (aguanta 10% de sal). Aunque más divertido es el de Deinococcus radiodurans. Resulta que un párrafo antes también lo nombra pero con su denominación antigua: Micrococcus radiophilus. Por cierto, hay un gazapo gordo cuando dice que vive "atracándose del plutonio". Eso es totalmente falso (es lo malo de utilizar un National Geographic de 1993 como fuente bibliográfica para un libro del 2003).

Hay otros "gazapos" que como microbiólogo me chirrían. Por ejemplo cuando habla que los hongos tienen "raíz". Yo recuerdo que en el instituto ya nos hablaban de que no eran raíces aunque lo pareciesen. Otro es cuando dice que la diferencia entre arqueas y bacterias se reduce al tipo de lípidos y a la ausencia de peptidoglicano, justo cuando en el capítulo anterior ha estado hablando del ADN, el ARN, los ribosomas, la transcripción y la traducción

Y para acabar apuntar algunas cosas del tema de virus. Lo de que los virus solo "pueden sobrevivir unas pocas horas fuera de un cuerpo anfitrión" es un error de bulto. En el caso del virus de la viruela se sabía desde 1965 que podía permanecer activo en las costras secas por al menos 13 años. También me sorprende que no diga que el virus de la gripe es un virus aviar y que diga que el virus del SIDA estuvo inactivo durante 20 años porque simplemente no se habían descrito casos antes de 1980


Pero en conjunto creo que las virtudes del libro de Bryson sobrepasan con creces a los pequeños defectos y errores que contiene.