Hola a todos.
Antes de empezar, GRACIAS A TODOS.
Gracias porque esto de #TertuliasCiencia me parece algo
GENIAL y… #TertuliasCiencia no sería posible sin vosotros. GRACIAS
Y ahora al asunto.
Lo primero. ¡Me ha encantado el capítulo! Me ha encantado
porque me ha hecho recordar lo bella que es la química, me ha recordado esos
tres años de química orgánica que cursé en la Universidad.
Pero ¡me ha costado! Me ha costado porque existe cantidad de
terminología bioquímica que no manejo con soltura y al final me lía un poco (¡o
un mucho!).
He de decir que, conforme leía, me imaginaba átomos unidos
en movimiento y moléculas que evolucionan choque tras choque. Las continuas
referencias a la temperatura me informaban de lo deprisa o de lo lentos que se estaban
moviendo los reactivos.
Cuando el autor hablaba de que no tenía la suficiente
energía para producirse un producto a una determinada temperatura y de que a
temperaturas más altas ya no era estable… yo me imaginaba choques no efectivos que
dejaban los átomos unidos como estaban, quedándose la molécula inalterada; y también
me imaginaba como a alta temperatura el movimiento excesivo hacía que, si se
producía una determinada molécula, esta se rompiera.
Cuando hablaba de los catalizadores, yo me imaginaba que los
reactivos eran “cazados” por estas especies (“forzándolas” a orientarse de una
manera adecuada que facilitará los choques), o que estos generaban otros intermedios
de reacción, o…
Cuando hablaba de rendimientos, yo veía millones y millones
de moléculas de unas mismas sustancias chocando entre sí, generándose en
algunos de esos choques las moléculas buscadas, pero también apareciendo muchas
otras.
Quizás el autor no pretendiera generar esas sensaciones en
el lector, pero yo es lo que he “sentido/imaginado”. Pienso que el autor ha
redactado francamente bien este capítulo, y lo creo porque me ha resuelto dudas
y me ha hecho darme cuenta de cosas que desconocía. Me explico.
Yo no entendía muy bien cómo podían sobrevivir, las
sustancias químicas formadas en el espacio, a la entrada en la atmósfera. Pero
esa parte del texto me ha parecido genial. Conforme leía, unas dudas me eran
contestadas pero me surgían nuevas dudas. En la frase siguiente esa duda era
contestada pero… Esto me ha pasado en varias ocasiones. Bravo por el autor.
Por otro lado sabía que la vida era de “derechas o de
izquierdas” y que en condiciones químicas normales de laboratorio o industria no
fabricamos solo de un tipo, sintetizamos mezclas racémicas. Pero no había
pensado que eso era algo disonante y difícil de analizar desde el punto de
vista de la evolución “de prebiótica a bioquímica”. Me ha encantado
averiguarlo.
Y ahora el resumen.
Al comenzar el
capítulo nos recuerda como era la
Tierra primitiva.
Muy pronto se empezaron a acumular las moléculas de donde
surgiría la química prebiótica. Se cree que desde hace 3850 Ma existen
condiciones geofísicas y geoquímicas para que empezarán síntesis más complejas
a partir de esas primeras moléculas (H2O, CO2, NH3, H2,
N2, CH4, CO, H2S…).
Existió antes un periodo que podría haberlas creado (entre
hace 4400 Ma y 4000 Ma) pero no hay evidencias de que ocurriera. Además entre
hace 4000 Ma y 3850 Ma hubo un bombardeo masivo de meteoritos y núcleos de
cometas que pudo haber esterilizado, o incluso introducido moléculas orgánicas
desde el espacio (un cálculo del 1992 estima que cayó en esa época más materia
orgánica del espacio en la Tierra
de la que existe en la actualidad).
Lo dicho, se cree que la química prebiótica empezó hace unos
3850 Ma.
Continúa hablándonos
de Miller y de Oró.
El experimento de Miller fue revolucionario (publicado en
Science en 1953). Sintetizó materia orgánica compleja (incluyendo algunos
aminoácidos, los constituyentes de las proteínas) partiendo de los componentes
que se suponía que había en esa Tierra primigenia. En la actualidad se han
mejorado los experimentos “tipo Miller” y se han sintetizado multitud de
aminoácidos, pero dependen mucho de las condiciones de partida (son muy
dependientes por ejemplo del tipo de atmósfera que se supone que habría).
Los experimentos de Oró en 1959 (bioquímico nacido en
Lleida) también fueron revolucionarios. Yo los desconocía totalmente, así como
también desconocía la “guerra fría” que surgió entre los dos modelos que fueron
propuestos apoyándose en dichos experimentos. Oró sintetizó una base
nitrogenada (constituyente principal de los nucleótidos, que a su vez cuando se
unen forman el ADN y el ARN).
