sábado, 25 de abril de 2015

Mala Ciencia: 16) El bulo mediático sobre la vacuna triple vírica

Una muestra del sentimiento de culpa que ha provocado este bulo mediático: «Toda madre que tenga un hijo quiere que sea normal. Descubrir luego que tu hijo tal vez sea genéticamente autista es una tragedia. Averiguar que lo que lo causó fue una vacuna, algo a lo que yo misma accedí… es sencillamente devastador.» Karen Prosser, madre de un niño autista que cree en esta mentira.

Pero esto, aunque brutal, no ha sido la peor consecuencia. Lo más terrible ha sido lo que muestran estos datos (y sólo para el caso de EEUU desde junio de 2007), cada uno de ellos una tragedia:

www.jennymccarthybodycount.com

Tal como se dice en la web a la que hace referencia esta imagen (que mantiene un contador de los casos relacionados con este tema, pero sólo de EEUU): no todas las enfermedades evitables (146.623) y las muertes evitables (8.973) por la vacuna triple vírica (SPR) son responsabilidad directa del movimiento anti-vacunación (y, como diría Goldacre, de los medios de comunicación que se han hecho eco de sus disparates) pero (por los datos del antes y del después de su existencia) este movimiento (y los medios) pueden ser indirectamente responsables de muchas de ellas.

Y todo debido a relacionar, sin evidencia empírica ninguna, el diagnóstico del autismo con la SPR, en la que el contador de esta página muestra un clamoroso 0, cuyo valor vale para todos los países del mundo.

Aunque el libro es de 2008, en EEUU, siguen teniendo muchos problemas con los movimientos anti-vacunación, como podéis comprobar en estas noticias recientes: aquí y aquí.

En el Reino Unido, que es donde centra la historia Goldacre, y de donde aporta estos datos, la incidencia de dos de las tres enfermedades inmunizadas por la vacuna triple vírica aumentó extraordinariamente a partir del histerismo que contrapuso la emotividad a la evidencia científica.

Y en España tampoco nos hemos librado de este problema. Por ejemplo, en el caso del sarampión (una de las tres enfermedades de las que inmuniza la vacuna), en los últimos años, se han producido algunos brotes epidémicos en Andalucía: Algeciras en 2008, Granada en 2010, en Sevilla en 2011 y en Elche en 2012. En concreto, la incidencia de la enfermedad en España en 2011, fue de 7.4 casos por 100.000 habitantes.

Las enfermedades de las que estamos hablando son: sarampión, paperas y rubéola. Por estudios como el que podéis consultar aquí, podéis ver que los efectos de estas pueden ser muy graves:
  • Sarampión. Es la más peligrosa de las tres y la más contagiosa. En niños pequeños puede causar neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro) y la muerte.
  • Paperas. Tiene las siguientes complicaciones: meningitis, pancreatitis o esterilidad. También puede provocar la pérdida de capacidad auditiva en niños. Y la mitad de todas las infecciones por parotiditis afectan al sistema nervioso central.
  • Rubéola. El síndrome de rubéola congénita (que ocurre cuando el virus en la madre afecta al feto en los primeros tres meses del embarazo) causa discapacidades profundas, como son la sordera, el autismo, la ceguera y el retraso mental.
Pero, ¿es realmente segura la vacuna SPR? Porque, tal vez, no nos creamos a cualquier figura arbitraria de autoridad. Por ello vamos abordar la evidencia empírica que nos ofrece Goldacre en el capítulo. Y lo haremos a partir de la Cochrane Collaboration (una de las instituciones más intachables de salud que existen): en 2005 publicó una revisión sistemática de la bibliografía especializada sobre la SPR en la que no halló evidencia empírica alguna de que pudiera ser insegura.

Porque no existe ningún estudio maravilloso que demuestre que la SPR es segura. De lo que sí disponemos es de un cúmulo gigantesco de datos procedentes de diversos estudios, cada uno de los cuales exhibe defectos particulares debidos a razones varias: costes elevados, grados insuficientes de competencia, etc. Pero es que, en el mundo real, todos los estudios tienen algún que otro defecto, en mayor o menor grado: no existe el estudio perfecto.

Ésta es la clase de pruebas empíricas que encontraréis en la revisión Cochrane que concluyó que «las pruebas existentes sobre la seguridad y la eficacia de la vacuna SPR apoyan las actuales políticas de inmunizaciones masivas dirigidas a la erradicación global del sarampión con el objeto de reducir la morbilidad y la mortalidad asociadas con las paperas y la rubéola».

Aquí tenéis dos de los principales estudios en los que se basa esta revisión:
  • The Lancet, 2004: Smeeth y otros realizaron lo que se conoce como un «estudio de control de casos» utilizando la Base de Datos de Investigación de Medicina General». Los investigadores buscaron a unas 1.300 personas con autismo y, luego, reunieron a personas elegidas al azar que no padecían autismo, pero que tenían la misma edad, el mismo sexo y los mismos médicos de cabecera. A partir de ahí, analizaron si las vacunaciones habían sido más comunes entre las personas afectadas de autismo o entre las del grupo de control, y no hallaron diferencia alguna entre ambos grupos. Esto también se hizo en Estados Unidos y Escandinavia, obteniendo los mismos resultados.
  • New England Journal of Medicine, 2002: En Dinamarca, Madsen y otros llevaron a cabo un «estudio de cohortes» con un elevado número de niños. Reunieron a dos grupos de personas (uno con individuos que hubieran recibido la SPR y otro con personas que no la hubieran recibido) y comprobaron después si el índice de casos de autismo difería en algo entre ambos. El estudio incluyó a todos los niños y niñas nacidos en Dinamarca entre enero de 1991 y diciembre de 1998 (440.655 niños vacunados, y otros 96.648 que no lo fueron). No se halló ninguna diferencia entre los primeros y los segundos en cuanto a las tasas de incidencia de trastornos del espectro autista.
Y, ¿cómo ha sido posible la locura de que, teniendo la posibilidad de inmunizar a sus hijos, padres de todo el mundo han puesto en riesgo la salud de estos porque creyeron que era más seguro no vacunarlos que sí hacerlo? Goldacre acusa de este desastre, sin ningún resquicio de duda (y durante todo el capítulo), a los medios de comunicación; dándoles un nivel de culpa muy superior que, por ejemplo, al que se inventó la falsa conexión entre la SPR y el autismo, o a los movimientos anti-vacunas.

Goldacre es sumamente duro con los medios de comunicación, diciendo (entre otras cosas) que llevan muchos años aupando esta noticia de forma irresponsable, cínica, irracional y deliberada a las portadas de sus publicaciones. Y todo a base de formular extrapolaciones exageradas y absurdas a partir de un único estudio, y de ignorar meticulosamente, al mismo tiempo, todos los datos de signo tranquilizador y todas las subsiguientes refutaciones.

Pero, al menos de momento, vamos a centrarnos en Andrew Wakefield, pues es una pieza esencial de la historia que se cuenta en el capítulo. Es el "malo de la película", aunque Goldacre encuentre una mayor perversidad en la prensa. Supongo que la diferencia está en el poder que sustenta la una versus el otro.

Andrew Wakefield se hizo mundialmente famoso por su artículo, publicado en the Lancet a principios de 1998, actualmente calificado de investigación fraudulenta, que apoyaba la tesis, ya desacreditada, que existe una relación entre la administración de la SPR y la aparición del autismo y enfermedades intestinales.

El 28 de enero de 2010 (años después de que Goldacre finalizara este libro), un tribunal reglamentario del Consejo General Médico (GMC) británico determinó (entre otros) cuatro cargos de deshonestidad y doce cargos de abuso de niños con discapacidad de desarrollo. A raíz de las conclusiones del GMC e inmediatamente después The Lancet se retractó totalmente de la publicación de 1998, haciendo saber que los datos de los manuscritos habían sido falsificados. Wakefield fue excluido del registro médico en mayo de 2010, con la observación de falsificación deshonesta en el estudio que fue publicado en The Lancet, y se le revocó su licencia para ejercer la medicina.

