sábado, 15 de diciembre de 2018

Neurozapping 11) House y la mentira


Este capítulo ha sido resumido por Juan Ángel Rodríguez (JARP).

El autor inicia en este capítulo con una descripción de la serie House. Esta serie está basada en el doctor House, médico en un hospital de Estados Unidos que se caracteriza por su excelencia en el diagnóstico, y además por su “especial” personalidad, que le lleva a mostrarse terriblemente cínico, satírico, y brusco con todo el que le rodea.  Pero para mí, gran fan de la serie, lo que más caracteriza a House es su extraordinaria honestidad. Esta pasión por ser honesto a toda costa es lo que lleva a House a comportarse de manera tan aparentemente sociópata, carente de todo tacto o filtro en lo que dice o hace. Precisamente, uno de los mantras más repetidos durante la serie es: “Todo el mundo miente”.
(www.revistacredencial.com)

Y pensémoslo, ¿qué mejor manera de tratar el tema de la verdad y la mentira que en el ambiente médico? Todos hemos escuchado el refrán de que, al médico, al sacerdote y al abogado no se les debe mentir (aunque es jugar en su contra, la gente finalmente lo hace). Asimismo, el médico también está obligado a conducirse con sinceridad y a guardar el secreto médico además de otras cuestiones que rigen el código deontológico de la profesión médica. Como miembro del gremio, he de decir que la manga es ancha y que hay muchas maneras de decir determinadas verdades. Aquí introduzco el primer posible punto de debate.

Tras ello el autor simplemente reseña diversos estudios, pruebas o incluso aparatos que se han desarrollado para detectar cuando alguien está mintiendo, basándose en los cambios corporales. Desde mi punto de vista estos cambios en nuestro cuerpo no se deben al acto en sí de mentir, sino que se explican porque el mentiroso se pone nervioso. En efecto, ante una situación de peligro (en la sociedad actual si uno miente lo lógico es pensar que puede ser castigado/dañado si le pillan), el cuerpo responde activando el sistema nervioso simpático. Este sistema es el desarrollado por la evolución para en una situación de peligro prepararnos para la lucha o la huida. Entre otros fenómenos fisiológicos se dan: sudoración, dilatación pupilar, corte de digestión y micción, hiperglucemia, incremento de frecuencia cardiaca y respiratoria...etc.

Pero ojo, si uno no percibe la situación como de peligro, como podría ser el caso de un mentiroso experto o simplemente de una persona no criada en sociedad que ignora que “está mal” mentir y que puede ser castigada, ¿se seguirían dando estos cambios fisiológicos? ¿Podría el embustero escapar de estos métodos de detección? Este es el segundo posible punto de debate.

He de decir que, aunque el capítulo es correcto, esperaba mucho más del mismo. El tema de la verdad y la mentira siempre me ha fascinado y la serie House me ha hecho reflexionar mucho sobre el mismo. De hecho, más que desde la óptica fisiológica o criminológica, el tema de la verdad concretamente me interesa mucho más desde el punto de vista antropológico, metafísico o incluso ético. Aquí introduciré el tercer punto de debate, como veréis muy amplio.

Numerosa son las preguntas que pueden plantearse en estos ámbitos anexos a la filosofía y numerosas han sido las respuestas que les han sido dadas a lo largo de la historia de la humanidad. Incluso las religiones se han molestado en tratar este asunto ¿Existe la verdad? ¿Cuál es la verdad? ¿Se puede conocer la verdad? ¿El conocimiento es la verdad? ¿Lo que conocemos a través de instrumentos como la ciencia es la verdad?

Personalmente pienso que existe la verdad como concepto absoluto: la realidad es la que es. Sin embargo, esta es tan compleja y nuestra capacidad cognoscitiva tan limitada, que nunca podremos conocerla en su totalidad y exactitud. Es decir, que podemos conocerla de forma parcial y con toda probabilidad de forma “relativa” Aunque no me satisface admitirlo quizás la única verdad absoluta que podemos manejar es la de que todo es relativo.

