sábado, 17 de septiembre de 2016

Orígenes. La vida. Capítulo 2 - Aproximaciones al origen de la vida

Este capítulo hace un recorrido histórico por cómo se ha ido construyendo el conocimiento sobre el origen de la materia viva, desde las primeras creencias hasta llegar a la sopa primitiva.

La vida y la generación espontánea

Como con el Universo, la primera idea que tuvo el ser humano sobre el origen de la vida fue que era el producto de fuerzas sobrenaturales o (más concretamente) de deidades. Aunque, por lo que sabemos de los filósofos griegos, estos ya se plantearon hipótesis más racionales y con algo más de criterio científico. Aunque quien impulsó claramente la teoría de la generación espontánea (que mucho después empezaría a llamarse también abiogénesis o arqueobiosis) fue Aristóteles en el siglo IV a.C.

Se trataba de una teoría idealista: la materia se podía combinar con la forma gracias a una fuerza llamada entelequia, adquiriendo así la vida. Esta hipótesis se mantuvo durante siglos e incluso René Descartes en el siglo XVI apoyó su validez. Pues durante el Renacimiento se siguió creyendo que la vida había aparecido de esta forma, con excepción de los seres humanos, que (¡naturalmente! ;P) serían obra directa del creador.

Francisco Redi (un contemporáneo de Newton el cual -por otra parte- también apoyaba la abiogénesis) fue el primer científico que puso en duda la teoría planteada por Aristóteles. Pues diseñó un experimento en el que colocó tres trozos de carne cruda en otros tantos frascos de vidrio: el primero lo dejó abierto, el segundo lo cubrió con un trozo de gasa, y el tercero lo cerró por completo con un tapón de corcho. Al cabo de unos días observó que sólo en la carne del frasco abierto aparecían pequeños gusanos blancos, que eran larvas de mosca. Esto demostraba que los gusanos no se habían producido por generación espontánea. Sus conclusiones, publicadas en 1648, aunque fueron concluyentes también fueron ampliamente cuestionadas, pues nadie más dudaba aún de la generación espontánea. Y tampoco podía explicar el motivo por el que la carne estaba en descomposición en los tres frascos. Pues tendrían que pasar cuatro décadas más para que se conocieran las bacterias.

Fue tras la invención y posterior uso del microscopio que se empezó a tener conciencia de la existencia de un mundo microbiano. El holandés Anton van Leeuwenhoek (actualmente considerado el padre de la microbiología) gracias a los casi 500 aumentos de sus mejores lupas, en torno a 1676, logró observar por primera vez una sorprendente cantidad de algas y otros diminutos animáculos que contenía el agua estancada. Mejorando aún más la calidad de sus lentes, a partir de 1683 observó incluso bacterias.

A inicios del siglo XVIII ya se conocían los microorganismos gracias al desarrollo de la microscopía.

Aún así la controversia entre vitalistas (para quienes los seres vivos no se rigen por las leyes físicas) y mecanicistas (quienes consideran la vida sometida a las mismas leyes que el resto de la materia) se generalizó. Por lo que en 1745 el biólogo y sacerdote John T. Needham (del bando de los vitalistas) realizó un experimento esterilizando un caldo de carne, para demostrar la validez de la abiogénesis. Pero cometió la trampa (o el error) de dejar el frasco sin tapar, pues consideraba que el aire debía poder entrar durante el proceso “al ser el espíritu vital que desencadenaba la generación espontánea”. Y así creyó que demostraba la abiogénesis.

Lazzaro Spallanzani, biólogo italiano, 1729-99
Lazzaro Spallanzani, biólogo italiano, 1729-99
En el otro bando, el de los mecanicistas, Lazzaro Spallanzani en 1769 diseñó un experimento basado en el de Needham, pero alargando el tiempo de cocción y, sobre todo, sellando perfectamente los recipientes, con lo que no aparecieron microorganismos; hasta que, unos días después, no abrió los recipientes que habían estado sellados. Con este experimento se demostró que el mantenimiento de las condiciones de esterilidad no acababan con ese supuesto espíritu vital intangible (argumento de Needham), sino que únicamente impedía la presencia de microorganismos. Y este fue el inicio del fin de la teoría de la abiogénesis

En 1859, el químico francés Louis Pasteur demostró, con una serie de experimentos, que  ningún ser vivo puede originarse por abiogénesis. En estos cambió el sellado del tarro de caldo por una boca de matraz en forma de S, con lo que permitía que el oxígeno entrase pero impedía la entrada de seres vivos.

