Quiero empezar agradeciendo a Santos Mondejar su esfuerzo la semana pasada resumiendo en un tiempo récord el capítulo que, en principio, estaba asignado a mi. No estoy siguiendo la lectura del libro como me habría gustado y de ahí mi despiste que, afortunadamente, quedó subsanado por la disponibilidad y buen hacer de Santos. Gracias.
Debo confesar algo más antes de pasar a resumir las historias que se cuentan en este capítulo. Empecé a leer este libro con cierto entusiasmo pero también con cierto recelo. Tuve que abandonarlo por razones que no vienen al caso, y no he podido seguir tampoco los resúmenes y discusiones que han tenido lugar aquí. Así que pido disculpas anticipadas por si abro un debate ya concluido o si mi lectura fraccionada me ha conducido a apreciaciones erróneas que no vengan al caso. Pero mi impresión es que el libro -o al menos este capitulo- transmite una visión, en ocasiones, demasiado dulcificada y dramatizada de una actividad muy compleja. Volveré sobre esto más adelante al hilo del tema central alrededor del cual gira este capítulo.
Bueno, al lío. El capítulo de esta semana es el que abre la tercera parte del libro y que se titula “Confusión periódica: La emergencia de la complejidad”. Y ciertamente en este capítulo se empieza a entrever cómo las cosas/disciplinas se complican. Vemos cómo las líneas divisorias ya no están tan claras y cómo la interpretación de las teorías y de los resultados experimentales, otrora lógicos y clarificadores, empiezan a enmarañarse formando una barroca neblina por la que hasta los más avezados navegantes pueden naufragar. Precisamente es la historia de dos insignes exploradores de la tabla periódica la que repasa este capítulo, de sus éxitos y sus pifias (pero que nadie sufra, cada uno de ellos verá recompensado sus esfuerzos con sendos premios Nobel).
Emilio Segré y Carlo Perrier
El primero de ellos es Emilio Segré. Es conocido, además de por sus logros, por su labor didáctica y su libro Núcleos y Partículas es, aún hoy, una maravilla de claridad (aunque su grosor asuste un poco). Segré fue también un gran aficionado a la fotografía y el archivo fotográfico del Instituto Americano de Física lleva su nombre en su honor. El autor narra con cierto dramatismo sus logros y algunas de las dificultades que encontró a lo largo de su carrera. Empieza por un gran éxito, la evasiva historia del elemento cuarenta y tres que Emilio Segré y Carlo Perrier consiguieron aislar en 1937 gracias a la -en cierto modo- serendípica colaboración de Ernest Lawrence. La clave para poder acorralar a tan esquivo elemento estuvo en la radioactividad. Segré reparó en que la escasez del elemento cuarenta y tres era lo que lo hacía tan difícil de encontrar y achacó esta escasez a que prácticamente todos los átomos existentes de este elemento debían haberse desintegrado radiactivamente. De forma más o menos casual Segré tuvo conocimiento de que el acelerador de partículas desarrollado por Lawrence, el ciclotrón, contaba entre sus elementos con hojas de Molibdeno. Estas piezas quedaban activadas (se transformaban en radiactivas) tras haber transcurrido gran parte de su vida útil expuestas al constante bombardeo de deuterones. El ciclotrón se diseñó con el fin de hacer colisionar partículas a gran velocidad (elevadas energías) lo que tenía entre otras consecuencias la generación de reacciones nucleares y la producción de multitud de isótopos radiactivos. Segré asoció -correctamente- esta activación a la presencia, entre otros, del elemento 43, que se habría creado como consecuencia de reacciones nucleares con el molibdeno y estaría desintegrándose. Lawrence cedió algunas de estas hojas de molibdeno activado a Segré que, en colaboración con Perrier, en la universidad de Palermo, consiguieron extraer de ellas isótopos de fósforo, cobalto, zirconio y, más tarde, el ansiado elemento 43. Tras el descubrimiento Segré escribió emocionado una carta a Lawrence en la que decía “el ciclotrón ha demostrado ser una especie de gallina ponedora de huevos de oro” haciendo referencia a la cantidad de logros científicos que estaba haciendo posible. Ciertamente, se trata de uno de los aparatos más fructíferos de la ciencia del siglo XX (pero esa, como decía Moustache, el camarero de Irma la dulce, la película de Billy Wilder, es otra historia…). Segré y Perrier llamaron a este nuevo elemento, no sin cierta disputa previa con la Universidad por motivos nacionalistas (motivos que al parecer nunca pasan de moda), Tecnecio usando la palabra griega technètos, que significa "artificial", por ser el primer elemento producido de forma artificial.