Goldacre caracteriza a este artículo como de mal escrito y de no tener ningún enunciado claro de su hipótesis ni de sus conclusiones, y de que esa es la razón principal por la que es uno de los peor entendidos y más tergiversados a nivel periodístico de la historia del mundo académico.

El estudio era sobre doce niños con problemas intestinales, ocho de ellos con autismo, de los que se decía que estos problemas habían surgido a los pocos días de haberles administrado la vacuna triple vírica. Se les practicó algunas pruebas y los resultados de estas, en algunos casos, fueron anormales, pero variaban entre estas.

La inoculación de la SPR es muy común, y el autismo también lo es bastante, por lo que el artículo sólo nos habla de una colección de doce anécdotas clínicas (o «serie de casos») que no pueden demostrar una relación como la supuesta entre una exposición y un resultado.
Coincidiendo con la publicación de aquel artículo, se celebró una conferencia de prensa en la que Wakefield anunció en ella que, en su opinión, sería prudente usar vacunas separadas en vez de la triple vacuna de la SPR y con espera de un año entre inoculaciones. Así, como por inspiración divina...

Nada en aquel estudio de doce niños, ni en ninguna otra investigación publicada sugería que la administración de vacunas únicas separadas sería más segura. En realidad, hay sobradas razones para creer que la inoculación de esas inmunizaciones por separado podría causar más perjuicios que ventajas, entre otras cosas porque los niños pasarían mucho más tiempo siendo vulnerables a esas infecciones.

Pero la historia que se ocultaba tras aquel artículo, no deja muy bien a Wakefield. Aquí tenéis algunas informaciones que aparecieron más tarde sobre este señor:
  • No reveló al director de The Lancet su implicación en una patente relativa a una nueva vacuna.
  • Ya por entonces estaba siendo retribuido con 50.000 libras en concepto de asesoría jurídica por un bufete de abogados para que investigara a unos niños cuyos padres estaban preparando una demanda contra los impulsores de la vacuna triple vírica.
  • Muchos de los «casos» derivados hacia Wakefield habían llegado a él a sabiendas de que era alguien que podía mostrar un vínculo entre la vacuna triple vírica y el autismo y que estaba trabajando en un caso judicial (es decir, el problema del «polo de atracción»).
  • De los doce niños del artículo, once se querellaron contra las empresas farmacéuticas y diez contaban ya con asistencia jurídica para la interposición de esa querella a propósito de la vacuna triple vírica antes incluso de la publicación del artículo de 1998.
  • El propio Wakefield acabó recibiendo 435.643 libras (más gastos y dietas) del fondo de ayuda jurídica a esas familias por su papel en el caso judicial contra la SPR.
  • Para los datos del estudio, los niños fueron sometidos a diversas exploraciones clínicas invasivas, las cuales tienen graves riesgos y, de hecho, uno de los niños, padeció algunas lesiones y finalmente fue indemnizado con 482.300 libras.
  • Un elemento central de la teoría de Wakefield era que en los intestinos de los niños se podrían encontrar huellas genéticas del ADN de las cepas de sarampión. Pero, por esa época, en el laboratorio del mismo Wakefield, un estudiante de doctorado, Nick Chadwick, no encontró ningún rastro de esas cepas en las muestras tomadas del intestino grueso de esos doce niños.
Cronología de la cobertura informativa del inicio de esta historia en el Reino Unido (cuya alarma no comenzó con la conferencia):
  • En 1998 El The Guardian y el The Independent trataron la conferencia de prensa en sus portadas, pero el The Sun la ignoró por completo, y el Daily Mail, verdadera gaceta internacional de las alarmas sanitarias, enterró la noticia en un rincón de sus páginas. Su impacto inicial fue bastante leve.
  • Fue en 2001 cuando la alarma empezó a cobrar impulso. Wakefield publicó entonces un artículo de revisión en una revista poco conocida, en el que cuestionaba la seguridad del programa de inmunizaciones, aunque sin presentar nada nuevo en forma de evidencia empírica.
  • En marzo de 2001 publicó los resultados de un nuevo trabajo de laboratorio en colaboración con investigadores japoneses (el llamado «artículo Kawashima»), en el que contradecía lo que unos años antes había descubierto Nick Chadwick en los propios laboratorios de Wakefield. Años después, se publicaría también un estudio que mostraba que el artículo Kawashima había expuesto un falso positivo.
  • Fue entonces cuando los activistas de la campaña anti-vacunación iniciaron el despliegue de su formidable y bien engrasada maquinaria publicitaria, y que no encontró dificultades en los organismos médicos (descoordinados entre sí) que no supieron hablar claramente con los medios acerca de la evidencia empírica.
En la siguiente gráfica (que he copiado del capítulo) tenemos la relación del número de noticias sobre la SPR (en el Reino Unido) entre los años 1996 a 2006. Como se puede ver, 2002 fue el punto álgido.


Goldacre utiliza los siguientes datos (sobre las noticias en 2002, del ESRC -el Consejo de Investigaciones Económicas y Sociales británico- que publicó en 2003) para señalar a la prensa como el principal responsable:
  • Sólo una cuarta parte de las noticias sobre SPR mencionaban a Andrew Wakefield. Aquello propició la impresión errónea de que era un amplio sector de la opinión médica (y no un «disidente» solitario) el que desconfiaba de la triple vírica. 
  • Y un dato más destacado aun es que: menos de un tercio de las noticias publicadas sobre el tema en los diarios serios hicieron referencia a la abrumadora evidencia científica que respaldaba el carácter seguro de la vacuna, y sólo un 11% mencionó que se consideraba segura en los otros noventa países en los que se emplea.

Pero durante el 2002 hubo otra información de relevancia informativa relacionada con la SPR que tuvo de protagonista a un niño de dos años: Leo Blair, hijo del primer ministro británico en aquella época.

La historia de este niño y su familia nos puede parecer sensacionalista, pero tuvo una importancia central en el bulo mediático de la SPR debido a los siguientes motivos:
  • El público en general se había tomado la cuestión de lo que realmente se le había aplicado a Leo Blair (fuera lo que fuese) como vara de medir de la confianza del primer ministro en la vacuna.
  • Un 32% de todas las noticias publicadas en el año 2002 en torno a la SPR hizo mención a si el hijo del primer ministro Blair (Leo Blair) había sido vacunado o no. Mientras que las noticias en que aparecía Andrew Wakefield fueron sólo el 25% sobre la SPR.
Todo empezó en diciembre de 2001 cuando alguien preguntó a los Blair si su pequeño había sido vacunado con la triple vírica, y ellos se negaron a contestar. Los rumores se dispararon (realzados por los medios) sobre todo debido a algunas relaciones de Cherie Blair (esposa del ex-primer ministro) con gurús del movimiento de la Nueva Era, curanderos, médiums y vendedores de “alternativas” homeopáticas a la SPR.

Durante mucho tiempo los Blair aludieron al derecho de su pequeño a la privacidad, que, en su opinión, era más importante que una crisis de salud pública emergente como aquélla.

Finalmente Cherie Blair, en su  autobiografía, dice que sí vacunó al niño, pero lo hace de forma tan confusa que la conclusión de Goldacre, sobre la certeza en este asunto, es: “La verdad, yo ya me he dado por vencido con esta gente” (sic).

Y es que las personas sí hacemos caso a los periodistas. A pesar de todo lo que creemos saber, el contenido de las noticias va calando en nosotros; creemos en su veracidad y actuamos conforme a ellas, lo que vuelve más trágico si cabe el hecho de que su contenido (como el que viene a continuación) sea tan reiteradamente defectuoso.