En 1864 Pasteur repitió dichos experimentos en la Academia de Ciencias de París dando por concluida la controversia. En 1870, el biólogo Thomas H. Huxley acuñó los términos abiogénesis y biogénesis para distinguir entre la ya superada hipótesis de la generación espontánea y la nueva evidencia mostrada por Pasteur, que se sintetizaba en la ley de la biogénesis: «Toda vida proviene de la vida». Pero este enunciado llevaba implícito un gran interrogante: si todo ser vivo procede de otro, ¿cómo pudo surgir el primero?

Darwin: el origen

Charles R. Darwin fue quien realizó las primeras reflexiones científicas sobre el origen de la vida. Aunque no trató directamente este tema en sus publicaciones, en su obra “El origen de las especies” sí que menciona que la vida pudo provenir de un corto número de formas o «de una sola», adelantándose al descubrimiento (con una antelación de 130 años) de que todas las especies que hemos habitado en este planeta somos descendientes de LUCA, nuestro último ancestro común.

Estatua de Charles Darwin. Foto de la Natural History Museum, Londres.
Estatua de Charles Darwin. Museo de Historia Natural, Londres.
Que Darwin no abordase este tema directamente fue un tema controvertido en esa época, como se muestra en una carta escrita en 1860 al geólogo Charles Lyell donde se lamentaba de quienes pensaban que no había ningún beneficio en indicar cómo surgen las formas de vida sin antes evidenciar cómo se origina esta. Cosa que hicieron, entre otros, el naturalista y filósofo Ernst Haeckel, además de echarle en cara el haber incluido (a partir de la segunda edición) al creador en el último párrafo de su obra.

Más tarde, fue también Darwin quien comenzó a intuir los mecanismos graduales que pudieron llevar del mundo inorgánico a la materia viva. En una carta enviada en 1871 a Joseph D. Hooker se planteaba por primera vez en la historia un comienzo puramente químico de la vida, a partir de diferentes compuestos que reaccionaban entre sí gracias a alguna fuente de energía presente en el medio.

Otra reflexión en esta misma línea la encontramos en otra misiva enviada por Darwin al geólogo Daniel Mackintosh en 1882, en la que apuntaba la posibilidad de que algún día se pudiese probar que los seres vivos pudieran ser desarrollados a partir de materia inorgánica, poniendo como ejemplo que ya se había demostrado que se podían sintetizar compuestos orgánicos a partir de moléculas inorgánicas.

Aunque Darwin no conoció la obra y los experimentos de Gregor J. Mendel fue contemporáneo de este monje y naturalista cuyo trabajo permitió descubrir los principios básicos de la herencia biológica (estableciendo las leyes que rigen la transmisión de los caracteres entre los organismos progenitores y su descendencia) y que sentaría las bases de una disciplina más tarde denominada genética.

Mendel publicó en 1866 un ensayo con los resultados de su trabajo, aunque no sería redescubierto hasta casi 40 años después.

Así, a principios del siglo XX William Bateson acuñó el término genética, y Walter Sutton propuso la teoría cromosómica de la herencia al comprobar que las propiedades de los cromosomas se correspondían con las unidades particuladas postuladas por Mendel. Poco después Thomas H. Morgan determinó que los cromosomas consisten en una disposición lineal de genes.

Oparin y Haldane

El bioquímico ruso Alexandr I. Oparin y el genetista y biólogo evolutivo inglés John B. S. Haldane en la década de 1920 publicaron de forma independiente los dos primeros textos dedicados específicamente al origen de la vida

Aleksandr Oparin (derecha) en el laboratorio.
Aleksandr Oparin (derecha) en el laboratorio.


John Burdon Sanderson Haldane
John Burdon Sanderson Haldane



En ellos se proponían modelos, básicamente teóricos, aunque con ciertos componentes experimentales, de una serie de etapas químicas que habrían tenido lugar en los océanos primitivos y que permitieron llegar hasta los primeros seres vivos.