Lawrence (con gafas) junto a uno de sus ciclotrones
Curiosamente, la característica que lo hizo tan esquivo, su corta vida, es de gran importancia para su uso en medicina. El Tecnecio (en particular el isótopo 99mTc, la "m" indica que es un isómero nuclear metaestable) es uno de los radioisótopos más utilizados en medicina nuclear. Se utiliza aproximadamente en un 80% de los procedimientos diagnósticos. Su corta vida nos permite inyectarlo a los pacientes sin que estos permanezcan radiactivos más tiempo del estrictamente necesario para el diagnóstico (su período de semidesintegración es de unas 6 horas, es decir, en 24 horas se desintegran unos quince dieciseisavos). Existen hasta una treintena de radiofármacos basados en el 99mTc usados en estudios funcionales del cerebro, el miocardio, la glándula tiroidea, los pulmones, el hígado, la vesícula biliar, los riñones, el esqueleto, la sangre.
Moderno generador de tecnecio
Resulta también curiosos comentar que en la actualidad el 99mTc que se utiliza en los hospitales se genera, de forma análoga al descubierto por Segré y Perrier, a partir de molibdeno en unos dispositivos denominados generadores de tecnecio. Estos generadores tienen en su interior molibdeno-99 que tiene una vida media de unas 66 horas lo que permite que el dispositivo pueda transportarse a los hospitales. Una vez allí el molibdeno va decayendo a 99mTc con una vida media tan corta que es ideal para su uso en pacientes -como ya se ha comentado- pero hace su transporte imposible. El molibdeno-99 puede ser obtenido por activación neutrónica (n,gamma) del molibdeno-98 en reactores de alto flujo de neutrones (de forma similar al extraído por Segré de las viejas piezas activadas del ciclotrón de Lawrence). Sin embargo, el método más utilizado es a través de la fisión del 235U en reactores nucleares.
Pero, según el autor, en la vida de Segré no faltan también sonados fracasos y desazones. Entre los que se cuenta su pifia en identificar la fisión del uranio cuando trabajaba como asistente del mítico Enrico Fermi y su posterior error al confundir el neptunio transuránico con un producto de la fusión nuclear.
Linus Pauling
El segundo personaje en el que se centra el capítulo es Linus Pauling. De Pauling se cuenta como su autosuficiencia (en el libro petulancia) lo condujo, a pesar de su perspicacia, a quedar fuera del que es considerado uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX: la estructura de doble hélice del ADN. Con esta historia se introduce además la importancia de los avances de la química en la comprensión más profunda de la biología que en cierto modo condujo a la inauguración de la biología moderna. Pauling, al parecer, en un golpe de genio (o de suerte) orientó sus revolucionarios logros en el estudio de la mecánica cuántica de los enlaces químicos al estudio de moléculas orgánicas. Esto le llevó a otra revolución: conectó estructura y función en las moléculas orgánicas, transformando, de paso, también la medicina. La conexión entre la química, la física y la biología era algo latente, algo que flotaba en el aire durante la primera mitad del siglo XX. En 1944, el eminente físico Erwin Schrödinger publicó un libro titulado “¿Qué es la vida?” (editado en españa por Tusquets Editores) en el que se exponían muchos puntos clave para el entendimiento moderno de la biología. La importancia de este libro, no obstante, no gozó (ni goza) de una consideración unánime. Pauling se mostró muy crítico con las tesis que allí se planteaban, mientras que, curiosamente, Watson uno de los que acabarían desentrañando la estructura de doble hélice del ADN era un gran entusiasta del mismo y lo citaba como una importante influencia (más aquí). El capítulo termina con una descripción detallada sobre el traspiés de Pauling con el ADN y los trapicheos (creo que no exagero demasiado) que condujeron a Watson y Crick al éxito y la fama planetaria. Una de cal y otra de arena, Linus Pauling fue uno de los pocos científicos ilustres en negarse a trabajar en el proyecto Manhattan para la desarrollo de las primeras bombas atómicas.