El lema de la Royal Society of London es «No te creas la mera palabra de nadie», que es todo lo contrario a lo que hicieron los medios de comunicación: que pusieron al mismo nivel la evidencia de los artículos científicos con las declaraciones de supuestas investigaciones no publicadas en revistas académicas. ¿Y de qué declaraciones estoy hablando? Aquí tenéis una muestra de noticias que incluían, en 2002, algún que otro rudimento científico para mantener el interés en el tema de la SPR y que (insisto) en ningún caso se aplicó el sistema de selección por revisión entre iguales que se utiliza para los artículos científicos:
  • En mayo Wakefield «reveló en exclusiva» a un suplemento dominical que, «en el caso de más del 95% de quienes tenían el virus del sarampión en su intestino, la vacuna SPR había sido su única exposición documentada a la enfermedad».
  • En el programa Today (y en varios periódicos de tirada nacional) se informó de que un farmacéutico de Sunderland llamado Paul Shattock había detectado un subgrupo diferenciado de niños que padecían autismo como resultado de una previa administración de la vacuna triple vírica.
  • El doctor Arthur Krigsman (que fue compañero de Wakefield en la clínica privada estadounidense Thoughtful House, especializada en autismo y que ofrece tratamientos excéntricos para los trastornos del desarrollo), pediatra especialista en gastroenterología del área de Nueva York, se dedicó entonces (y en años posteriores) a explicar en varias sesiones públicas que había descubierto toda clase de hallazgos en intestinos de niños autistas (como material genético -ARN- de virus de sarampión de cepas procedentes de vacunas) mediante el uso de endoscopias, que vinculaban la SPR con el autismo y las afecciones de colon. Estos hallazgos también fueron publicados en 2006 en los periódicos The Telegraph y The Times.

Como ya he dicho, estas noticias no han sido publicadas en revistas académicas, y, por ello, no se puede ver exactamente lo que se hizo para llegar a esas conclusiones, ni verificar si su metodología ha tenido algún defecto. Por lo tanto, pueden seguir proclamando sus conclusiones hasta que se harten, pero nunca se les deberían dar credibilidad ni pábulo.

A parte de estas noticias, los medios también se han hecho eco de dos artículos en revistas académicas que sugieren resultados como los expuestos por el doctor Krigsman. Pero la prensa no dice nada de otras pruebas, publicadas en revistas académicas, que sugieren que los resultados de esos dos trabajos constituyeron, en realidad, falsos positivos.

Vamos primero con los dos que sugieren el hallazgo de rastros de ARN de sarampión:
  • Kawashima y otros, publicado en 2002, en el que también figura Wakefield como autor. Lo que despierta dudas sobre este artículo proviene tanto de los intentos llevados a cabo para reproducir sus condiciones y sus resultados. Ni siquiera el propio Andrew Wakefield mantiene su confianza en los resultados presentados en este escrito.
  • O’Leary y otros, también en 2002, que vuelve a incluir a Wakefield como coautor y en el que se presentaban pruebas de la presencia de ARN de sarampión en muestras de tejido extraídas de niños. También en este caso, los experimentos adicionales realizados, han ilustrado cuál parece ser el origen de los falsos positivos relatados en aquel trabajo. En 2004, el profesor Stephen Bustin los examinó y explicó que, tras una visita al laboratorio de O’Leary, halló pruebas para demostrar que aquellos resultados obedecían a unos falsos positivos obtenidos como consecuencia de la contaminación de las muestras y la inadecuación de los métodos experimentales seguidos.
Pasemos ahora a los artículos, ignorados por los medios, con los nuevos datos tranquilizadores:
  • En el número del Journal of Medical Virology de mayo de 2006, figuraba un estudio muy similar al descrito por Krigsman, sólo que este sí había sido publicado de verdad y corrió a cargo de Afzal y otros. Se buscó ARN de sarampión en niños con autismo regresivo tras haber sido vacunados con la SPR siguiendo más o menos el procedimiento que Krigsman afirmaba haber empleado en aquel estudio suyo no publicado. Pues bien, los autores no hallaron evidencia empírica alguna de aquel ARN (procedente de la misma cepa que el de la vacuna) que sirviera para implicar a la SPR.
  • Unos meses después fue publicado otro importante artículo en Pediatrics en el que se presentaron indicios muy convincentes de que los anteriores resultados de Kawashima y O’Leary estaban errados y procedían de falsos positivos. D’Souza y sus colaboradores reprodujeron las condiciones de los experimentos anteriores. Pero, sobre todo, localizaron y vigilaron las posibles rutas a través de las que podrían haberse producido falsos positivos, y efectuaron el hallazgo de que los falsos positivos son comunes cuando se emplea la RCP.



Y, finalmente, las cuestiones que propongo para debatir:

1.- Aunque he de reconocer que Goldacre (de tanto insistir ;P) me ha convencido de que quien más mal ha hecho en esta historia han sido los medios de comunicación, hay dos cosas que me siguen chirriando de esta conclusión:
a.- Muchas de las noticias, a las que se hace referencia en el capítulo, no se las ha inventado la prensa, hay alguien (un ejemplo es Wakefield) que las ha generado. ¿Qué deberían haber hecho los periodistas, no dar crédito a un doctor que publica en The Lancet?
b.- La prensa no es un ente unificado que va a la par y que tiene un único criterio, por lo que no creo que se la pueda acusar globalmente y de forma generalizada. Si hay culpables en esta profesión, tienen nombre y apellido.
Vosotros qué opináis: ¿quién tiene más responsabilidad?

2.- Aunque siguen apareciendo estudios que confirman la seguridad de esta vacuna (esta noticia es de esta semana) los movimientos anti-vacunas aún tienen fuerza, por lo que todavia queda lo más difícil: restituir la confianza que ha perdido la gente en ella. Pero para los ya convencidos del supuesto daño que provoca, es muy difícil que cambien de opinión. ¿Qué propondríais para restituir la confianza?

3.- ¿Qué opináis sobre medidas como la de penalizar, de alguna manera, a los que no vacunen a sus hijos? Un ejemplo lo tenemos en Australia.

4.- ¿Qué opináis de cómo se ha llevado el tema la vacuna de la varicela en España? Lo pregunto en la línea de que, tal vez, puede propiciar que la gente dude de la necesidad de las vacunas.

34 comentarios:

  1. Un trabajo soberbio Conxi. Has hecho un análisis magnífico de uno de los capítulos más complicados del libro (según mi entender) y has aportado mucha información actual y muy relevante.

    Ahora me toca pensar y responder las cuestiones que planteas... Me pongo a ello.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Jose Luis :D, pero tengo una “excusa” muy buena; con el nivel en los resúmenes de "Tertulias Ciencia" ¡no podía ser menos! :)

      Es un capítulo muy, muy, muy largo (menos mal que empecé con tiempo a trabajarlo); pero también de sumo interés, y es por ello por lo que me ha gustado tanto resumirlo. Y también quería actualizar algo los datos, pues desde que Goldacre escribió el libro, esta locura se ha desatado con fuerza en EEUU.

      ¡Te sigo leyendo! :D

      Eliminar
  2. ¡Hola Conxi!

    Mientras leía el capítulo estaba pensando en ti, porque me parecía imposible resumir tanta cantidad de información. Sin embargo, no sólo has resumido toda la información clave, sino que también la has ampliado. ¡Muy buen trabajo!

    A mí el tema del debate de si vacunas sí o vacunas no, me parece realmente estúpido porque en realidad no hay debate. ¡Vacunas sí! Me parece bien que haya gente que vaya de víctimas, medios que desinformen, o chalados que se inventen lo que quieran para hacerse famosos. La realidad es que como indica el contador que has puesto no hay ningún diagnóstico de autismo debido a las vacunas.

    Y ahora las preguntas:
    1a. Un buen periodista se habría hecho eco de la noticia. Pero un buen periodista también habría seguido la evolución de la noticia y el mismo que publicó la noticia de The Lancet debería haber publicado las noticias de otras publicaciones posteriores que demostraran que no eran malas. Además en la primera publicación debería de haber aclarado la diferencia entre causalidad y correlación.
    1b. Para mi la responsabilidad recae sobre quien inicia el bulo, en este caso Wakefield, y sobre él debería recaer todo el peso de la justicia.

