sábado, 22 de diciembre de 2018

Neurozapping. 12) Colombo y el ojo biónico

Esta semana nos toca la serie Colombo. Ese teniente, policía de Los Ángeles, desaliñado, parlanchín, amable, educado y habitualmente minusvalorado por los delincuentes. Esta última faceta es la que, personalmente, me hacía más gracia.

Peter Falk caracterizado de Colombo (Wikipedia)

En el capítulo se hace una introducción de la serie para llegar a las prótesis oculares, pues el actor que protagoniza la serie (Peter Falk) llevaba en su ojo derecho.

Nos da un repaso rápido de la historia de estas prótesis, donde la más antigua tiene unos 5000 años y que romanos y egipcios usaban prótesis situadas fuera de la órbita ocular. Las primeras prótesis intraorbitales estaban hechas de oro y esmaltes de color, materiales que fueron sustituidos por el cristal.

De esta manera el autor llega a los ojos biónicos (o prótesis retinales), donde explica su funcionamiento a partir de los circuitos neuronales (los cuales deben seguir estando intactos para que el sistema funcione) y en el que participa un pequeño ordenador portátil; lo que amplía las posibilidades de información que puede obtener el paciente.

El primer ojo biónico se llamó Argus 16 (pues tenía solo 16 electrodos) que se probó entre 2002 y 2004, pero este solo permitía distinguir si las luces estaban abiertas o apagadas. Con el Argus II (60 electrodos) las imágenes ya tenían algo de resolución. La siguiente generación de Argus llegará a los 1000 electrodos.

El sistema informático de Argus permite alguna función más que la de "ver", como es la de traducir letras a braille o reconocer rostros.

Y es en este punto donde el autor nombra a las gafas de Google, pues indica que las funciones disponibles en estas podrían integrarse en los ojos biónicos.
Google Glass (Wikipedia)
Las Google Glass tuvieron unas expectativas desmesuradas sobre su uso y su éxito que más tarde, cuando se empezaron a vender en 2013, quedaron en una simple anécdota (en 2015 dejaron de estar disponibles a gran escala). Actualmente (desde 2017) se vende una versión centrada en el entorno empresarial, con aplicaciones muy concretas, que tienen sentido solo en entornos laborales.

Los expertos dicen que la razón principal de su fracaso fue el tema de la privacidad. Tal como se comenta aquí:

“Son capaces de dar información de personas anónimas que pasan por la calle o, incluso, grabar vídeos o capturar fotos sin que nadie lo sepa. Esto rápidamente abrió un intenso debate y los defensores de la privacidad se echaron las manos a la cabeza.”

¿Qué pensáis sobre el concepto de privacidad? Las redes sociales y los teléfonos móviles (aunque podríamos generalizar con internet) ya han puesto en compromiso la privacidad de los que las usamos. Unos en más medida que otros damos datos privados, potenciando los factores de riesgo que nos hace más vulnerables a los demás. Pero lo hacemos porque obtenemos contrapartidas.
¿Habéis reflexionado suficiente para valorar que estas contrapartidas valen el riesgo que corremos?

Y sobre el ojo biónico, donde ya se permite el reconocimiento de rostros; lo que fácilmente lleva a la posibilidad de dar información privada sobre todas esas personas que reconoce, incluidas las desconocidas. ¿Qué pensáis?

8 comentarios:

  1. Hola a tod@s en esta mañana tan especial, el comienzo de la Navidad para mí:

    Pues en esta semana si que llego, justo que he estrenado gafas nuevas y todavía estoy pensando porque no me he hecho unas bifocales y sigo cambiando de gafas a cada instante siguiendo volviéndome loca con la vista, según el ótico soy joven para ellas, según yo, es una castañazo andar quitándote y poniéndote gafas constantemente para ver, aparte de ver cómo ha aumentado la miopía. Temas apartes, vamos a lo que vamos.

    Desde que estallo el escándalo de Facebook este año y ví toda la información que poseía Facebook de mí, teléfonos móviles que incluso yo ya no tenía en mi agenda me, y perdonarme la expresión, acojene un poco. Me gusta tener mi intimidad y privacidad, pero que sean vendidos, circulados sin mi consentimiento no me mola ni un pelo. Suelo tener un nombre que no es reconocible en Facebook para que no me busquen ni familiares que no quieren ni enemigos de un foro a la que le di mucha caña y aún así. Es raro que me conozcáis con nombres y apellido, porque la red de Google aunque la controlo no la controlo del todo.