Watson y Crick
Y vuelvo a lo que comentaba al abrir este resumen. La exposición de estas historias que Sam Kean narra tan hábilmente están presentadas con cierto asombro, ¿pero cómo no pudieron darse cuenta semejantes gigantes de la ciencia, eternos candidatos al Nobel, de los errores que cometieron?, ¿pero cómo pudieron estos grandes prohombres presentar, en determinadas ocasiones, un comportamiento tan mezquino? La narración es alucinada, es una historia de “despistes” increíbles, se nos muestran sus desatinos como obra de personalidades excéntricas o ególatras y a mí esto, lo tengo que decir, me parece un error muy grave en un libro de divulgación. La realidad, no sé si triste o felizmente, es que la ciencia es una actividad que es siempre terriblemente complicada. La historia de estos desatinos constituye el día a día de millones de científicos anónimos. Y es sobre estos desatinos sobre lo que acaban cristalizando las grandes ideas y conceptos que son siempre mutables y están sujetos a una revisión permanente. Los científicos, además, son humanos (¡tachán!) por lo que sus reacciones y sus actos están, en muchas ocasiones (me atrevería a decir que la mayor de las veces) sujetos al capricho más arbitrario.
¿La ciencia narrada al estilo de Hollywood?
Una visión épica de la ciencia, que sin duda puede despertar muchas vocaciones, es también la semilla de la frustración y el origen de malentendidos que, paradójicamente, la pueden alejar de la sociedad. De hecho, la anécdota de Pauling, convertido en apóstol de las vitaminas gracias a su prestigio y autoridad resulta terriblemente ilustrativa sobre el doble filo de en entendimiento popular de la ciencia alejado de su realidad y sus complejidades. Pasa como con las malas películas de Hollywood con obligado happy end, pueden ser entretenidas, incluso edificantes, pero presentan una pobre guía para la vida.
¿Qué os ha parecido a vosotros? ¿Creeis que debe presentarse con sorpresa (y hasta con cierto fastidio) el hecho de que la ciencia sea complicada? ¿Nos os parece que en el fondo hay cierta reticencia, o miedo, por parte del autor de presentar las cosas tal y como son?
¡Hola a todos, hola Gaspar!
ResponderEliminarLo primero que quiero es pedirte, ya que lo conoces muy bien, es que aclararas, o si puedes dar algún enlace, el problema de disponibilidad del 99Tcm. El generador de Tc partir de Mo entiendo que funciona bien, pero como dices el más común es partir de 235U en reactores nucleares y es algo que me interesa. Había escuchado que el CIEMAT y CERN estaban trabajando en un generador en miniatura para generarlo directamente antes de suministrar la dosis, pero me perdí y no sé si tiene que ver con el generador a partir de molibdeno.
De este capítulo lo que más me ha gustado es que hable de mi admirado Emilio Segré. No sé por qué pero su vida y obra me ha parecido siempre muy interesante, al contrario que la de Pauling, quizá porque todo lo que he leído sobre Pauling está en la línea de este capítulo, se le trata siempre como un prepotente.
No creo que se deba presentar la ciencia con sorpresa y mucho menos con fastidio. Es complicada y eso es lo que hay que transmitir, al mismo tiempo que se hace ver su importancia y que la búsqueda de conocimiento es lo que la hace grande, por muy complicada que sea.
No sé si lo que tiene el autor es reticencia a presentar las cosas como son. Según leo el libro, creo que el autor solo pretendía hacer un libro sensacionalista para vender. Mientras lo escribía creo que lo que menos le interesaba era transmitir información y divulgar... ¿Se me nota mucho que estoy odiando un poco a Kean con este libro? No he leído nada más suyo, pero a este paso dudo que lo haga.
¡Buena semana!
Muchas gracias por tus comentarios Jorge. Paso a contestar lo mejor que pueda...
ResponderEliminarEl problema de disponibilidad del Tc-99m (en realidad del Mo-99) está literalmente a la vuelta de la esquina, o estamos inmersos en él (depende un poco de si estas en Europa o en Estados Unidos). Francis Villatoro hizo un fantástico resumen del asunto aquí: [El tecnecio y la crisis de la radiomedicina]
(http://francis.naukas.com/2015/01/27/el-tecnecio-y-la-crisis-de-la-radiomedicina/). Se han propuesto muchas tecnologías alternativas pero está por vera aún su viabililidad, puedes encontrar información detallada sobre estas tecnologías aquí: [Molybdenum-99 for Medical Imaging](https://www.nap.edu/catalog/23563/molybdenum-99-for-medical-imaging).