    2. ¡Acabar con los famosos! Es broma (o no). En el caso del movimiento antivacunas, he visto que cada vez más famosos se suman a la moda. Creo que mucha gente puede pensar, por ejemplo, que si lo dice alguien que es famoso es porque tiene más información (se relaciona con más gente, etc.) y por lo tanto si lo dicen ellos tienen razón. Si además hay muchos famosos que lo apoyan, el criterio de autoridad se dispara…

    3. Pienso que Australia se está convirtiendo en el país más avanzado del mundo en cuanto a las luchas contra las pseudociencias e ideas extravagantes. Yo propondría hacer un seguimiento a nivel político y adaptar su evolución en España.

    4. La verdad es que no conozco muy bien como está el tema de la vacuna de la varicela en España. Sé que se retiró de las farmacias, pero no sé por qué, y que ahora va a volver. Opino que nunca se debería de haber retirado.

    ¡Buen fin de semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Jorge! :D

      Estoy completamente de acuerdo contigo con esto del “...debate de si vacunas sí o vacunas no, me parece realmente estúpido…”. Pues no veo tan difícil de entender esto de que es más probable que tu hijo muera por sarampión que la vacuna le pueda perjudicar (y menos aún causar autismo). Pero, claro, aquí los amantes de las teorías conspirativas han encontrado un filón para sus absurdas (y en este caso, peligrosas) cruzadas.

      Sobre esto: “...primera publicación debería de haber aclarado la diferencia entre causalidad y correlación...”. No pretendo meterme con los periodistas (pues, de hecho, no hace tanto que yo conozco esta diferencia… :( y eso debido a las “malas” influencias y lecturas que tengo últimamente ;) ), pero creo que le pides demasiado a esta profesión, o al menos, mucho más de lo que suelen dar.

      ¿Sabes en qué me ha convencido Goldacre sobre el tema de quién tiene más responsabilidad si la prensa o Wakefield? En que el poder que tiene la prensa para hacer daño es mucho mayor que la de un solo doctor. Y lo ha hecho. Parafraseando a Spiderman ;) "un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

      Sobre lo de Australia, supongo que tienes razón, pero aún no estoy convencida del todo. Pues lo ideal sería que algo que se hace por el bien común, se acceda a ello sin presiones, pues esto puede dar más argumentos a los anti-vacunas.

      Respecto a la vacuna de la varicela, a mí y a otras muchas madres que conozco, nos ha confundido. El primer pediatra de mi hijo nos recomendó que no lo vacunáramos. Cambié de pediatra, por razones ajenas a la confianza que tenía en él (que era mucha), y el nuevo nos recomendó que lo vacunáramos. Lo hicimos. Años más tarde algunas madres me contaron que no podían vacunar a sus hijos pequeños de varicela (aluciné). Y ahora va y se vuelve, no sólo a permitir, sino que estará en el calendario vacunal. En mi humilde opinión como madre (pues tal vez haya razones grupales y/o económicas que lo avalen) este tema se ha llevado muy mal. Y sé de gente que se ha preguntado si realmente es necesaria esta vacuna y por extensión las demás… y si hay intereses económicos de por medio, bla bla bla… Pero la premisa de la que parten, la entiendo (aunque el resto no lo comparta).

      ¡Buen fin de semana!

      Eliminar
    2. Las malas influencias son como cualquier otra cosa, todo se pega menos la hermosura ;o)). Más que pedirle mucho a la profesión, lo que me gustaría es más especialización. Creo que los periodistas son los más indicados para transmitir cualquier tipo de información, pero para ello necesitan cierta especialización, aunque también necesitan apoyo de quien genera la noticia. Y por supuesto, ¡contrastarla!

      Eliminar
  3. Buenas tardes,

    Un estupendo resumen. Un par de apuntes.

    Hablas de "medios de comunicación" por un lado y "The lancet" por otro. Un periodista de un medio generalista no tiene porqué dudar de la veracidad de una investigación publicada en "The Lancet", pero "The Lancet" ES un medio de comunicación; no es generalista, va dirigido a un público especializado pero es un medio de comunicación y por tanto la responsabilidad primera es suya, sin lugar a dudas.

    Por otro lado, los medios en nuestros días dan más importancia a "¿qué noticia nos dará más clicks? que a la información seria, los titulares del tipo "Los antivacunas siguen creyendo que..." siempre dará más clicks que "Científicos demuestran que las vacunas son seguras". Y así es como se genera una pelota cada vez más grande y cada vez más dificil de parar.

    Vacunas sí, por supuesto. Siempre. Y para convencer a los que no, lo mejor son datos.

    Lo de la vacuna de la varicela ni idea, yo tengo dos hijas, a la mayor no la podíamos vacunar porque está contraindicad en alérgicos al huevo y con 2 años pilló una varicela espantosa de la que le han quedado marcas y se la pasó a su hermana de 5 meses que la pasó leve. Sin duda, las hubiera vacunado si hubiera podido.

    Gracias por el resumen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gustaría saber tu opinión. Te cuento.

      Hoy me he levantado (no es broma, lo he soñado hoy) pensando ¿por qué no ponen los periodistas algo para controlar a los que hacen malos artículos? Algo así como lo de la revisión por pares. ¿De verdad nunca se lo han planteado y no hay ningún movimiento de periodistas decentes?

      Una pequeña historia.
      Hace unos tres años se celebraron una jornadas de divulgación científica vía blog en la Universidad de Murcia, el debate que se montó fue alrededor de la mucha mierda que uno se encuentra por internet (no hablo de la calidad de los escritos) y que es difícil para el que no es un especialista distinguir entre lo científico y lo pseudocientífico.
      Mis alumnos tenían ese problema y yo les intentaba enseñar que tirando de los blogroll y partiendo de alguno de calidad había seleccionado gente muy buena, y eso fue lo que intenté: convencer de que se usaran más los blogroll y que empezaran a buscar partiendo de Naukas (en aquellos tiempos se llamaba Amazing).
      Pero eso no llegaba a ser el mejor camino, y a mi juicio lo que ha hecho la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU generando el proyecto cienciasfera.org SI ES EL MEJOR CAMINO: creo que no evalúan la calidad del blog, solo evalúan que sea lo suficientemente decente desde el punto de vista científico.
      Creo que quien quiere encontrar ciencia lo tiene fácil, nosotros solo deberíamos de darle difusión a ese proyecto.

      ¿No es posible hacer algo parecido en el periodismo? ¿No podría existir un grupo de gente (y una Universidad con un proyecto del tipo de CienciaSfera creo que lo haría posible) que eliminará de la lista aquellos periodistas que desinforman o que no informan adecuadamente de que lo que existe en el artículo es su opinión (o la de su línea editorial)? ¿no podría haber un control de pares (tal y como dice José Luis en el comentario siguiente)?

      Un saludo, y encantado de que comentes por aquí

      Eliminar
    2. A ver,

      En teoria por encima de los periodistas hay una figura que controla que lo que se cuenta se ajuste a la realidad lo más posible. En las televisiones y las radios esa figura es el editor de informativos y en la prensa escrita el redactor jefe. El problema es que ahora mismo con la inmediatez de la información, las prisas, y la escasez de medios prima mucho más el "quien saca antes la noticia" que el "quien da la información más rigurosa". Además, ahora mismo no hay medios para investigar a fondo un tema ni tampoco ganas ni tiempo.

      ¿Una plataforma que controle la veracidad de las noticias? No lo veo viable. Hay grandes medios que son muy fiables (aunque no siempre) New York Times, The Guardian....y ahora mismo hay algunas plataformas de noticias que hacen reportajes largos bien documentados. El problema es que siempre va a haber público que pinche en el titular sensacionalista y no vaya más allá y siempre habrá empresarios más interesados en captar esos clics que en dar información rigurosa.

      ¿Mi sensación? Creo que de aquí a unos años quedarán muy pocos medios generalistas y se dividirán entre los que den información sensacionalista, puramente amarilla y los que apuesten por una información más trabajada y desarrollada para lectores más exigentes. El problema es cómo se gestionara esa información y que el público sepa que para tener una información de calidad hay que pagar.