    En cuestión de móvil, pude poner que mi WhatsApp en mi última versión no se conectará a Facebook con lo cual me evitó de contactos indeseados que quieren meterse en mi red social. En el Messenger de Facebook he recibido mensajes obscenos que luego he tenido que borrar para que no los tuviera el supremo jefe. Tengo deshabilitado el teclado, la cámara y el micro de Windos 10 para que no lo llegúe esta información a Microsoft. Si, podeis llamarme paranoica, pero no quiero que mi intimidad y lo que yo escriba, haga o hable se escuche o sea espiada. Y el móvil, si por mi fuera tuviera lo más básico, volviera al antiguo mejor. Me harte de cosas y conversaciones insulsas. Por no hablar de otro tipo de RRSS.


    En cuanto, al ojo biónico, déjame un tiempo que piense más. Necesito focalizarlo más, ahora mismo no veo ni torta, para seguir escribiendo.


    Buen días a tod@s


    Anna

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    1. ¡Felices fiestas, Ana!

      Haces bien. No eres paranoica si realmente te espían, pues tus datos realmente se almacenan y pueden ser consultados en cualquier momento. Y tal vez hoy no se vaya a utilizar esa información para hacerte daño, pero no sabemos cómo se utilizarán en el futuro. Un ejemplo clásico para concienciar del peligro que conlleva la información personal es la de los judíos holandeses en la segunda guerra mundial. Antes de que Holanda fuese ocupada por los Nazis, estos hicieron un censo donde uno de los datos que se recogía era la religión que profesaban los individuos, y lo hicieron con el objetivo de repartir, de una forma proporcional, los recursos para las diferentes religiones. Pero cuando los Nazis ocuparon las instituciones holandesas se encontraron con medio trabajo hecho, pues esos censos les facilitaron la tarea de encontrar a los judíos para enviarlos a los campos de concentración.

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  2. Genial resumen, Conxi. La verdad es que leyendo el capítulo yo también me puse a pensar sobre estos temas de la privacidad y los datos (que son la nueva moneda).

    Recuerdo perfectamente todo el debate que se generó con la salida al mercado de las Google Glass. Y la verdad es que a mi me daban un poco de miedo. De todas formas, ya hace tiempo que se cumplió el sueño de Steve Jobs (que cada persona del mundo llevara un ordenador conectado con internet en el bolsillo). Los móviles hoy día saben cosas de nosotros que hasta nosotros desconocemos. Y evidentemente, esto "acongoja" un poco.

    La tecnología avanza muy rápido, mucho más rápido que la legislación, de hecho. Pero está claro que hay que empezar a legislar este tipo de cosas. Me viene a la cabeza un par de casos de asesinato que ha habido en Estados Unidos. Casualmente había en el lugar del crimen aparatos del tipo Google Home o Alexa, que ciertamente, escuchan y graban todo y que, por tanto, pueden servir como pruebas concluyentes en un juicio. Sin embargo, las empresas no ceden esas grabaciones por salvaguardar la privacidad de sus clientes. Quizás debería haber leyes que indicaran algo a este respecto.

    Y por supuesto, sin tener que recurrir a casos extremos. Un altavoz/micrófono que todo lo oye y todo lo graba y además está conectado a internet, está enviando datos continuamente de tus preferencias políticas, críticas, problemas,... Y ya sabemos que a estas multinacionales no les tiembla el pulso para vender masivamente datos ajenos.

    No sé si habéis visto la película "The Circle", pero expone un escenario social no muy lejano en el que se ven los efectos de estas redes sociales y esta hiperconexión llevada un poco al extremo. Es una película que te hace reflexionar en los puntos que ha expuesto Conxi, por lo que os la recomiendo.

    Un abrazo a tod@s, Feliz Navidad y cuidadin con los móviles, jejeje.

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    1. ¡Felices fiestas, Miguel Ángel! No he visto la película “The Circle”, me la apunto.


      Sobre Google Home y Alexa creo que las empresas hacen lo correcto al no ceder fácilmente las grabaciones ni los datos disponibles de estos sistemas. Otra cosa es que finalmente deban de entregarlos (como creo que ha pasado) pero que se haga de forma concienzuda sobre la necesidad de esta acción. Y sobre las leyes, van apareciendo cuando surge la necesidad… y esto tampoco me parece mal.

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  3. Hola a todos. Pues yo no me plantee nada sobre la privacidad al leer el capítulo (no me acordé de las Gafas Google).