Parece ser que la producción de Mo-99 va a seguir haciéndose en reactores, lo que va a cambiar es el blanco que se va a utilizar para la producción. Ahora más o menos el 75% de la producción mundial de Mo-99 se genera a partir de blancos de uranio enriquecido con una proporción de U-235 a más del 90% (HEU) que este tipo de uranio es el que se puede utilizar para armamento. Se está en vías de conversión hacia una producción basada en blancos con uranio enriquecido al 20% en U-235 (LEU). Esta conversión podría, en principio, abaratar la producción y extender el número de unidades productoras, al eliminar ciertas restricciones asociadas con el posible uso militar de estas instalaciones. Más información al respecto en este enlace: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK215147/
En cualquier caso te remito a las referencias que cito aquí porque estoy muy lejos de ser un experto sobre el tema. A nosotros en realidad esto, de momento, nos pilla muy de refilón. Las restricciones en Europa son menos urgentes que en Estados Unidos, aunque todo llegará.. Tampoco hay que descartar que el Tc-99m pase a un segundo plano y que su sustitución venga de la mano de nuevos radiofármacos para su uso, por ejemplo, en PET, con sistemas de producción distintos. La FDG y otros radiofármacos para PET se fabrican en pequeños ciclotrones, muchos de ellos en los propios hospitales.. podríamos ir hacia un esquema similar.
Como ya he indicado en el resumen, empecé a leer el libro con intención de unirme a la tertulia (al final, por otros motivos no he podido). Ya desde el primer capítulo el tono del relato me desagradó. Es cierto que está bien escrito y puede enganchar, pero es esa manera de saltar de anécdota en anécdota la que me resulta molesta. Para mi gusto abusa de anécdotas y es demasiado melodramático.
Espero haber contestado a tus preguntas. Los enlaces al menos son buenos ;-) ¡Buena semana a ti también!
Hola Gaspar. Muchísimas gracias por tu resumen.
ResponderEliminarLo que me encanta de estas tertulias es que se observa en cada resumen la mano de cada uno, y me ha encantado como Gaspar ha aderezado el resumen del capítulo con otros datos que completan y extienden la información.
La verdad es que casi que me estoy tomando esta lectura como un libro de curiosidades y anécdotas. Los pocos pasajes divulgativos que hay me parecen escasos, simplistas y me dejan con ganas de más. Por desgracia, no he leído mucho sobre química por lo que muchas historias me resultan nuevas y, aún así, la forma de contarlas me hace ponerlas un poco en cuarentena, incluidas las que se refieren a Watson/Crick. De hecho, ya hablamos en el capítulo anterior sobre la parcialidad con la que trata a algunos personajes.
A menudo nos obcecamos un poco (es mi humilde opinión) en la forma en que debemos contar la Ciencia. Y evidentemente es altamente compleja. Sin embargo, la Ciencia es una actividad humana más (y gran parte de su complejidad radica en que está desempeñada por humanos). El Arte es otra actividad humana, igualmente compleja e incluso abstracta a veces. Sin embargo, su divulgación no está tan preocupada del cómo sino del qué.
Con esto me refiero que la Ciencia no hay que venderla (ni desde luego malvenderla). Hay que mostrarla tal y como es. Compleja pero entendible por humanos, pues ha nacido de mentes humanas al fin y al cabo. No me gustan ni los enfoques simplistas ni condescendientes ("este tema es demasiado complicado, así que me voy a centrar en las anécdotas") y, por eso, creo que todos disfrutamos cuando damos con un buen libro de divulgación.
Ufff...me he quedado agusto!! ajaja. En última instancia, si nos invita a reflexionar y nos h removido un poco por dentro, creo que la lectura ha merecido la pena y vamos por el buen camino.
Feliz semana a tod@s.
EliminarGracias mangel por tus comentarios.
Comparto totalmente tu planteamiento sobre el asunto de la divulgación científica. No obstante, quería apuntar una cuestión importante en relación a algo que mencionas. Pones como ejemplo de divulgación despreocupada la de la actividad artística, una divulgación centrara en el qué y no obsesionada con el cómo. Para serte sincero no estoy nada seguro de que en ese ámbito no existan preocupaciones similares. Pero suponiendo que así sea, creo que es más una cuestión sobre la percepción de la gravedad del asunto. Me explico.
