sábado, 18 de abril de 2015

Mala Ciencia: 15) El alarmismo sanitario

En este capítulo, Goldacre nos habla de la tormenta mediática que se levantó en el Reino Unido a raíz del SARM, acrónimo con el que se conoce a la infección por Staphylococcus aureus resistente a meticilina.

El tema tiene que ver con la forma que tienen algunos periodistas de tratar las noticias relacionadas con la ciencia. Según Goldacre, éstos están más interesados en ofrecer historias truculentas para mejorar la tirada de los periódicos que contar la verdadera forma en que funciona la sanidad. Para ello no dudan en mentir, bien directamente, o seleccionado ventajosamente las pruebas y tergiversando las estadísticas.

Las patrañas que se difundieron en 2005 a propósito del SARM son lo más parecido a la mera invención de bulos con lo que me he encontrado hasta la fecha.



La historia comienza cuando un periodista infiltrado que estaba escribiendo un artículo sobre el escándalo surgido por la presencia de una “superbacteria” en los hospitales, recogió diversas muestras y las llevó a un laboratorio para que las analizase. El verdadero problema fue que los resultados fueron negativos: el periodista estaba realmente preocupado porque la realidad le estaba estropeando una buena historia.

Pero esta situación no lo detuvo porque encontró una solución: llevar las muestras para un nuevo análisis a un laboratorio donde los “resultados siempre salen positivos”, ahí es nada… Este laboratorio (llamado Chemsol Consulting) era dirigido por Christopher Malyszewicz, el “mayor experto en SARM de todo el Reino Unido” según defendieron más tarde los medios de comunicación.

Bien, ante tamaño escándalo, los microbiólogos de varios hospitales se quedaron atónitos al enterarse de que sus instituciones se habían convertido en protagonistas de aquellas noticias, así que tomaron sus propias muestras y las remitieron a laboratorios de reconocida profesionalidad para confirmar las terribles informaciones. ¿Qué pasó? Pues que los resultados eran negativos: los técnicos no fueron capaces de encontrar los patógenos.

Goldacre pone el énfasis en que el problema estaba relacionado con ese laboratorio privado que recibía un gran número de encargos de periodistas infiltrados dedicados a destapar noticias sobre supuestas muestras de SARM obtenidas de centros hospitalarios, y cuyas pruebas ofrecían un número igualmente elevado de resultados positivos.

La verdad no tardó demasiado en salir a la luz: el “doctor” Malyszewicz carecía de cualificación o formación alguna en microbiología y su laboratorio no contaba con ninguna de las acreditaciones que serían de esperar de un centro analítico normal por la sencilla razón de que era un simple cobertizo de jardín.

Finalmente se destapó todo el montaje aunque los mismos periódicos que habían creado la alarma social se defendieron atacando a los que manifestaban sus críticas mintiendo literalmente.

No voy a proponer ninguna pregunta concreta para el debate porque me gustaría que cada cual exponga su opinión sobre este tema. Creo que Goldacre omite un dato muy relevante y es que existe un verdadero problema con cepas bacterianas que presentan resistencia a los antibióticos que conocemos, un problema que tenemos cerca por ejemplo con los casos de legionela. En el Reino Unido hubo verdaderos brotes de SARM, pero de ahí a lo que se denuncia en este capítulo hay un camino muy largo. Por mi parte diré que el problema que veo en esta cuestión es doble: los “periodistas” y el “microbiólogo”.

No sé si estaré equivocado pero creo que cuando Goldacre habla de periodistas en general se está refiriendo en la mayoría de los casos a quienes escriben para la famosa “prensa amarilla” británica (los tabloides sensacionalistas) porque no quiero pensar que un periodista realmente serio y profesional sea capaz de generar una alarma social de este calibre por puro interés mercantilista. En cualquier caso, para presentar esta noticia y darle más credibilidad necesitaron la colaboración de un pseudocientífico que avalase los resultados.


Lo más sangrante de este caso quizás sea la respuesta furibunda de esos mismos medios cuando la comunidad científica demostró que los análisis que hizo Malyszewicz sencillamente eran inventados. Sostener que esta persona era objeto de una persecución por querer destapar una conspiración puede sonar a risa (y desde luego la salida más cómoda), pero que tanta gente dé credibilidad a una persona que fue capaz de montar un “laboratorio” en una caseta de jardín y que vendiese paquetes de “protección” frente a las bacterias resistentes es algo que me supera.


En fin, me gustaría saber qué opináis vosotros de todo esto. 