    Veamos, el tema de la "privacidad" no lo tengo nada claro. Soy consciente de que la están violando por todos sitios (de hecho me he planteado muchas veces si me merece la pena tener un perfil con datos reales para interactuar por twitter) pero ¿qué quiero si no estoy dispuesto a pagar?
    Tal y como yo lo veo pasa como con muchas otras cosas de la vida (por ejemplo, comportamientos más ecológicos) creo que hay que legislar. Hay que impedir abusos por lo tanto hay que legislar y si me cuesta dinero pago (y si no me interesa, pues no pago).
    Creo en un estado que legisle, porque yo me voy a dejar llevar por mis sesgos y maldades. Pues eso, que como NO es razonable lo que está pasando, y como la gente somos bastante egoistas, malignas... creo que la solución vendrá de la legislación.
    Y por ello creo que es tan importante que votemos, NO a los que nos mejoren algún aspecto de nuestras vidas individuales, sino votemos a los que creamos que mejor van a legislar para todos.

    Jo!!! Que poco navideño se me ha quedado el comentario, pero es más o menos lo que pienso.

    Pero lo cortes no quita lo valiente: FELIZ NAVIDAD

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    1. ¡Felices fiestas, Juan Carlos! Es la pregunta del millón la que te planteas: ¿merece la pena tener un perfil con datos reales para interactuar por internet? Y no creo que haya una única respuesta correcta. Sobre los peligros, está la vulnerabilidad a la que te expones por los juicios (y las acciones asociadas, que es lo grave) de gente que (tal vez) ni conoces. Y sobre los pros de tener un perfil real: está la honestidad con las personas con las que interactúas y la libertad de ser tú mismo en este medio.


      Sobre la legislación está la ley de protección de datos que va evolucionando. Ahora acaban de sacar una nueva versión en la que tu dato es de tu propiedad y debes dar permisos explícitamente para que se use; y puedes revocarlos cuando quieras. Pero hay excepciones, por ejemplo si son necesarios para un tratamiento institucional (p.e. hacienda), pero para el resto tú tienes todos los derechos sobre tus datos (con sus contrapartidas, es decir que si quiero que me den de baja los datos que una empresa tiene sobre mí, esta -lo más probable- es que te diga que por ello no te puede dar servicio). Por otra parte, en la aceptación, se te debe informar para qué se utilizará ese dato. Por lo que deben tener una razón conocida y razonada. Y si cambian de objetivo sobre el tratamiento del dato te tienen que volver a preguntar si aceptas. Si no lo hacen así se exponen a altas sanciones. Esto es lo que recuerdo de una charla a la que asistí no hace mucho sobre esta legislación.

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  4. Gracias por el resumen, Conxi. Muy condensadito, perfecto para los empachos de estos días.

    Me encantaba Colombo, ese desastre andante al que no se le escapaba una.

    También creo que abusan de nuestros datos. Realizar una búsqueda con el ordenador y recibir publicidad de las misma de la página si estás dado de alta ya me parece demasiado. Que el navegador guarde el dato y te salte la publicidad hasta en el móvil es excesivo hasta para mí que lo acepto casi todo.

    Si esperáis que las leyes lo arreglen vais apañaos. Mirad lo que querían hacer nuestros legisladores para guardar nuestros datos relacionados con las ideas políticas.
    Mientras los legisladores sean parte interesada estamos jodidos. Confiemos en Europa.

    Sobre los ojos que nos observan pienso que estamos perdidos. Las series y pelis ya nos están acostumbrando a los reconocimientos. Los datos de un ojo pueden ser privados pero los de fuera de casa nos controlan impunemente. Y menos mal que no estamos en China. Hasta se me está poniendo mal cuerpo. Lo dejo

    Felices fiestas

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  5. ¡Felices fiestas, Santos! Estoy de acuerdo con lo que comentas, sobre todo por el control que quieren tener los políticos sobre nosotros y la información facilita ese control. Y también porque las leyes tienen sus limitaciones.


    Da bastante miedo. Cada vez que pienso todo lo que se puede descubrir de mí, entre lo que hay en internet, lo que los organismos públicos han almacenado y las empresas tienen sobre mí… sólo me queda la esperanza de que consiga pasar toda la vida sin que nadie (especialmente un régimen totalitario) se interese por alguna característica mía que le moleste y me persigan por ello. Y lo que da realmente miedo es que nadie me puede garantizar eso.

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