Digo no me satisface porque se corre el peligro de caer en el error de pasar de un relativismo metafísico a un relativismo moral: lo que a mi me parece es lo correcto, aunque dañe a otros. Desafortunadamente, en mi opinión, es este relativismo moral es el que impera en la sociedad postmoderna de la actualidad y es el que ocasiona numerosas situaciones verdaderamente injustas y tristes que vivimos en nuestro día a día.

Como veis, el tema de la verdad y la mentira es muy estimulante y da para mucho. Me encantaría ver que opináis sobre el capítulo del libro y por qué no, sobre alguno de los puntos de debate que han sido expuestos. Finalmente felicito a los organizadores de esta iniciativa y pido disculpas de antemano ante cualquier posible error, ya que se trata de mi primer post.

Un abrazo.

Juan Ángel

13 comentarios:

  1. Hola, encantado de saludarte Juan Ángel

    Por tu resumen deduzco que eres médico, por lo tanto no me extraña que te gustará esta serie. A mí también me gustaba mucho pero no me había percatado (o al menos en mi memoria no la tenía así guardado) de la labor detectivesca, siempre lo vi como una labor investigadora. De hecho nunca había pensado en los detectives como aplicadores del método científico y ahora, después del capítulo y sus referencias a los interrogatorios, si que me ha parecido que se parece a la experimentación: les varias las preguntas (variables) y observas los resultados.

    El autor dice más o menos lo mismo que tú (segunda propuesta de debate): es difícil saber si alguien miente o no observando (o usando la máquina de la verdad). Añado que incluso cuando dicen su verdad lo mismo es falso porque la memoria (y la percepción de la realidad) falla. En resumidas cuentas, opino que debemos de movernos dentro de lo posible con evidencias: más vale un culpable suelto que un inocente cautivo.

    Con respecto a no mentir médicos (o profesores, como es mi caso), no lo tengo muy claro. Debemos buscar los mejores resultados a nuestras actuaciones, y quizás lo logremos no diciendo toda la verdad, pero quizás por ello jodamos más el asunto. Por ejemplo, si le digo a un alumno que no tiene capacidad suficiente, quizás no se esfuerce y llegue al máximo que podría llegar, pero tampoco le puedo decir que la tiene y que se ilusione y se frustre... Dependerá del alumno, diré verdades a medias, buscaré lo que crea que es mejor, y siempre, PERO SIEMPRE, le diré que busque otra opinión si lo que yo le digo no le convence porque yo me puedo equivocar: ESTA CREO QUE ES LA SOLUCIÓN
    Repito: aunque yo no les diga claramente que les puedo estar ocultando la verdad, lo que si que se les digo es que nunca miento, además añado que intentaré hacer lo mejor para ellos pero que como me puedo equivocar que nunca duden en quejarse y buscar otras opiniones.
    Entiendo que en el caso médico ocurre muchas veces así, pero tú (te tuteo) eres más indicado para decirnos como lo solucionas.

    Con respecto al nivel religioso de la mentira soy muy crítico. Me pregunto, si una institución religiosa tiene unas determinadas creencias y las define como tales (es decir, las define como actos de fe, las describe como creencias sin pruebas) ¿por qué cuando se las inculca a los niños calla que son actos de fe y les dice que son realidades? ¿realmente no estará sesgando sus mentes?

    Lo que si que me parece muy interesante es el nivel filosófico de la mentira. Aquí creo que está, por un lado, si lo que se dice es susceptible de tener evidencias alcanzables y por lo tanto se deben de buscar. Pero por otro están las cosas que no puedan tener evidencias alcanzables, en estos casos creo que es la credibilidad del que habla lo que se debe de investigar.