      Y por supuesto lo que siempre digo, cuando la ciencia aprenda a venderse como las pseudociencias y los charlatanes habremos avanzado un gran paso.

      Eliminar
    3. Gracias.

      Pero de verdad me extraña que nadie de la profesión se planteé una especie de sello de rigurosidad a los editores o redactores jefes que no permitan mentiras y/o que pidan disculpas si se equivocan (como hizo Lancet). Y que conste que no estoy hablando de que sean sensacionalistas, estoy hablando de que no se ajusten a la decencia (mentir, callar datos... es indecente).
      Si se conocieran quien son esas personas fiables (y en que medios están) podríamos gestionar mejor la información que nos llega. Sabiendo que en cada medio hay un filtro (editores o redactores jefes) me parece que no sería tan difícil solo hay que controlarlos a ellos.

      Con todos mis respetos a la profesión de periodista, si no existe esa inquietud dentro de la profesión creo que hay poca sensibilidad con el consumidor de Informativos y por lo tanto veo muy falsas esas frases tan bonitas (no las recuerdo exactamente pero venían a decir que el periodismo es el que garantiza la democracia).

      Saludos

      Eliminar
    4. El periodismo no garantiza la democracia ni mucho menos. Eso es una frase grandilocuente creada por los propios periodistas y es mentira. Escribí un post sobre eso en mi blog....un post muy crítico con el periodismo.

      Eliminar
    5. Si es "sobre los periodistas" lo acabo de leer y coincido en todo lo que dices. Recomiendo a todos que lo leáis.

      Me quedo triste al pensar que no existe ningún tipo de movida moral entre este colectivo que intente mejorarlo (más allá de posturas independientes y del mundo de los blogs). Con todos mis respetos, creo que la Ciencia está moralmente hablando muy, pero que muy, por encima del periodismo. Y eso es triste porque tienen mucho mas poder (influencia) los periodistas que los científicos. Así nos va.

      Tu post me hace pensar que quizás tenga razón Ben Goldacre al culpar de todos estos problemas al periodismo (porque los charlatanes van a seguir existiendo). Por otro lado, creo que tienes toda la razón cuando dices que debemos de aprender a vender la Ciencia (debemos de arrebatarle todo el poder que podamos a los otros).

      Eliminar
    6. ¡Hola Molinos!

      Me he leído tu post, que Juan Carlos ha enlazado, y veo que eres tan dura con los periodistas como Goldacre… y eso ¡es mucho decir! ;)

      Tienes razón en que The Lancet es el primer medio de comunicación que lo hizo mal. Aunque de esto Goldacre no dice nada. A mi me parece que lo justifica diciendo que el artículo estaba mal escrito y que no tenía ni las hipótesis ni las conclusiones claras. Pero eso tampoco se debería de permitir en una revista del prestigio de The Lancet.

      También creo que esta revista académica tardó demasiado en retirar el artículo. Creo que aquí Goldacre es algo parcial.
      Y es un gran problema social, que en este caso se ha convertido en un problema de salud pública, eso de que los datos alarmantes sean una noticia más destacada que los datos tranquilizadores. Sé que la realidad es imperfecta, pero no vamos a avanzar como sociedad racional si seguimos así. Dices "...para convencer a los que no, lo mejor son datos. " , pero ¿cómo lo vamos a hacer si estos datos no son relevantes informativamente hablando?

      Juan Carlos, cuando dices “...creo que la Ciencia está moralmente hablando muy, pero que muy, por encima del periodismo.” no estoy de acuerdo. En todas partes cuecen habas, y si nos centramos en esta historia, Wakefield es el “científico” que ha sido el partícipe necesario (junto a la prensa) para desencadenar esta locura.

      ¡Gracias por pasaros! :)

      Eliminar
    7. La diferencia entre la ciencia y el periodismo en los casos de errores la veo clara. En el ejemplo del capítulo, aunque muy tarde, se inhabilitó a Wakefield pero los periodistas que estuvieron años alimentando la idea del "problema" de la vacuna solo tuvieron que publicar un artículillo explicando su error. Estoy con Juan Carlos pero es cierto que esa diferencia es mínima una vez se ha creado el problema. Mirándolo desde el origen, el científico es la base, pero no fue al presentarse el estudio cuando se disparó el problema sino cuando se le dio publicidad en los medios empujados por los antivacunas.
      También es cierto que el mal trabajo de un científico abona el campo para que cientos de malos periodistas den pábulo a la mentira.

      Eliminar
    8. Conxi, quizás no hice la redacción más correcta pero me reafirmo con el párrafo que he colocado "creo que la Ciencia está moralmente hablando muy, pero que muy, por encima del periodismo". Pero voy a intentar redactarla de otra manera:

      La Ciencia pretende aproximarse a la verdad mediante evidencias (no creencias) y como sabe que el Ser Humano no es perfecto acepta/introduce las revisiones por pares, la verificación, el cambio... (los científicos se equivocan y/o no son honestos pero aceptan/generan unas reglas para intentar que se les cuele lo menos posible a la institución, es decir ¡la Ciencia pretende ser honesta!)
      Es cierto que el periodismo solo pretende difundir un contenido (verdad, opinión...), pero yo creía que deseaban hacerlo con rigor y por ello he dicho en varios de mis comentarios anteriores a modo de pregunta alucinada ¿es qué no intentan los periodistas generar un periodismo decente? Me entristece pensar que el periodismo no intenta ser honesto y por eso digo que moralmente son... mejor me callo.

      Resumiendo:
      - La Ciencia pretende ser honesta aunque lógicamente la hacen seres humanos y por ello algunas veces lo será y otras no (dependerá de la calidad humana de los científicos)
      - El periodismo, por lo que estoy leyendo, no pretende ser honesto, solo pretende tener su cuota de mercado. Se disfraza de decente dejando la responsabilidad a los lectores: ellos son los que deben de entender lo que ellos están transmitiendo y ellos son los que deben de elegir a quien leer. Me reafirmo en que moralmente hablando el periodismo está muy por debajo de la Ciencia. Lógicamente habrá periodistas honestos y periodistas que no lo sean (igual que pasaba con los científicos) pero para rematar mi tristeza, ¡eso dará igual! porque lo único importante será ¿quién es el mejor "enganchando" al pueblo con la noticia?

      Espero haberme explicado mejor esta vez, Conxi

      Eliminar
    9. Entiendo lo que decís. Por ejemplo cuando Santos comenta que a Wakefield se le inhabilitó pero a los periodistas solo tuvieron que publicar un artículillo, estoy de acuerdo. Y cuando Juan Carlos dice que la ciencia (comparándola al control que se ejerce en el periodismo) acepta/introduce las revisiones por pares, la verificación, el cambio… También estoy de acuerdo.

      Pero eso de “la Ciencia está moralmente hablando muy, pero que muy, por encima del periodismo” no me gusta, pues parece beatificar de alguna manera a la inmaculada Ciencia. Y la cosa no es así. Supongo que el problema ha sido mío al interpretarlo así, pero es lo que me ha venido a la cabeza cuando he visto la frase.

      Que el periodismo tiene muchos problemas morales, sí; y uno de los peores es lo que comentas de que (para el periodismo) “lo único importante será ¿quién es el mejor "enganchando" al pueblo con la noticia?”. Pero la ciencia también tiene sus problemas morales. Aunque también creo, como vosotros, que no tantos como el periodismo (pues está mejor vigilada), pero los tiene; porque es un grupo humano quien la practica. Y creo que es bueno para ella que seamos suficientemente críticos y no la beatifiquemos. Tampoco quiero decir con ello que lo hagáis, sobre todo Santos que no ha sido tan Hooligan como Juan Carlos (lo he sacado de tu tuit ;)).

      Si cogemos a un periodista y a un científico, la presión por los resultados que tiene uno respecto al otro es muy diferente, por lo que me parece injusto decir que uno sea superior moralmente al otro, sobre todo cuando podemos encontrar casos particulares en los que no es así.