Tanto Oparin como Haldane postulaban la existencia de sopas o caldos iniciales con recetas parecidas, que corresponderían al contenido del pequeño charco de agua templada propuesto por Darwin en 1871. A partir de esos caldos primigenios se podrían formar, como escribió Haldane, «las primeras cosas vivas o medio-vivas» capaces de reproducirse. También Haldane coincidía con Oparin en que los primeros seres vivos fueron probablemente bacterias heterotróficas, pues utilizarían como fuente de carbono las moléculas orgánicas presentes en la sopa primitiva, en lugar de fijar de forma autotrófica el CO2 atmosférico.

Así, la Hipótesis de Oparin-Haldane, que al principio fue difícil de aceptar por sus colegas, constituye el primer planteamiento científico en el campo del origen de la vida. Los caminos abiertos fueron posteriormente explorados por químicos orgánicos, geoquímicos y bioquímicos en todo el mundo, hasta que, un cuarto de siglo más tarde, se dio el salto definitivo a la ciencia experimental.


He pensado los siguientes temas para comentar:
  • Carlos Briones (el autor) comenta en el capítulo que la Hipótesis de Oparin-Haldane puede considerarse una adaptación de la teoría de la generación espontánea, aunque desprovista de toda su carga espiritual. Pero, tal como la planteó Aristóteles, la fuerza llamada entelequia era la parte central de esa hipótesis. Es por ello que no creo que se pueda comparar. ¿Qué pensáis?
  • ¿Qué os ha llamado más la atención de cómo se ha llegado al conocimiento actual sobre el orígen de la vida?
 ¡Que tengáis una feliz semana!


9 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias por el resumen Conxi!

    Debe ser que el capítulo es más histórico que científico, como lo fue el capítulo anterior, pero he conseguido seguir la lectura mucho mejor.

    No sé que pensar sobre la hipótesis de Oparin-Haldane. Puede que la idea subyacente, o mejor dicho, inconsciente, fuera la generación espontánea, pero dado que se basaron en reacciones químicas y sabiendo cómo son, no creo que tenga mucha relación. Se podría relacionar con la entelequia de Aristóteles si pensamos que la entelequia son las fuerzas atómicas, los potenciales, la entropía, la energía que se genera o consume en la reacción... pero como Aristóteles pensaba que la entelequia era una única cosa, no veo claro que se pueda ni siquiera relacionar.

    Para mi lo que más me ha llamado la atención, es precisamente el darse cuenta de que la química es un aspecto fundamental para entender el proceso de la vida. Si que sirva de precedente, y en este caso, sí que pienso que todo es química ;o))

    ¡Buena semana!

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    1. ¡¡Hola a todos!!
      Podría copiar y pegar este comentario y hacerlo mío, porque estoy de acuerdo en todo lo que dices:
      • El fantástico trabajo de Conxi
      • La facilidad de lectura de este capítulo con respecto al anterior
      • Las diferencias entre Oparin/Haldane y Arsitóteles. Oparin/Haldane realizan el primer planteamiento científico del origen de la vida. Aristóteles recurría a un origen sobrenatural, con lo que creo que no tienen nada que ver.

      La importancia de la química para la vida. En este punto yo añadiría también la reticencia a desterrar el origen divino de la vida.

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    2. Jorge, a mí también me ha ocurrido igual con este capítulo, me ha sido más fácil de seguir. Supongo que es por no tratar temas tan complejos. Pero también ha sido menos apasionante...

      Como tú (y Ana) no creo que se pueda relacionar la Hipótesis de Oparin-Haldane con la de la generación espontánea. Y aunque me ha gustado tu reflexión de que la entelequia se podría entender como “las fuerzas atómicas, los potenciales, la entropía, la energía que se genera o consume en la reacción…”, no solo creo que no se podía referir a esto por ser la entelequia una sola cosa, es que todos estos conceptos también suceden con la materia no viva y la supuesta entelequia no, por lo que no hay por donde cogerlo.

      ¡Saludos!

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  2. Buen trabajo Conxi, de nuevo hay multitud de información que es complicada de resumir y leyendo el resumen parece que hasta te ha sido fácil.

    Mi sensación en esta parte es diferente a la anterior. En la primera era muy consciente de desconocimiento, me parecía normal y aprendía tan contento. En esta otra tengo la sensación de que muchas cosas ya las debería saber y tengo una especie de remordimiento que no me hace disfrutar tanto, aunque sí aprender.