    Poco más, interesantes propuestas de debate.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas JC, la verdad que cada caso es un mundo. La verdad que como en la medicina no se manejan muchas evidencias , unicamente hasta llegar al diagnostico y a veces ni eso, hay juego para según el paciente comentarle unas cosas u otras. Por ejemplo a una paciente razonable le puedes decir, oye estas lesiones que se ven en la mamografía probablemente son benignas y se ha demostrado que solo en menos de un 3% pueden ser cancerosas, por ello en 6 meses te la repito y si siguen igual pues ya para dentro de 2 años. Esta lo acepta y hace vida normal. En cambio a otra paciente que sea medio hipocondriaca o que lleve mal estas cosas le dices eso y ya le has jodido 6 meses y te va a estar dando la vara ese tiempo seguramente. Y aunque vuelva a estar bien quizás nunca se quede tranquila. Hay que ser cuidadosos por tanto.

      En cuanto al tema religioso a mi siempre me han inculcado que son realidades, pero que se tiene que tener un acto de fe para creer en ellas. Creo que no son dos conceptos contrarios. Hay una realidad, generalmente no alcanzable por los sentidos, un dogma que debes creerte mediante el uso de la fe. Es decir la realidad y el acto de fe coexisten. En mi opinión el razonamiento lógico es correcto, aunque cada uno este mas o menos de acuerdo con el.

      Eliminar
    2. Hola Juan Ángel. Opino que el razonamiento que nombras es correcto, pero yo no me refiero a que no pueda la fe ocupar un lugar en la cabeza de las personas, yo me refiero a como se transmite esa fe.

      Yo me refiero a que de pequeños no se les induce a la duda, se les inculca que eso es verdad. No se les dice: creetelo aunque jamás podrás comprobar que es verdad, creetelo porque yo lo creo y aunque no existan pruebas yo estoy seguro y por lo tanto tú lo tienes que creer.
      Obviamente si personas a las que amamos nos dicen que existen cosas sobrenaturales, nos dicen que han existido milagros, te fomentan el pensamiento mágico que llevamos de serie a unas edades fácilmente manipulables, construimos la realidad en base a esas afirmaciones.
      Y cuando crecemos, cuando el pensamiento mágico se empieza a resquebrajar, entonces, en ese momento, se nos explica que son actos de fe.

      La verdad es que me parece poco ético y muy manipulador. Es una forma de conseguir creyentes en nuestras creencias, no en nuestras certezas. Yo intento (aunque ciertamente no lo conseguiré siempre) no inculcar mis creencias (ideologías, sesgos, filosofías...) como verdades ¿no es mucho más sano?

      Pero es mi opción personal, es la que intento aplicar en mis clases y con mis hijos, es la que me permite dormir por las noches. Por poner un último ejemplo, los alumnos me preguntan multitud de cosas, intento contestar solo las basadas en evidencias y de las otras solo contesto si no tienen matices políticos, religiosos... Obviamente hay algunas no basadas en evidencias que si contesto, son las de gustos personales (imagen, gastronomía, ocio y tiempo libre...) y haciendo mucho énfasis es que son mis opciones personales y que ellos deben de buscar las suyas.

      Poco más, un saludo y feliz Navidad.

      Eliminar
  2. Muchas gracias Juan Ángel por el resumen, he disfrutado de él y de tus opiniones.

    Sobre el capítulo personalmente me ha sorprendido que el personaje de House esté inspirado en Sherlock Holmes. Y me ha dado rabia, porque Sherlock siempre me cayó bien, mientras que a House no lo soporto… Lo que me ha hecho reflexionar mucho sobre el porqué de esa diferencia (llevo desde que lo leí dándole vueltas al tema). Pues es cierto que sus personalidades se parecen mucho, y de hecho lo que me atraía del personaje de Sherlock son características que tiene House, por lo que he acabado deduciendo que no eran las diferencias entre los personajes lo que los diferenciaba, sino cómo yo había cambiado; pues fue en la adolescencia cuando leí los libros de Sherlock, mientras que vi algunos episodios de House ya en la madurez.