      Me dirás, Juan Carlos, que no estás hablando de personas concretas, sino de la profesión, pero resulta que las profesiones las ejercen las personas. Y es en este punto donde quiero llegar, a que no hay tanta diferencia entre profesión y personas que la ejercen.

      Repito que entiendo vuestros argumentos, y hasta comparto la mayoría, pero estoy tiquismiquis ;).

      ¡Saludos!

      Eliminar
    10. Juan Carlos, entiendo la postura que tienes e incluso la comparto, pero justificar que la ciencia es superior porque acepta que la hacen seres humanos y por ello introduce la revisión por pares, la verificación, etc, no me convence. La revisión por pares está un poco desfasada y cada vez da peores resultados. Muchos científicos en las revisiones lo que buscan es que se citen sus propios artículos o incluso hacen la vista gorda (sé que hay posts de @emulenews por ahí que hablan sobre el tema de la revisión por pares, pero no los encuentro)

      Además ponte en el caso de los químicos y biólogos que trabajan en una farmaceútica. No publican, puede que por limitaciones impuestas por la empresa. En ese sentido son como los periodistas, sacan un resultado pero no hay manera de verificar la corrección o veracidad, y sin embargo han hecho ciencia!

      Repito que no estoy en contra de la postura, sólo de este argumento que das.

      Eliminar
    11. Hola otra vez. Por cierto, como he dicho por TW, no voy a derivar el debate a lo de los pares o a lo de que no publiquen los que están en la industria privada, voy a intentar ir al meollo de la cuestión.

      Para empezar os doy la razón, queda fatal decir que la Ciencia es superior moralmente hablando al resto de las instituciones humanas: ¡queda realmente fatal! por eso lo digo entre amigos y jamás comenzaría una discusión en esos términos: ¡Aunque por supuesto lo creo!

      Venga, voy a moderarme, no voy a decirlo de esa manera, voy a decirlo de otra:
      Creo que la esencia de la Ciencia es estar dispuesto a admitir que uno se equivoca (por ello existe la verificación, distinta en cada caso por cierto). Creo que la manera de pensar de la Ciencia es el camino para el resto de las instituciones humanas.

      Y ya no quiero añadir nada más, si os apetece cuestionar a Carl Sagan https://www.youtube.com/watch?v=vVvOZVf8sEc&list=PLdvsoMSRBqeBYAPXlj7n3FHSY6_JCdkH6&index=3 porque por supuesto no creemos en las figuras de autoridad y por ello las podemos cuestionar sin ningún problema, aunque os adelanto que yo seguiré defendiendo sus ideas. Por cierto, el vídeo es del curso ACME.

      Eliminar
    12. En eso sí que estoy totalmente de acuerdo. Además, voy a añadir algo que me dijo un profesor: la ciencia y los científicos buscan preguntas, no respuestas, ya que si algún día se acaban las preguntas, la ciencia y el científico se acabarán con ellas.

      Y el video está genial. El curso promete mucho.

      Eliminar
    13. XDD. Juan Carlos, que sepas que esto es jugar sucio ;) No puedes poner a Carl Sagan y renegar del sesgo de autoridad… sobre todo porque en mí te funciona XDD No puedo contradecir a Carl Sagan, ¡el más grande divulgador de todos los tiempos!

      Ahora en serio. Aunque dices que crees en la frase que hemos discutido, estoy de acuerdo en todo lo demás :).

      Eliminar
  4. 1. a. Pues sí, por más que un estudio aparezca en una de las revistas médicas más prestigiosas no hay que darle crédito sin más (actuar de otra forma sería caer en el sesgo de autoridad). Todos tenemos capacidad de crítica y mucha más debe tenerla un profesional del periodismo. Porque no debemos olvidar que un periodista es un profesional que tiene que saber de lo que está escribiendo (a mí personalmente no se me ocurre escribir de un tema que desconozco sin estudiar y leer todo lo que pueda llegar a mis manos).

    Además, el problema con el artículo de Wakefield es que no sólo está mal escrito, sino que los fallos y las conclusiones erróneas saltan a la vista para cualquiera con un mínimo de conocimientos. Y a un periodista que se presupone especializado en temas de salud se le debe exigir unos conocimientos mayores que la persona media…

    1. b. Como comentamos en el anterior capítulo, efectivamente todos tienen nombres y apellidos, y creo que las exigencias de responsabilidad deben ir desde el redactor a los propietarios de los medios.

    En temas tan sensibles como la salud pública, creo que sería necesario un control posterior por parte de la propia profesión (ya sean asociaciones de periodistas o cualquier otra institución). Si ante la publicación reiterada de noticias faltas y tendenciosas que amenazan a la salud pública se impusieran unas buenas (cuantiosas) multas (y que fueran en proporción a sus ventas e ingresos publicitarios), los propios medios se preocuparían de evitar que casos como este siguieran sucediendo.

    2. Creo que es una tarea difícil, pero pasaría por informar de estos estudios (que demuestran la ausencia de relación entre la vacunación y el autismo) de la misma forma que se hace con el resto. Y en última instancia, que las administraciones públicas se implicaran más e informaran en prensa y televisión aunque sea pagando por ello…

    3. Ufff, este tema ya es más complejo. Como padre no me gustaría que me obligasen a seguir ningún tratamiento forzoso, pero cuando he acudido al pediatra y me ha recomendado un determinado tratamiento, una explicación clara de todo hace que me quede totalmente tranquilo. Creo que una de las cosas que no debemos perder es la confianza en nuestros médicos, porque salvo contadas excepciones (y de esas hemos visto algunas en este libro…), son estupendos profesionales cuya única preocupación es nuestro bienestar.

    4. Pues que se ha hecho muy mal. Sin conocer los detalles profundos del tema, creo que ha sido una decisión política en vez de médica porque la propia asociación española de pediatría la seguía recomendando (incluso poniendo de manifiesto que el Ministerio de sanidad había actuado en contra del criterio científico mayoritario). Yo lo achaco a un tema de recorte presupuestario que merece si cabe, un mayor reproche por parte de toda la sociedad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coincido con el punto 1b. Lo voy a desarrollar un poco más en el comentario de Molinos.

      Eliminar
    2. ¡Hola José Luis!

      Me ha sorprendido tu “Sí” tan rotundo en el punto 1a. Sé que no se debería caer en el sesgo de autoridad, pero no todos sabemos de todo, y hasta dudamos de lo que sabemos; por lo que de alguien nos tenemos que fiar. Y si una noticia viene de una fuente fiable, y que debería saber más que nosotros, ¿de verdad que no caerías es este sesgo? Pues yo sí… constantemente :(. Por lo que no me parece nada raro que los periodistas, aunque se especialicen en ciencia, no sepan tampoco lo suficiente y que den por buena una fuente fiable. Ahora es muy fácil decir que el artículo de Wakefield, que se supone que pasó una revisión por pares, tenía fallos evidentes, pero no veo realista pedirle a un periodista que contradijera (sólo con su criterio) lo que se decía en The Lancet. Otra cosa es contrastar la información y seguir con el alarmismo que generaron.

      Respecto al punto 1b, ojalá se pudiera llegar a esta solución, pero lo veo difícil, como comenta Molinos.

      Sobre el punto 2, me parece una mejor propuesta que la de “¡Acabar con los famosos!” XDD (¡eh, Jorge! ;)). Aunque también la encuentro una tarea difícil.

      A mí tampoco me acaba de convencer lo de obligar a seguir un tratamiento, aunque en Australia no es exactamente así, pues “sólo” penalizan a los que no vacunan a sus hijos, haciéndoles pagar más impuestos.

      Sobre la vacuna de la varicela, si ha sido por un tema de recorte presupuestario, no lo acabo de entender, pues (como ha comentado Juan Carlos) la vacuna la pagábamos los padres…

      ¡Saludos!