    Me ha gustado saber de la disputa entre la biogénesis y su opuesta abiogénesis

    Yo veo clara la comparación. Partimos de unas sustancias que deben formar otras, esto lo explicamos los químicos sin quitarnos el sombrero. En una época en la que casi todo lo que no se sabía porqué tenía lugar se le buscaba una explicación cercana a los dioses no es de extrañar que tirasen de la entelequia
    Hoy cuando no sabemos cómo tiene lugar un proceso decimos que estamos estudiando el mecanismo, siempre queremos saber más. Antes recurrían a la ayuda divina pero en ambos casos hay unos materiales de partida.
    Lo que no me cabe en la cabeza es que estuviesen tantos siglos pensando lo mismo. Me imagino que los que proponían otras explicaciones lo pasarían mal y de ahí que no nos hayan llegado sus ideas. Antes eran de hacer hogueras rapidico. Y si te salvabas te pasaba como a Mendel y tu trabajo quedaba escondido.

    Disfrutad del domingo

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    1. Santos, a mí también me ha gustado saber sobre la disputa entre los partidarios de la biogénesis y los de la abiogénesis.

      Entiendo lo que comentas sobre la comparación entre las dos hipótesis, pero no me convences. Creo que están a un nivel diferente y que no son comparables. Me remito a lo que dice Jorge (y Ana); y también a lo que le comento.

      Estoy de acuerdo respecto a lo de que la razón por la que no nos haya llegado opiniones diferentes sobre la generación espontánea (y durante tantos siglos) es por temas religiosos. Es lo que tiene la falta de libertad de expresión.

      ¡Saludos!

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  3. Genial capítulo y genial resumen (pienso como Santos, parece que te ha sido fácil porque no me suena que falte nada).

    También me pasa como a Santos, al ser yo también químico creo que intuyo la comparación entre la Hipótesis de Oparin-Haldane y "Teoría Desechada" de la Generación Espontánea que nos comenta el autor. Pero no perdamos de vista que en realidad son cosas totalmente distintas, explico lo que creo que intenta decirnos el autor. Se diferencian en que una cree en lo sobrenatural y la otra no, pero fuera de eso, como los que desarrollaron la "teoría desechada" eran científicos, el resto de los razonamientos una vez "nacida" la primera "cosa casi-viva" son comparables porque se basan en la reactividad química.

    EL capítulo me ha recordado cosas que ya había leído, me ha ordenado conocimientos que ya tenía e incluso me ha ampliado cosas que desconocía, pero en el fondo no me ha sorprendido nada. Solamente me reafirma en una idea que parece que otras ramas científicas no comparten: ¡me es muy difícil entender como se puede hablar de vida, nutrición, sexualidad, neurociencia, medioambiente, geología... sin mezclar herramientas propias de esas ramas del saber con la química! Lo siento, pero me es muy difícil de entender, y creo que hace mucho daño a la transmisión de conocimientos, la poca interdisciplinaridad (y en especial la poca química) que veo en muchos libros de texto. TODO ES MÁS SIMPLE SI SE EXPLICA DESDE EL PUNTO DE VISTA QUÍMICO

    No se si el párrafo anterior deja clara mi postura, no es que crea que la química es más importante, es que no entiendo, por ejemplo, como se puede explicar Ciencia y diferenciar una sustancia química que ha realizado un ser vivo o la "naturaleza" (la llaman natural) de otra exactamente igual que ha sido fabricada en un laboratorio o una industria (artificial). No es una defensa la que hago de lo artificial, es un cabreo sistemático porque mucha gente es quimiofóbica por "enseñanzas" interesadas de algunos incultos en química (y por desgracia también algunos cultos).

    Nada más. Un saludo.
    Nota: el párrafo anterior en contra de la quimiofobia no viene por nada ni nadie de los que se pasan por aquí (no os deis por aludidos), viene por lo que observo en la sociedad: amigos, compañeros de trabajo, familia...

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    1. Juan Carlos, no sé si TODO es más fácil si se explica desde el punto de vista de la química (aunque seguro que muchos temas sí lo son), pero tienes toda la razón en sentir un cabreo sistemático con la quimofobia que, por desgracia, domina nuestra sociedad. A mí también me dan mucha rabia comentarios típicos como que “tal producto no tiene químicos, pues (por ejemplo) es ecológico” :O. Es desesperante lo generalizada que está esta mentalidad.