    Juan Ángel habla de la extraordinaria honestidad de House, y lo que me molesta de esta es que en muchos casos (que si no recuerdo mal se ejemplifican en la serie) esta honestidad es un signo de nula empatía hacia los demás. Y si he de escoger entre ser honesto y ser empático, ahora, de adulta, sin duda escojo la empatía. Pero sé que no siempre he pensado así. Me encanta la ironía, el sarcasmo y lo satírico. Y sigo utilizándolos, pero intento que sea entre iguales y en contextos que se puedan entender (y las redes sociales no suelen ser uno de ellos XD). Y también me atrae lo políticamente incorrecto y las actitudes cínicas. Pero mi límite personal, y que lo he ido aprendiendo con la edad, son el respeto a las personas; especialmente cuando la relación no es entre iguales. Sobre las ideas, no tengo ningún problema en ser cínico o satírico. Pero con las personas siempre se ha de ser empático y ello lleva a la amabilidad.

    Hay una cita de Henry James muy apropiada para el caso: «Hay tres cosas importantes en la vida: la primera, ser amable; la segunda, serlo siempre; y la tercera, nunca dejar de serlo». Aunque House y Sherlock no estarían de acuerdo…

    Estoy de acuerdo con Juan Ángel en que existe la verdad como concepto absoluto y también que nuestra limitación cognoscitiva hace que nunca podamos estar seguros de llegar a ella. Pero no estoy de acuerdo en que de ello se deduzca que todo es relativo. Tenemos unas aproximaciones muy útiles y prácticas sobre la verdad que es la que nos da la ciencia. Por lo que basarnos en ella, tratándola como la mejor verdad que podemos tener, es el camino correcto. La realidad de nuestra limitación cognoscitiva no nos debe hacer caer en la radicalidad sobre la verdad: es decir, que no saber con exactitud sobre algo no invalida las aproximaciones sobre ese conocimiento.

    (continúo en otro comentario que me dice que he escrito demasiado XD)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Respecto al relativismo moral existente, también hay una aproximación muy útil y práctica que para mí es el camino correcto a seguir: los derechos humanos. Seguro que son mejorables, y seguro que se puede discutir sobre si se han de añadir las diferentes generaciones, pero sobre los derechos fundamentales no debería haber discusión (que por desgracia la hay). Y para aceptar eso es fundamental la empatía hacia los demás.

      En el capítulo se habla de la mentira, que “todo el mundo miente”. Y como ya he sugerido, el no mentir no es la cualidad personal que más valoro. Por encima de ello está, por ejemplo, el respeto a las personas. Mi lema es que si no tienes nada positivo o útil para decir, no lo digas. Y no decir toda la verdad también es mentir.

      Y lo que pienso sobre la ética de la mentira es que su valoración (si está mal o no) está supeditada a otros valores superiores: es decir, que es lícito mentir (lo que se llama mentira piadosa) cuando, por ejemplo, se deba proteger la vida de otra persona. Se ha de vigilar siempre con las consecuencias de nuestros actos, incluso el de decir la verdad. Por lo que no estoy de acuerdo con la prohibición absoluta de mentir de Kant.

      Volviendo al relativismo que se puede ententender de mis palabras anteriores, creo que este no es tal, pues el margen que hay para él es pequeño: Para saber qué es verdad se debe utilizar el método científico. Y para saber qué está bien nos debemos basar en los derechos humanos ayudados siempre de la empatía para corroborar la ética de nuestros actos (pues esta debe ser la herramienta para la valoración ética, equivalente a la evidencia en ciencia) .

      De forma que tanto para la verdad como para la ética tenemos estructuras potentes que nos pueden guiar para saber lo que es correcto, dejando poco margen al relativismo.

      ¡Que tengáis una feliz semana!

      Eliminar
    2. Me han gustado mucho tus reflexiones Conxi. Tengo que madurarlas, pero eso de poner la empatía por encima de la verdad (y de otras cosas) y eso de que la relatividad de nuestro comportamiento ético se reduce si ponemos los derechos humanos en la cúspide de la ética (junto con la empatía) me gusta.