11 comentarios:

  1. Hola Jose Luis. Gracias por el resumen, y muy bueno, como siempre (me tenéis muy mal acostumbrada ;)).

    Por lo que has dicho sobre los tabloides, he hecho una ojeada de la prensa a la que se refiere Goldacre y he encontrado:
    -Evening Standard
    -News of the World
    -The Daily Mirror
    -Sunday Mirror
    -The Sun
    Los he buscado aquí, y, a excepción del primero (que lo describe como periódico regional), el resto está en la lista de tabloides.

    No quiero generalizar, por lo que empezaré diciendo que, como en todos los sitios, hay buenos y malos profesionales, y que todo lo negativo que diré a partir de ahora es sobre los malos, los cuales se hacen notar más y muchas veces tienen más notoriedad que los buenos.

    Se me ocurren varios problemas dentro del mundo del periodismo:
    1.- Los periodistas necesitan notícias con las que trabajar, por lo que muchas veces son ellos quienes las generan, con el consecuente peligro de que se las inventen o no tengan las certezas que se deberían requerir (y por tanto, que finalmente estas no sean ciertas).
    2.- Para el periodismo es preferible una noticia que llame la atención del lector que la que no, lo cual produce muchos sesgos en la opinión pública, pues se publica (o se ensalza) más la parte sensacionalista de una historia en contraposición a la parte más tranquilizadora.
    3.- En esto también tenemos el problema de la inmediatez, que provoca que en muchos casos se dé información falsa.
    4.- También tenemos el maldito «equilibrio de posturas», que es un problema cuando se trata de hechos en los que por una parte tenemos evidencias y por otro la palabra de alguien.
    5.- Y, finalmente, tenemos que hay periodistas que escriben o hablan de cosas de las que no entienden, con los errores que ello conlleva.

    Aunque seguro que hay más, estos son los que se me han ocurrido ahora :).

    En el caso de la SARM del que escribe Goldacre, pienso que, sobre todo, tiene los problemas que describo en el punto 1, 2 y 5.

    ¡Buen fin de semana!

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  2. Me gusta como ha enfocado el comentario Conxi (y también me ha gustado el resumen de José Luis).

    José Luis, creo que lo que dice Goldacre se refiere a los Medios de Comunicación Masivos y en cierto modo lo comparto. Para explicar lo que yo opino voy a poner un ejemplo que creo que nosotros entenderíamos muy bien: Puede haber científicos mentirosos pero la Ciencia Actual trabaja de manera que la verdad se abra camino, de igual forma puede haber buenos periodistas en esos Medios de Comunicación Masiva pero dichos Medios trabajan de manera que el criterio "vender" se abrirá camino y maquillará la verdad de la manera más conveniente.

    Por si me llueven los comentarios negativos decir que creo que existe periodismo válido y que además dentro del periodismo se está produciendo movimientos para "eliminar" ese maquillaje (obsérvese que hablo de maquillaje no de hacer llamativa/emocionante/¿sensacionalista?... una noticia):
    · Existe periodismo independiente (basado en blogs) y periodistas independientes.
    · Existe periódicos que intentan no dejarse arrastrar por esa tendencia
    · Si los políticos no metieran mano podría existir periodismo público de calidad
    ...
    Como no soy un experto dejo estas reflexiones incompletas, pero creo que se entiende que me estoy metiendo con el periodismo generalista.

    Y lo que cuenta el capítulo es aberrante, no se que más se puede añadir.

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  3. Hola José Luis,

    me ha gustado el resumen y la verdad es que dejas las cosas tan claras como las deja el capítulo.

    Creo que vamos a estar todos de acuerdo en que no todos los periodistas ni todos los medios son iguales y el principal problema está en los periódicos sensacionalistas cuyo principal público son personas que ni saben ni quieren saber nada sobre algún tema en concreto, sino simplemente entretenerse/reírse/cabrearse.

    Sin embargo, estos medios no dejan de ser un modelo de negocio, y aunque suene mal, es igual que el modelo de las farmacéuticas, o el modelo de la alimentación o el del transporte ferroviario por poner unos ejemplos. Me explico:

    Una persona o un grupo de personas encuentran un nicho de negocio, que en el caso de estos medios es entretener y crear polémica. Si encuentran el nicho es porque hay personas que van a consumir el producto, si no lo harían (pasa lo mismo con cualquier tipo de negocio). Para llevar a cabo ese negocio tienen que invertir en medios técnicos (ordenadores, impresoras, luz, papel, tinta,…) y en medios humanos. Todo esto tiene un coste que tienen que recuperar y además conseguir beneficios (vaya negocio sería si no se buscan beneficios). Si el negocio consiste en crear polémica para vender más periódicos, lo van a hacer sin ningún problema, y esto en mi opinión es legítimo, ya que no hay nada que lo prohíba.