Por un lado la divulgación de la ciencia nace ya con cierta gravedad de la que el arte, en mi parecer, está liberado. De hecho atienden a necesidades humanas muy distintas, y sus manifestaciones también lo son. Las decisiones que la sociedad debe tomar con respecto a cuestiones tecnológicas y científicas se perciben como de gran trascendencia, no así, por lo general, las relativas a manifestaciones artísticas. Esto hace que la propia divulgación ya esté cargada con el objetivo de convencer, lo que genera de partida cierta ansiedad añadida al mensaje. Si a eso le sumamos la tensión que toda actividad acarrea por la lucha por su propia supervivencia, el resultado es ya explosivo. De este modo hay una auténtica obsesión por presentar la ciencia como algo instrumental. Deberíamos admitir que la actividad científica muchas veces carece de sentido e incluso de objetivo, más allá de profundizar en el conocimiento per se.
Veo que ya somos al menos tres en el club de haters de Sam Kean XD
Me ha encantado tu análisis de las diferencias entre divulgación científica y artística, Gaspar. Obviamente en la científica queremos convencer porque es una necesidad que la gente no sea inculta científicamente desde nuestra perspectiva.
EliminarLo dicho, me ha encantado.
Gracias. Aunque insisto, no estoy seguro de que desde el lado de las artes no se perciba algo parecido. Entiendo que desde su perspectiva también se sentirán con la responsabilidad de que se comprenda lo que hacen los artistas. Y no me cabe la más mínima duda de su importancia. Para mi todo va junto, si la cultura es pobre la carencia se propaga a todos los niveles y se manifiesta en todas las disciplinas.
EliminarHola Gaspar, hola a todos.
ResponderEliminarLo primero: el resumen me ha encantado.
Lo segundo pero más importante: aquí estamos para disfrutar; cuando se pueda, se participa si apetece; y cuando no se pueda (o no apetezca, aunque todos los que estamos aquí sabemos que eso es imposible, jajaja...) no se participa.
Por lo tanto, lo tercero y todavía más importante que los dos puntos anteriores: muchas gracias Gaspar por el resumen.
Y ahora al lío (me ha encantado leer esa expresión en el resumen, yo creo que la uso mucho y me ha gustado leerla, genera empatía en mí, como bien se ha discutido en capítulos anteriores).
Entiendo el malestar de Gaspar, pero yo me he adaptado y ya me importa menos. Lo que si que tengo claro es que me reafirmo en mi creencia, la voy a redactar de otra forma para no aburrir al personal.
"Cuando hablamos de personajes o hechos históricos:
- Se puede ser sensacionalista/emocional para "llamar" la atención del público/lector/alumno
- Acto seguido se debe ser "equilibrador" explicando cosas buenas y malas que eviten grandes deformaciones de la historia original (no creo que sea bueno idealizar personas o épocas históricas, ya lo expliqué porque en otros capítulos de este libro)
- En el caso de que se pretenda que el alumno aprenda algo (más allá de una visión de conjunto) se deben buscar actividades que desarrollen precisamente esas facetas o hechos que se quiere que aprendan"
Por cierto, fuera de este contexto de personajes e historias también me parece muy oportuno lo que ha escrito Gaspar:
"Una visión épica de la ciencia, que sin duda puede despertar muchas vocaciones, es también la semilla de la frustración y el origen de malentendidos que, paradójicamente, la pueden alejar de la sociedad"
A otro nivel, pero yo lo veo muy relacionado con ese párrafo, decir que esa postura es la que yo defiendo cuando se habla de como afrontar la didáctica de la Física y Química en 4º de la ESO: Yo creo que debemos de hacerla lo más real posible, ya que la han escogido opcionalmente y les debe de servir de referente para tomar decisiones al año siguiente (matricularse o no de la asignatura en bachillerato). Sin embargo, hasta 4º, como es obligatoria, me parece más importante que aprendan los conocimientos generales que les serán útiles en su día a día más allá de las asignaturas de Ciencias (obviamente sin descuidar totalmente los propedéuticos). Vamos, que en todos sitios hay que hacer de todo, pero para mí el objetivo principal cambia en 4º.