      Desde hace algún tiempo asumí que debemos de asumir cierto grado de contradicción en nuestro comportamiento, y de que aquellos que no lo asumen dan miedo por extremistas. A la vista de tu comentario quiero replantearme este párrafo (reafirmarme en él, solaparlo con el tuyo, criticarte... yo que sé lo que va a pasar, jajaja...).

      Lo dicho, gracias por el comentario porque me ha gustado mucho. Y os dejo que estoy de final de trimestre (corrigiendo, poniendo exámenes, explicando vía email...)

      Eliminar
    3. Juan Carlos, me alegra mucho de que te hayan gustado mis reflexiones :). Son el producto de la búsqueda de una ética más objetiva y alejada de la religión.

      Aunque mi primera opción fue precisamente buscar en la religión en la que me educaron (la Católica), pues (¡incongruente de mí!) pensé que una moral tan antigua tendría algún fondo de sabiduría. Pero lo que encontré fueron demasiadas contradicciones y sinsentidos.

      Por ejemplo, en los diez mandamientos, a excepción de algunos pocos como el "no matarás" y el "no robarás", los demás son un despropósito y hoy en día no tienen ningún sentido (y menos para una atea como yo). Pero el mandamiento que más rabia me da es el noveno: "No consentir pensamientos ni deseos impuros". El tema de la impureza ya tiene tela (tratado más concretamente en el sexto mandamiento), pero ¡que intenten controlar lo que pienso y (especialmente) lo que siento! Además de indignante es impracticable. Los deseos surgen y puedes reprimirlos, pero ¡no puedes impedir su aparición!

      Así que después de descartar absolutamente una ética basada en la religión, me planteé la ética de los filósofos. Y leí unos cuantos libros desde Sócrates, Kant, Schopenhauer y Mill (me limité a estos, pero soy consciente que hay muchísimos que podría haber consultado). Y aunque todos tenían ideas importantes buscaba un consenso que no encontré en ellos; y que finalmente sí lo encontré en los Derechos Humanos (donde muchos pensamientos filosóficos que me parecieron importantes han sido incorporados a él). He buscado lo que escribió un miembro de la Subcomisión de redacción de los DDHH que refleja bastante lo que yo buscaba:

      «Percibí con claridad que estaba participando en un evento histórico verdaderamente significativo, donde se había alcanzado un consenso con respecto al valor supremo de la persona humana, un valor que no se originó en la decisión de un poder temporal, sino en el hecho mismo de existir – lo que dio origen al derecho inalienable de vivir sin privaciones ni opresión, y a desarrollar completamente la propia personalidad.» (http://www.un.org/es/sections/universal-declaration/history-document/index.html)

      Otro tema importante para mí fue que los miembros del Comité de Redacción procedían de ocho Estados diferentes que fueron elegidos teniendo debidamente en cuenta su distribución geográfica. Por lo que no se pueden identificar los DDHH únicamente con el pensamiento occidental.

      (sigo en otro comentario)

      Eliminar
    4. Desde que los asumí lo tengo claro: en una discusión, quien defiende los derechos humanos es quien tiene la razón. Creo que es un fundamento muy sólido donde agarrarnos delante del relativismo moral. Y los asumo como propios desde la empatía. Por cierto, yo los consulto aquí: .

      Por otro lado también estoy convencida de que los DDHH no son perfectos, pues nada humano lo puede ser (aunque estaríamos en un mundo maravilloso -y utópico- si se cumplieran), y que hay huecos a rellenar en algunas circunstancias; y allí también es donde debe estar siempre preparada la empatía.

      Y sobre la mentira (que es el tema que nos ocupa :P) lo más parecido que he encontrado sobre prohibirla en los DDHH es el artículo 12: “Nadie será objeto ... de ataques a su honra o a su reputación…”. Por lo que a excepción de esto, pienso que las mentiras son lícitas si con ellas defendemos otros valores contemplados en los DDHH.