    Conclusión, si hay alguien que va a consumir algo, se hace y punto (siempre que esté dentro de la legalidad, por supuesto). El problema es que existe esa gente que lo va a consumir. ¿Cómo evitarlo? Diría que educación, pero si esa gente lo que busca es precisamente la polémica y el entretenimiento banal, por mucha educación que se haga no se conseguirá nada…

    ¡Buen fin de semana!

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    1. Hola Jorge! La verdad es que tu planteamiento me sorprende…

      Según tú, ¿el problema está en que la gente quiera entretenerse/reírse/cabrearse con las noticias?

      Entonces, si las noticias, aunque sean presentadas de forma sensacionalista y entretenida, se ajustan a la realidad, y se tratan dando mayor importancia a las evidencias que a la palabra de cualquiera, en este caso, ¿para tí el problema seguiría existiendo? Es que tal vez se me escape algo, pero si fuera así, no veo las consecuencias negativas de esto.

      ¿Seguro que el problema no está en lo que contienen las noticias? Pues los lectores que quieren entretenerse/reírse/cabrearse su único “delito” es confiar en que la información se ajusta a la realidad.

      ¡Saludos! :)

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    2. Hola Conxi,

      en realidad no se te escapa nada, he utilizado mal la expresión “el problema es”, porque en realidad no es un problema. Todos son libres de entretenerse con lo que quieran.

      Tampoco estoy de acuerdo del todo (aunque algo sí) en que sea lo que dices de que el problema está en lo que contienen las noticias. Para mi estas noticias están sectorizadas por dos cosas: una por los intereses de quien la publica y otro por los intereses de a quien están dirigidas.

      No sé hasta que punto el origen del periodismo o la acción de informar, se basó en ajustarse a la realidad o no. Quiero pensar que sí (si no, para que informar), por lo que tampoco creo que sea un delito de las personas confiar en que la información se ajusta a la realidad, simplemente es lo que tienen que hacer, aunque ya sabemos que mejor dudar de lo que te cuentan, como has hecho tu muy bien con este comentario ;o)).

      ¡Saludos!

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    3. Jorge entiendo tu argumento pero me pregunto qué pasa cuando esos medios entran en terrenos resbaladizos y "sensibles" como la salud. A ver, si a raíz de estos artículos (que recordemos fueron utilizados para lanzarse sobre el ministro de sanidad, los responsables de los hospitales, médicos etc.) la gente deja de confiar/acudir a los hospitales por miedo y se genera una situación de alerta sanitaria ¿qué hacemos?

      Por más que estos medios de comunicación tengan un perfil concreto (sensacionalistas) y sea legítimo el enfoque que dan a las noticias, no dejan de tener una responsabilidad con la sociedad, más aún cuando se da la paradoja de que suelen ser los más leídos...

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    4. Entiendo el problema, pero sólo podemos, los ciudadanos, pedir a los medios responsabilidad para con la población, en ningún caso exigirla ya que estaríamos en contra de la libertad de prensa y libertad de expresión (que dicho sea de paso, me gustaría que dichas libertades fueran un poco recortadas para evitar esos problemas)

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  5. No sé, quizás me estaré radicalizando bastante, pero yo metía al "microbiólogo" una temporada a la sombra por lo que hizo... y a los propietarios de los medios de comunicación una bonita y cuantiosa multa por publicar mentiras sobre estos temas. Creo que las cuestiones de sanidad/salud pública deben tratarse con mucho respeto por el daño que pueden hacer...

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    1. Opino igual. Una pregunta:
      ¿En nuestro ordenamiento jurídico si unos medios de comunicación actúan así se les puede hacer responsables de los problemas sociales generados y por ello tener que pagar indemnizaciones?
      Si la respuesta es sí pero que es difícil de demostrar tengo una segunda pregunta:
      ¿Podría ser el acusador la fiscalía y el estado buscar la compensación por la difusión de bulos?

      Saludos José Luis

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  6. Perdón por la desaparición, tenía que preparar un fiestecilla de ciencias. Me reincorporo con ganas.
    Buen trabajo José Luis
    Está bastante claro que si los "tabloides" publican noticias sin perder tiempo en confirmarlas mínimamente es porque les sale rentable, como indica Jorge. Después defienden a su fuente y si no era cierto pues a otra cosa, increible, ahora le doy la razón a Conxi.
    También apoyo la moción de dar un descanso al de los análisis. Pero lo de que se ensañen incluso con el gobierno por investigarlo me deja perplejo. Sinvergüenzas.
    Me paro un momento en la parte en la que llaman a los medios que publican sobre la parición del SARM, "tienes que llevar la muestra a este tipo, allí te sale siempre positivo". Eso ya debería ser delito porque saben que algo pasa con los análisis y siguen encumbrando al personaje y dando bombo a unos resultados que ya huelen mal.
    Entiendo a Goldacre, vaya periodismo. Y no creo que por aquí les saquemos mucha ventaja...

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