      Eliminar
    3. Tienes razón Conxi. Me explico un poco más:

      A ver, yo como ciudadano me fío (o tengo que fiar) de lo que me cuentan las personas que son "expertas". Desde luego hace 10 años me hubiese creído todo lo que podían decir Iker Jiménez o Mariló Montero sobre conspiraciones médicas por poner dos ejemplos algo extremos... (y aunque no sean expertos científicos, por estar donde están uno les presupone más informados que el ciudadano medio).

      Si como un ciudadano cualquiera leo un artículo en una revista médica donde se dice que la triple vírica provoca autismo me lo creo sin más... pero un periodista no es un ciudadano cualquiera, los periodistas son los profesionales que generan la información que llega a millones de personas. Es decir, son los encargados de "traducir" al cristiano lo que un científico ha escrito para que lo entiendan sus colegas (porque recordemos que los artículos publicados en The Lancet no son accesibles para la mayoría...); pero esa traducción no permite una interpretación libre (eso ya no es una "traducción" sino una invención...).

      Como ciudadano tengo el derecho (creo) de exigir a los periodistas profesionalidad.

      Ojo, no digo que un periodista tenga que realizar el mismo experimento que ha hecho el científico para comprobar la veracidad de su información, sino que tiene que leer críticamente el artículo que tiene delante (por ejemplo, si el médico falsea los datos que introduce en su estudio será imposible para un periodista pillar el engaño). Sin creerme más que nadie (por favor entender lo que os voy a decir) yo he tenido que leer varios libros sobre bioestadística para escribir sobre el famoso valor p. También he tenido que leer acerca de los diferentes tipos de estudios (de relación de casos, cohortes, metaanálisis etc.) para aprender a distinguir el valor empírico de cada uno y muchas más cosas. Yo no me dedico profesionalmente a esto, pero como escribo sobre temas biomédicos me parece lo menos que puedo hacer.

      ¿No puedo exigir lo mismo a alguien que cobra por realizar este trabajo día a día? ¿No debemos como sociedad exigir ese rigor a los medios de comunicación (en general) que llegan a millones de personas y crean opinión? Creo que SI, y por eso no me vale que un periodista diga que no entiende de números o que no sabe nada de química. Si no sabes de algo no escribas sobre ello (y menos aún de la forma que lo haces)

      Termino este rollo que os estoy marcando. No pretendo que los periodistas sean adalides de la verdad absoluta, pero sí que traten con mucho cuidado aquellas noticias especialmente sensibles por su relevancia y trascendencia pública. Si yo meto la pata (queriendo o sin querer) en mi profesión, me enfrento a un buen problema, ¿los periodistas no tienen la misma responsabilidad? ¿los medios tienen vía libre para mentir?

      Eliminar
    4. Hola José Luis,

      Pues tengo la sensación que los periodistas (al menos los del tipo que han generado esta alarma) creen que pueden escribir y hasta opinar de cualquier cosa (y sino mira cualquier tertulia televisiva o radiofónica), teniendo en cuenta, tan solo, la opinión de una figura de autoridad (elegida por ellos, que puede ser experta en el tema o no).

      ¿Que la sociedad debería exigir más profesionalidad? Sí, pero no lo hace. Pero es que los periodistas son creadores de opinión, y si deciden (mayoritariamente) que no es necesaria esta profesionalización (como sospecho que hacen muchos) la sociedad no opinará diferente.

      Tienes razón en todo lo que dices. Pues es cierto que no tienen la misma responsabilidad que otro profesional cuando mienten.

      Pero la única forma que veo de cambiar esta situación es que ellos opinaran lo mismo, y por lo tanto hicieran que la sociedad les presionara… pero como no veo que lo hagan, creo que lo tenemos bastante mal.

      Eliminar
  5. Por fin llego. Conxi: ¡GENIAL! (y punto)

    Y ahora a lo que preguntas (voy a contestarlas al revés, y la 1 se la voy a añadir al comentario de Molinos porque me gustaría saber su opinión)

    4. Lo de la varicela me alucinó y me alucina, no tienen vergüenza los políticos por jugar de esta manera con la salud pública (si es mala se quita se es buena se deja, ¡y punto!)
    Por supuesto yo estoy seguro de que es buena y por ello vacuné a mi hijo. Mi hija la pilló 2 meses antes de la fecha prevista (no la pude vacunar), todavía recuerdo esos días en los que a una niña pequeña le tienes que sujetar con tus manos las suyas y mirándole a los ojos decirle ¡ya pasará cariño, ya pasará!.
    Y ¿por qué ha ocurrido esta bestialidad (quitar vacuna)? Lo he preguntado en varías ocasiones (preguntaba en voz alta si alguien sabía si era por razones de política pseudocientífica o si era por razones económicas -no entendiendo muy bien cómo afectaba económicamente al estado algo que yo compraba-). He oído de todo y hasta algunos me lo han justificado económicamente, no se sí será cierto pero me dijeron algo así como que el estado inicialmente tenía que avalar esas compras, no había ni un duro y decidieron quitarlas ¿si alguien sabe si es cierto que me lo diga?
    Y siendo mal pensados también podría ser que los gobernantes desearan una infección masiva y así en la adolescencia no tenían que vacunar a los que quedarán (esto es cosecha mía y dudo que sea la razón).

    3. Me gusta lo que han hecho en Australia. Me explico:

    Existen cosas que no son negociables: por las carreteras hay que cumplir los límites de velocidad, los impuestos hay que pagarlos, la educación debe de ser obligatoria, la gente no puede poner en riesgo la salud pública...

    Pero dicho esto debo de decir que si que es negociable cuales son los límites, cuanto deben de pagar cada uno, cómo y cuanto se debe de desarrollar esa obligatoriedad, qué higiene y tratamientos debes de cumplir...

    Y ¿quien deben de negociar? los expertos, los expertos, los expertos, los expertos...

    Y entonces ¿para qué valen los políticos? para gestionar expertos y poner a la opinión pública a favor de los expertos porque ¡un político busca el bien común! ¿No? (Me niego a pensar que estamos eligiendo a políticos que buscan seguir sus creencias en vez de seguir las evidencias. ¡Mandarme pronto al psiquiátrico, XD!)

    2. Difícil, muy difícil.
    Todos tenemos amigos pseudocientíficos y no somos capaces de hacerles cambiar de opinión (creo que en el caso de los amigos afecta el puñetero sesgo cognitivo "nadie es profeta en su tierra").

    La verdad es que todos sabéis que estoy montado en una cruzada para que toda explicación vaya acompañada de la explicación de lo poderosos que son los sesgos cognitivos. Creo que es el único camino, en vez de centrarnos en las falacias y añadir los sesgos, creo que sería más efectivo centrarnos en los sesgos y añadir las falacias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Juan Carlos! :D

      Sobre la vacuna de la varicela, yo tampoco he acabado de entender el porqué de estos cambios que nos ha desconcertado a todos. Las explicaciones que me han dado, no me he atrevido a reproducirlas porque no las he acabado de entender. Había la explicación de que era por recortes presupuestarios (:-?) pero como dices tú ¡si la pagábamos los padres! Después también estaba la explicación de que los especialistas pedían o que todo el mundo se inmunizara o que nadie lo hiciera… y los políticos decidieron que fuera la segunda opción. Pero no estoy nada segura de que haya sido así… Aunque sigo pensando que ha sido un desastre de gestión, y que ha sido contraproducente para la credibilidad sobre la necesidad de las vacunas en general.

      Por cierto, que yo también creo que es mejor vacunar a los niños de varicela, pero cuando la quitaron me hicieron dudar.

      Sobre lo de Australia, como he contestado a Jorge, supongo que tienes razón, pero es que me gustaría vivir en un mundo que no se necesitara esta clase de medidas (¡me tendrás que dejar sitio en el psiquiátrico, XD!).

      Respecto al punto 2 (aunque no te sirva de nada ;)) te apoyo virtualmente con tu cruzada de “que sería más efectivo centrarnos en los sesgos y añadir las falacias”.

      ¡Saludos!