      Aunque no quiero que parezca que hago una defensa de la mentira, por lo que acabaré citando el artículo 1 que habla de que los seres humanos deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Y entiendo que mentirse descaradamente (no hablo de las mentiras piadosas las cuales pueden salvaguardar la fraternidad) no propicia la amistad y el afecto que apunta la palabra fraternalmente. Por lo que (aunque también es de sentido común :P) mentir debe dejarse para casos excepcionales (como el que he comentado de defender otros valores contemplados en los DDHH). Y sobre comportarse fraternalmente, acabo deduciendo que ni House ni Sherlock estarían de acuerdo en todos los matices del artículo 1 ;D.

      Eliminar
    5. Buenas Conxi. Una respuesta de lo más completa, me ha encantado y te felicito. He meditado tus comentarios y estoy de acuerdo en gran parte de lo que dices.

      He de decir que yo también fui fan de Sherlock de niño pero lo sigo siendo de joven al igual que de House. Al ser personajes ficticios y al fin y al cabo estereotipos, no me molesta su falta de empatía o su carácter sociópata, sino que pienso que tienen su función de entretener y además de enseñar, en este caso, a como no tenemos que ser. Naturalmente,a al ser tan aficionado, rápidamente noté el paralelismo de la serie con el libro. La profesión detectivesca del médico, Watson por Wilson, el número de la casa de House que es el 221B, su afición a la música..etc. La serie está llena de pequeños gags en referencia a la famosa obra de Conan Doyle. Disfruto mucho con ambos.

      En referencia al debate moral que creo que es el que más nos está interesando pienso que tanto religiones como diferentes filósofos y pensadores han aportado cosas muy interesantes. Antes de comentar nada, vaya por delante que yo no soy un gran lector de filosofía ni se mucho de teología. En parte porque me cuesta entender a los diferentes autores (para mi esta gente habla como si conociera la esencia humana pero también como si quisieran que nadie más la comprendiera, coincido con Voltarie aquí). Y en parte porque creo que debe existir algo más fácil y mas de andar por casa que tener que recurrir a la Summa Theologiae para obtener un modelo de decisión ante todos los dilemas que se nos presentan en la vida. Si no me equivoco, Kant desarrolló una moral autónoma y rescató la regla de oro ya tratada en algunas religiones y culturas: no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti y la complementó con la siguiente norma: el ser humano siempre ha de ser un fin y no un medio. Creo que con estas dos sencillas herramientas podemos guiarnos muy bien en el día a día. Lo prefiero, por ejemplo, a la formulación de los derechos humanos, siempre tan proclive al cambio según la ética de los tiempos. ¿Acaso no nos parecen locuras comportamientos comúnmente aceptados hace cientos de años, como el esclavismo? Sin ir tan lejos, no creo que fueran muy interesantes los derechos humanos que se esgrimían en el régimen nazi. Pienso que los derechos humanos modernos son una excelente base pero siempre han de ser ponderados con la regla de oro.

      Como punto débil admito que la regla de oro es subjetiva y puede entonces no funcionar a veces. Es un problema que comparte con el modelo propuesto en algunos comentarios de actuar o no según el daño que vaya a hacer al prójimo. ¿Y si nos equivocamos en esa evaluación?

      Termino coincidiendo en que lo que más valoro en una persona es su honestidad. Precisamente porque al final, de una manera consciente o inconsciente, todos mentimos, la clave es cuanto. Y por ahora prefiero que me digan la verdad a pesar del daño que puedan hacerme puesto que no sería razonable el por evitar un daño en el corto plazo, acabar viviendo en la mentira, con sus consecuencias tan nefastas en el largo plazo que es el que importa (y al final la verdad siempre se sabe, como dice un poema que mi abuelo me hizo grabarme en mi mente desde pequeño y con el que termino el comentario):

      Hunde el corcho,
      el se levanta,
      no se sumerge,
      flota en el agua,
      la verdad señores
      esta formada
      de esta corteza
      que sobrenada.