Esto que a mi juicio es obvio por desgracia a veces, por lo que he oído, no es compartido por otros. Por un lado me cuentan que hay profesores que en 1º, 2º y 3º E.S.O. parece que los están preparando para exámenes de carrera (obviamente al nivel de la E.S.O. pero con la misma presión, con el currículo totalmente cerrado...) y por otro hay profesores que cuando empieza la opcionalidad parecen "regalar" notas altas (o viajes, o...) para que se les matriculen en bachillerato (y así darles clase) o para evitar problemas (con padres, con equipos directivos/docentes...).
Nada más, un saludo
Muchas gracias JC, me alegro de que te haya gustado.
EliminarEntiendo que el libro puede tener su público y su utilidad. Vaya por delante que no creo que sea un mal libro, pero lo dicho, tiene su momento. Probablemente en una lectura más despreocupada no me habría resultado tan llamativa (ni molesta) la colección de anécdotas. En cualquier caso entiendo que no debe ser nada sencillo encontrar el equilibrio.
Respecto a lo que comentas de los niveles de ESO para mi tiene todo el sentido del mundo pero cuidado con ser demasiado realista con la física que puedes dejar las aulas de la Uni vacías ;-)
Muy buenas a todos
ResponderEliminarDe nada Gaspar. Aquí trabajamos en familia y siempre hay alguien que dispone de un poco más de tiempo que los demás.
En ocasiones, siempre siendo cosas de poca importancia, viene bien tener que hacer algo con prisas. Aunque comentes más errores, te centras en las cosas importantes y logras una visión con otra perspectiva. Encima luego vienen tus amigos y le encuentran el lado bueno ;-)
Gran resumen y nos dejas mucho que aprender con los enlaces.
La interrelación entre las ramas de la ciencia también me ha parecido de lo mejor del capítulo.
También coincido en el tratamiento de las anécdotas le quedan bastante bien cuando son nuevas para nosotros pero en temas más conocidos queda muy al descubierto su búsqueda de impacto en el lector. Como ya han comentado, no creo que sea reticencia sino teatro.
Sí, creo que la ciencia es más creíble y llega más cuando se conocen las cosas tal y como suceden. Si es un genio o si ha sido pura suerte, si vio algo por casualidad pero supo interpretarlo o no supo y por eso investigó... eso es lo que más me llama la atención.
El no estar siguiendo los comentarios no te ha hecho repetir ideas. Algo habíamos hablado de la humanidad de los científicos y de las malas artes del autor pero has introducido el tema desde este capítulo y con otra visión. Perdona, estoy intentando comentar lo que dices y parece que te estoy evaluando, deformación profesional.
Hasta pronto
EliminarBuenas noches Santos,
El principal problema para mi, como ya he señalado, es que el juego del autor es peligroso. Se puede leer el libro y aprender un montón de cosas pero te queda la sensación de que es la historia de una panda de científicos chiflados con sus rencillas y sus cosas pero majetes que se fueron encontrando los premios Nobel (por los que el autor, dicho sea de paso, muestra una obsesión insana). No, la ciencia no es eso. Es una actividad dura y compleja y las satisfacciones, cuando las hay, no suelen llegar en forma de premio Nobel. De hecho me consta que para mucha gente que se dedica a esto ni siquiera llegan en forma de recompensa económica (no pocos viven durante años en una precariedad que para muchos resultaría insoportable). Y ya de paso, la ciencia crece y avanza de forma incremental, a pasitos tan pequeños que harían estallar la cabeza de San Kean en mil pedazos (no hay persecuciones permanentes, ni explosiones.. por seguir con el símil cinematográfico se parece más a una película de Bergman). Poder contribuir a dar uno de estos pasos ya es algo muy grande.
Un abrazo!
¡Hola a todos! Gaspar, gracias por el resumen y también por las aportaciones que realizas, que van más allá de lo que se explica en el libro y que se agradecen de verdad. Tengo pendiente leer los enlaces que indicas.
ResponderEliminarDices que: "Una visión épica de la ciencia, que sin duda puede despertar muchas vocaciones, es también la semilla de la frustración y el origen de malentendidos que, paradójicamente, la pueden alejar de la sociedad".
Aunque pienso que tienes toda la razón en que el autor ha escogido una forma de narración épica que no se corresponde con el verdadero trabajo que realizan realmente los científicos, ¿cuál es la alternativa si no se hace así? Estoy convencida de que habrían menos vocaciones.