      Eliminar
  6. ¡Qué buen resumen Conxi! Si lo se no me leo el capítulo ;-)
    Sí que es largo aunque haciendo descansos no está nada mal

    1a) Pues tienes razón, yo también me lo creería
    1b) No estaría de más que fuesen responsables de lo que publican, al menos que hiciesen un seguimiento (como ya habéis dicho) y si no lo hacen se podrían pedir resposabilidades. No sé si apoyar la creación de un comité o directamente a juicio en casos como éste.

    2.- Yo propongo una supercampaña publicitaria en la tele, algo así como la del cambio de los canales en la TDT. ¿Veis lo que es realmente importante en este país?

    3.- Aquí pondría dos penalizaciones, una por no vacunar y otra más gorda por dar publicidad a la idea. Algo como que paguen los gastos de hospitalización podría valer.

    4.- Pues vergonzoso. El que den marcha atrás lo deja claro. También pienso que es tema de recortes pero añado que debe haber un jefe no tenga ni puta idea para aceptar esa propuesta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Santos! :D

      1a, me dejas más tranquila :) al saber que hay otro en estas tertulias que se lo creería…

      1b. Sí, a mí también me faltan las responsabilidades de los periodistas :(

      2. En España no hay un movimiento anti-vacunas tan organizado como en EEUU, lo más parecido es Teresa Forcades, que ha pedido públicamente que se retire del calendario la vacuna del virus del papiloma humano. Pero, que yo sepa, no ha dicho nada sobre la vacuna triple vírica. Eso sí, la influencia de las noticias que llegan de EEUU ha hecho algunos pequeños estragos aquí, pero (creo) que nada tan importante como para empezar este tipo de campañas. Sí que estaría bien que la hicieran en EEUU.

      3. Eso de que paguen los gastos hospitalarios tal vez estaría bien... pero ¿y si no tienen dinero? los niños pueden pagar un precio muy alto por la irracionalidad de sus padres.

      4. Tal vez tengas razón y “sólo” fue un tema de recortes… pero sigo sin acabarlo de entender :( Aunque puede ser que no tenga ninguna explicación lógica :[

      ¡Saludos!

      Eliminar
    2. Me explico mejor. Una primera penalización por no vacunar y la segunda a los que proclamen que es malo hacerlo. Los difusores de la no vacunación serían los que pagasen las hospitalizaciones. Si lo tienen tan claro que sean consecuentes.
      No sabía de ese movimiento. Argumentan bien para convencer a los que no entienden bien esa enfermedad, yo mismo. Pero cuando he llegado a que no se ha demostrado que funcione porque no han pasado 40 años ya me he mosqueado. Esto lo culmina con que son los maestros los que informan a las familias en lugar de los médicos. Todas las vacunaciones escolares son con consentimiento de los padres (no obligatorias) que pueden dudar y preguntar al médico ya que se informa con tiempo.

      Eliminar
    3. Sí, no te había entendido bien. :)

      Respecto a Teresa Forcades, es muy peligrosa por eso, porque argumenta y se expresa muy bien. Y además es médico y monja… Es decir un Wakefield con tocado, aunque algo más conspiranoica.

      Gracias por aclarar este punto del consentimiento :).

      Eliminar
  7. Jo, Conxi, pedazo de resumen que has hecho. No he podido leerme el capítulo, llevo unas semanas muy liada, pero con tu resumen creo que no ha hecho falta. Voy directa a las cuestiones que planteas.
    1- A) Yo creo que también hubiese picado. Un médico publicando algo en una prestigiosa revista es algo que se da por veraz. Pero cuando la noticia se desmiente desde esa revista tan prestigiosa el periodista tiene la obligación moral de desmentirlo igualmente y darle el mismo bombo que al primer artículo. Claro, ahí está el problema, el desmentido ya no tiene el mismo impacto.
    B) Desde luego no se puede acusar a la prensa de manera generalizada. El periodista que publica una noticia tiene nombre y apellidos y el medio en el que sale también. No estaría mal la existencia de un organismo, dentro de la profesión médica, que se dedicara a denunciar y multar periodistas que no siguieran unos mínimos de ética profesional.
    2- Restituir la confianza una vez hecho el daño es muy difícil. Estamos en la sociedad de la inmediatez. Preferimos un titular a un artículo, una imagen a un texto, informarnos a través de las redes sociales que leer prensa especializada. Probablemente mucha de esta gente tan convencida en su día solo leyeron el titular, una frase impactante que se les quedó grabada en la mente. El titular del desmentido ya no será tan efectivo. Además eso sería reconocer que hemos sido engañados y al ser humano, por naturaleza, no le gusta reconocer que le han engañado. Inconscientemente tratará de hacer verdad el primer titular.
    3- De un tiempo a esta parte Australia se está convirtiendo en mi “país-ídolo”. Lo de las vacunas me parece perfecto. A mí no me gusta que me obliguen a nada, pero hablamos de enfermedades contagiosas y, si mi vecino no se vacuna, se puede producir un brote infeccioso que acabe afectando a mis hijos. Ya sabéis lo que se dice: yo por mi hijos Maa-Too. ¡Ole por Australia!
    4- En cuanto a la vacuna de la varicela, desconozco lo que ha pasado, solo puedo contaros mi experiencia personal. Mi hijo mayor cogió varicela con 2 años y le derivó en una neumonía encapsulada por la que estuvo 10 días en el hospital y le operaron 2 veces. Cuando salió la vacuna el pequeño tenía 1 año recién cumplido. Me faltó tiempo para comprarla y ponérsela. Su varicela fueron 3 granitos contados. Para mí la vacuna es estupenda, pero es solo mi experiencia personal, no extrapolable a ninguna otra situación.
    Aquí fuera llueve a mares. Me alegro de que estéis ahí para compartir este día con vosotros. Feliz domingo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Ana! :D

      Por cierto, ¡felicidades por el libro! :D (pues supongo que será la causa principal de tus "lios";))

      1A. Esto de que el desmentido no genere el mismo impacto es un problema que debería preocuparnos más como sociedad. Es un grave problema.

      1B. Está muy bien lo que propones, pero no veo que estén por la labor. Ya les va bien cómo está la situación :(.

      2. Me ha gustado tu reflexión de que “al ser humano, por naturaleza, no le gusta reconocer que le han engañado”. Es un problema que, creo, está en la base del poco espíritu crítico que hay. El saberse engañado no es un sentimiento agradable. Por lo que, creo, para hacer una sociedad menos crédula, deberíamos centrarnos en minimizar este sentimiento. Creo que tenemos demasiado interiorizado eso de que eres “tonto” por no haberte dado cuenta de que algo era falso. Y eso no debería ser así. Lo habitual es creer. Lo raro es tener espíritu crítico y además darte cuenta de los sesgos.

      3. :D. Como he comentado, supongo que tenéis razón y que se debería ir por ahí… aunque a mí no me acabe de gustar :(... pero tampoco me gustan las multas de tráfico :)

      4. ¡Vaya! Creía que en niños pequeños nunca se podía complicar tanto la varicela. Ahora estoy aún más enfadada con el gobierno :-/

      ¡Gracias a tí por compartirlo! De verdad que me ha hecho feliz tu frase de despedida :)

      Eliminar
  8. Gracia Conxi! Y si... acertaste! El libro ha ocupado todo mi tiempo estas últimas semanas. Espero ahora me de alegrías, jajaja
    Quizá ese grave problema que dices debamos analizarlo y debatirlo un poco más. Quizá seamos una sociedad que juzga y admite conceptos con demasiada inmediatez y a la que luego le cuesta cambiar de opinión. Quizá esa sea una de las raices de nuestros males. No se... a mi se me escapa, creo que debo reflexionar mas sobre el tema.
    Sigue lloviendo, seguimos aqui!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que serán muchas las alegrías que te dará :)

      Sí, a mí también se me escapa, pero es algo que me pasa (y veo que a otros también) cuando tengo que cambiar de opinión, hay una resistencia y un sentido del ridículo que no deberían de estar allá. Y que tal vez sea el origen del poco escepticismo que hay. Ahora toca reflexionar si eso tiene algún sentido...

      Eliminar