      Eliminar
  3. Enhorabuena Juan Ángel, buen resumen que sin duda ha sacado muchas cosas a la palestra, jejeje.

    A mi también me ha sorprendido la analogía entre Sherlock y House, aunque lo de entrar en casas ajenas sin permiso para registrar y poder diagnosticar al paciente no me parecía un acto muy médico, sino más bien criminalístico, jajaja.

    Por otra parte, y entrando en las cuestiones de debate, yo también opino en la existencia de una realidad absoluta, pero totalmente intangible. Al fin y al cabo, el conocimiento que obtenemos de la naturaleza y los modelos (teorías) que generamos para entenderla y predecirla están basados en datos recogidos por nuestros sentidos: ojos, oídos,... órganos con enormes limitaciones. Por tanto, los datos de que disponemos tienen un sesgo universal o error sistemático ineludible.

    De todas formas, me cuesta ver la conexión entre este aspecto y el relativismo moral que impera en la sociedad actual. Aunque seguiré pensando y madurando vuestras opiniones y reflexiones... a ver si se me ocurre algo.

    Otra cosa que me ha llamado la atención es la injustificación absoluta o relativa de la mentira. ¿Cuándo una mentira está justificada y cuándo no? A riesgo de ser demasiado simplista, creo que en este sentido los humanos nos comportamos de manera similar a los robots de Asimov. Según la Primera Ley de la Robótica de Asimov (perdonad que desvaríe un poco, jejej) un robot siempre elegirá entre dos posibles acciones aquellas que no dañe o dañe menos al humano. Quizás lo evitable no sea tanto la mentira sino el daño/influencia que puedan tener nuestras palabras. Y esto creo que va un poco en relación con la idea de Fraternidad que exponía Conxi.

    Lo dicho... como diría el Dr. Gregory House... "todo el mundo miente".

    Un abrazo y feliz semana para tod@s

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha gustado tu argumento sobre la Primera Ley de la Robótica de Asimov, pero (aunque entiendo lo que quieres decir) la Tercera Ley (la de proteger la propia existencia) debe prevalecer sobre la Primera (cosa que para los robots no debe ser así).

      Pero sí, esa es la idea. Sería un mundo mucho más pacífico si pudiéramos programarnos la Primera Ley de la Robótica de Asimov (con la modificación respecto a la Tercera, claro ;)).

      Eliminar
  4. Un sabio tu abuelo Juan Ángel... sí señor. Me apunto ese poema!! jejeje

    Estoy disfrutando/aprendiendo muchísimo con vuestros comentarios!! I'm lovint it!

    ResponderEliminar
  5. Hola todos

    Bienvenido Juan Ángel, gracias por el resumen y tus aportaciones.

    Tras unas semanas de locura ya he podido leer el capítulo y vuestras opiniones.
    En general creo que mi cerebro está de vacaciones leyéndoos. Mae mía qué nivel.
    Como no puedo concentrarme tanto como vosotros seré breve y pasaré de puntillas.

    No he visto más que tres o cuatro trozos de capítulo de House, me pilló criando a dos chicos.
    No había visto tantas similitudes con Sherlock, me gusta. Sobre todo porque explota el lado oscuro sin justificarlo tanto con las drogas.

    Ante las reflexiones sobre DDHH, Leyes de robótica y filosóficas solo os doy las gracias. Sigo aprendiendo.

    Sobre la mentira, soy de la banda de JC, no miento aunque a veces no termino de decir algo.
    Es complicado decidir si es mejor no dar información, no darla completa o mentir. Pero prefiero no mentir, al final es todo mucho más sencillo diciendo la verdad.

    Y gracias por el poema, Juan Ángel, a ti y a tu abuelo

    ResponderEliminar