Creo que ha de haber un equilibrio entre hacer todo lo posible por motivar el conocimiento científico (incluido añadir cierta épica) y dar a conocer cuál es realmente el trabajo de los científicos y de su historia (y de esta manera evitar la frustración y los malentendidos).
Por lo que no estoy de acuerdo con Jorge cuando dice "...creo que el autor solo pretendía hacer un libro sensacionalista para vender. Mientras lo escribía creo que lo que menos le interesaba era transmitir información y divulgar..."
Estoy convencida de que el autor lo que quiere es divulgar. Pues creo que para hacer una historia atractiva y así mantener al lector atento (y por tanto, conseguir divulgar con éxito) es muy útil esta forma de narración. Es cierto que de esta manera se idealiza la realidad del mundo científico, pero es más didáctico que una realidad desnuda de emociones, que no suele despertar mucho interés.
Pienso que el divulgador, en muchos casos, ha de elegir entre llegar a sus lectores (tal vez añadiendo algunas exageraciones) o ser aburrido ciñéndose estrictamente a la realidad. Porque los lectores también somos imperfectamente humanos (como los científicos XD) y aprendemos más con una historia emocionante, que otra que (aunque sea más real) sea aburrida.
Y dicho esto, también me pasa como a Mangel, la forma de contar las historias del autor (sobre todo después de compararlas con las que ya conocía) me hace poner en cuarentena la exactitud de lo narrado.
¡Que tengáis una feliz semana!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBuenas Conxi y gracias por tus comentarios.
EliminarEntiendo lo que dices cuando hablas de la importancia de enganchar al lector y de la importancia de emocionar para poder transmitir el mensaje. Lo que ocurre es que creo que si se abusa de determinados recursos se está haciendo un flaco favor al lector. Ojo, como ya he señalado antes, no creo que sea tan mal libro. Pero tiene cierto toque como de fast food divulgativo. En un momento dado, puede apetecer pero pude provocar empacho o incluso indigestión.
Hay que emocionar, hay que mantener al lector enganchado... cierto. Pero, ¿a qué precio? Para mi es más importante dejar un poso en el lector que provocarle una emoción vacua con la única intención de que no abandone el libro. Además hay una diferencia entre la emoción melodramática que nace de la exageración y la emoción sincera que se transmite cuando el autor siente verdadera admiración por la profundidad de lo que narra.
No dudo de que el autor tiene las mejores intenciones pero a mi no me convence su estilo. Lo encuentro incluso contraproducente para la causa. No estoy seguro de que lo importante sea llegar a mucha gente cuando se transmite el mensaje tan deformado. Quiero decir que si quieres llega a un gran público (cosa que me parece bien) lo importante es transmitir sinceridad, emoción (real), pasión sincera -no puedo evitarlo, me viene a la mente Carl Sagan- y no impostura y chascarrilos.
Creo que debemos ser más exigentes. Además, no poner las cosas fáciles no significa necesariamente ser aburrido. De hecho ¡debería ser estimulante!
Saludos!
No estoy de acuerdo con eso de que debemos ser más exigentes. Opino que debemos de exponer nuestro punto de vista, pero aceptemos que nadie tiene la solución a como debe de ser la divulgación/educación...:
EliminarDe una forma llegaremos a unos, de otra llegaremos a otros.
De una forma conseguiremos unos objetivos, de otra conseguiremos otros.
De una forma llegaremos a más gente, de otra llegaremos a menos.
...
Lo importante es analizar/evaluar lo que hacemos e intentar que se ajuste a lo que buscamos. Y para ese análisis es muy útil la interacción con otros (como hacemos en estas tertulias). Pero una vez expuestos nuestros puntos de vista, no podemos exigir que se haga de una manera u otra.
Nota: imagino que lo de ser más exigentes se refería a uno mismo, pero me venía bien para poner que aunque yo defienda determinadas formas de hacer las cosas, NO TENGO NI PUÑETERA IDEA de cual es la mejor manera de enseñar/divulgar...
Saludos.
Como bien dices, me refería a uno mismo con lo de ser exigentes. Dios me libre de decirle a nadie como deben hacerse las cosas, cuando a duras penas me las arreglo yo mismo para hacer las que me corresponden.