      ¡Saludos!

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    2. Sí, ese TODO es un poco grande, XD (en realidad quería decir todo lo que había nombrado unas frases por delante, jajaja...)

      Me voy a explicar para que me entiendas (y me entendáis) mejor. En el capítulo anterior muchos habéis dicho que os ha llamado mucho la atención que los virus no sean considerados como seres vivos. Probablemente a mí me lo pareció también cuando me enteré, pero como llevo tantos años explicándolo lo asumo fácilmente. Pero sin salirme de los virus, cuando empecé a explicarlos no me convencía como se explicaba en los libros de biología: muchas frases que indicaban lo que hacían pero nada de explicaciones de como lo hacían, muchas descripciones de como eran pero nada de explicaciones de porque esas palabras que nombraban tenían unos comportamientos u otros... Todos los profesores (o eso me gusta imaginar a mí) intentamos entender lo que explicamos porque si no estamos seguros de lo que explicamos y de como lo hacemos nuestros alumnos no se lo creen (desconectan y pasan de nosotros, dejamos de emocionarles). Por lo tanto me dediqué a intentar entenderlo un poco más lejos de lo que decían los libros de la E.S.O. (cogí los de bachillerato). Para poder entender mas o menos frases como "los virus solo se multiplican, pero no crecen ni se desarrollan, son específicos en sus ataques, pero no se relacionan porque no responden" (perdónenme los biólogos si he cometido algún error en las frases, estoy hablando de memoria y hablo de entender más o menos) lo tuve que ver como reacciones químicas (no necesito los detalles de ellas, solo necesito imaginarme los metabolismos como consecuencias lógicas de la teoría cinético corpuscular y la teoría de choques). Y sabéis lo que inmediatamente después me imaginé, que entonces podrían existir virus que nos fueran beneficiosos, imaginé que quizás existirían líneas de investigación de virus que atacaran a las células cancerígenas, lo busqué por internet y encontré un artículo que desde entonces uso en mis clases. Resumiendo: creo que si oímos virus pensamos en algo perjudicial y no tiene porque ser así.

      A este tipo de cosas me refiero cuando digo que debemos de saber más química. Explicar determinadas cosas desde el punto de vista químico creo que enriquece la explicación y facilita la correcta interpretación de lo explicado de manera exponencial.

      Saludos.

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  4. Muchas gracias por tu buen resumen de este capítulo, Conxi. A lo largo de él, básicamente lo que hago es un recorrido histórico sobre las diferentes hipótesis que se han ido sucediendo para enfrentarse a la pregunta de cómo surgió la vida. Creo que esta aproximación gusta bastante, ya que por lo general resulta atractivo (además de formativo, en el caso de los estudiantes) repasar la historia que está detrás de los avances científicos. Por otra parte, mi intención con este capítulo más histórico (o ‘más de letras’, como me han dicho otros lectores) era separar la alta concentración de química que hay al final del Capítulo 1 y en el 3… Y veo, por vuestros comentarios, que en general agradecéis este respiro ;-)
    De todos modos, como comentáis, todo es química. Y los sueños, química son. Incluso los quimiofóbicos viven (y sueñan) gracias a la química, deberían tenerlo en cuenta ;-) Y también por eso no funciona ese timo llamado homeopatía: porque pretende funcionar al margen de las leyes de la química... inventando cosas tan absurdas como que el agua tiene memoria o que una molécula disuelta hasta el infinito puede ejercer algún efecto.
    Si la vida es química (‘química capaz de evolucionar’, digo en algún lugar del texto) para entender el origen de la vida y su evolución las claves han de estar en la química. Así, este capítulo no es sino un relato del viaje que la mente humana realizó (durante dos milenios y medio, nada menos) desde la filosofía hasta la química.
    Por lo demás, habéis explicado muy bien las diferencias entre la generación espontánea (idea finalmente desterrada por Pasteur) y la hipótesis de Oparín-Haldane, que básicamente consisten en que la primera recurría al vitalismo para ‘explicar’ la abiogénesis, mientras que la segunda es materialista: se basa en la física y la química y está desprovista de cualquier carga espiritual.

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