EliminarNo creo que nadie sepa cual es la mejor manera de divulgar pero tampoco creo que cualquier propuesta sea igualmente válida ni satisfactoria. Que el problema sea complejo, e incluso irresoluble en principio, no significa que todas las opciones sean equivalentes. No todas las propuestas tienen sentido. Ni siquiera pueda que tenga sentido que determinados mensajes lleguen a la mayor cantidad de gente posible. Aunque no creo que nadie tenga la clave al respecto, sí me parece que -independientemente de nuestra, mayor o menor, capacidad para discriminar- hay propuestas más meritorias y valiosas que otras, más allá de los objetivos que se persigan.
Gaspar, me he leído tus respuestas, y no encuentro nada con lo que disentir... tal vez eso de que "transmite un mensaje tan deformado" creo que es (desde mi punto de vista) algo excesivo :D.
EliminarAún así se me hace muy difícil entrar en el "club de haters de Sam Kean" ;). Creo que todo es cuestión de cuánta importancia le demos a enganchar al lector. Y sin ser un "Carl Sagan", tampoco creo que lo haga tan mal como divulgador. Y parece que estamos de acuerdo con Juan Carlos en que "nadie tiene la solución a cómo debe de ser la divulgación/educación", por eso no quiero ser dura con los esfuerzos del autor. Y además sospecho (por mi experiencia) que la emoción debe jugar un papel importante en la buena divulgación/educación.
¡Saludos Gaspar!
Buenas Conxi, igual me estoy pasando de duro con Sam Kean, lo reconozco. Que el libro no es ningún horror. Pero es precisamente la emoción y el impacto que se provoca en el lector lo que no me gusta del libro. Lo explico con un símil cinematográfico. El libro me parece como una película de estas con muchas explosiones y efectos especiales y un guión endeblito. Técnicamente impecable, entretenido y con mucha acción pero sin fondo. ¿Qué ocurre con esas pelis? Pues que pueden enganchar al espectador pero tal cual terminan caen en el olvido más absoluto (y merecido). Lo que echo en falta es emoción real, cierta complejidad y un mensaje de fondo que deje poso. Y, siguiendo con el símil, una buena película no tiene que ser necesariamente aburrida, ejemplos hay miles.
EliminarVaya por delante que estoy disfrutando/aprendiendo muchísimo con este debate, jajaj
ResponderEliminarEntiendo, como apuntaba Gaspar, que la divulgación científica entraña un objetivo más concienzudo (o si preferís, necesario), ya que la Ciencia es el motor del progreso social. Quizás sea ese complejo lo que muchas veces pone trabas a la buena divulgación.
No pretendía equiparar Ciencia y Arte porque ni siquiera son comparables (incluso pueden ser complementarias). Me refería suelo encontrarme mucho el "sanbenito" de "Esto que te voy a contar es complicado de entender", y esa actitud creo que no predispone a la comprensión, más bien, lo contrario. Para poner un ejemplo gráfico es como cuando le dices a un niño: "Esto no te va a doler". Automáticamente el niño piensa "Esto me va a doler. Sino, no me avisaría". Lo predispone de forma negativa. La lectura de este libro me transmite precisamente eso. La idea de "te voy a explicar un poquito y luego te lo aderezo con muchas anécdotas para que no salgas corriendo ni cierres el libro". A mí tampoco me parece un mal libro, sino quizás un libro divulgativo un poco desequilibrado en detrimento de la divulgación.
En otros campos, las cosas se explican quizás con más naturalidad y menos esfuerzo en el cómo, lo cual puede ser mejor recibido por el lector. Pero repito, es sólo una humilde opinión de alguien que tampoco tiene ni idea de cuál es la mejor forma de hacerlo.
Buen día
Buenas mangel. Sí hay algo de eso, de querer allanar tanto el camino que la cosa termina en socavón. Entiendo que el equilibrio es muy complicado de conseguir y en cualquier caso tiene mucho mérito escribir un libro, venderlo y que la gente lo lea.
EliminarRespecto a lo de predisponer al personal cuando se va a explicar algo complicado creo que tienes razón, pero es algo que es difícil de evitar. Quizás la clave está, como comentas, en hacerlo con más naturalidad o de forma más neutra, sin predisponer. Pero es complicado. A mi al menos me ocurre cuando tengo que explicar algo. Como a mi me resultó complicado, y al explicar empatizo con los alumnos, pues les advierto de que se preparen. Y supongo que tienes razón, eso empeora las cosas.
Supongo que los compañeros profesores sabrán bastante sobre esto.
Saludos