El autor nos cuenta que Muller (norteamericano) presentó un
modelo de “nacimiento de la vida” a partir de una cadena de ADN que empezó a
realizar funciones típicas de la vida: replicación, mutabilidad y metabolismo.
También nos dice que Oparin (ruso) lanzó otro modelo para “contraatacar” el
modelo norteamericano. El modelo ruso era igual de simple que el anterior, se basada
en que se formaron proteínas y estas catalizaron la síntesis de ácidos
nucleicos. En los tiempos de la Guerra Fría
todo estaba polarizado. Durante años se enfrentaron ambos modelos, pero en la
actualidad toda esta simplicidad está superada.
Después nos comenta
la hipótesis de panspermia.
El caso es que en 1969 cayó un meteorito de la familia de
las condritas carbonáceas que revolucionó el panorama. En estos meteoritos
aguantan casi intactos en su interior las moléculas orgánicas que transportan
y, tras su análisis y otros muchos estudios y cálculos (uno ya lo he comentado
antes), tomo fuerza el pensamiento de que mucha materia orgánica compleja pudo
venir del espacio (incluso algunos afirman que también microorganismos o
esporas pudieron venir, pero esa hipótesis no se mantiene por ninguna prueba en
la actualidad y la gran mayoría de los investigadores de este tema la
desechan).
Luego nos habla de los
aminoácidos zurdos y los nucleótidos diestros.
Nunca había pensado que esto es algo difícil de hacer
encajar en la química prebiótica, pero cuando lo he leído no me ha sorprendido.
Como dije al principio, en los entornos físico-químicos
abióticos lo normal son las mezclas racémicas. Incluso en los meteoritos se han
encontrado de los dos tipos (pero en las condritas carbonáceas si que hay un
exceso de uno de los tipos… curioso ¿no?).
Para solucionar este problema se han propuesto dos modelos:
el biótico y el abiótico. El biótico nos dice el autor que es inconsistente
porque debería de haber biopolímeros funcionales homoquirales que generarán la
homoquiralidad y que rompieran la mezcla racémica. El abiótico es más
consistente y se están buscando mecanismos físico-químicos que lo hagan
posible; algunos de estos mecanismos se basan en la destrucción de uno de los
quirales y otros se basan en el azar (azar al principio, por ejemplo que
saliera un exceso de uno y desde esa primera formación, mediante mecanismos
bioquímicos posteriores, fuera progresando esa opción).
Dentro de este apartado, el autor se pregunta ¿cómo
aumentaría nuestro conocimiento si encontráramos vida en otra parte del
Universo y analizáramos su quiralidad?
Para terminar nos
habla de los avances en la química prebiótica.
· En la actualidad, mediante experimentos a partir de las
moléculas simples que se supone que había, se han sintetizado prácticamente
todos los bio-monómeros. En ocasiones se han utilizado como catalizadores
algunas moléculas orgánicas, compuestos organometálicos e incluso catalizadores
inorgánicos presentes en rocas.
· Muchos de los aminoácidos son bastante fáciles de generar.
Pero el enlace entre aminoácidos (para sintetizar así proteínas) es bastante difícil
en el agua, Sin embargo en medios distintos de “solamente agua” si se ha
conseguido (se han buscado entornos locales sin agua: superficies catalizadoras
inorgánicas, interfases agua-bicapas lipídicas…).
· Por otro lado, para sintetizar el ADN y el ARN son
necesarios los nucleótidos (el ADN y el ARN son secuencias de nucleótidos). Los
nucleótidos están formados por la unión de un grupo fosfato, de la desoxiribosa
(ADN) o la ribosa (ARN) y de una base nitrogenada. Pues para sintetizar los
nucleótidos se tuvieron problemas cuando se intentaron generar sus tres
constituyentes y luego unirlos (problemas con la ribosa, problemas con la
existencia del grupo fosfato… pero sobre todo problemas para unirlos
adecuadamente en medios abióticos). En el 2009 el panorama cambió porque se
generó un nucleótido sin pasar por los estados intermedios de ribosa y base
nitrogenada.
Por cierto, cuando se han sintetizado las bases nitrogenadas
en condiciones abióticas aparecen muchas más de las que tienen los seres vivos.
Por ello algunos piensan que el “código genético inicial” pudo contener más
letras, y que ahora solo quedan las más “adaptadas” al entorno químico y físico
existente.
· Con respecto a las moléculas anfifílicas necesarias para
formar las membranas los experimentos han demostrado que se pudieron formar.
Propuesta de debate:
¿Es realmente tan importante la contribución de Oró? Y de
ser así ¿cómo es posible que en España no se utilice mucho más esta figura para
incentivar carreras científicas?
Nota final:
espero disculpéis todos los errores que seguro tiene el resumen. Me ha costado
mucho resumir e intentar dejar lo más significativo. Yo no soy bioquímico y me
lío con su terminología, todo se mezcla en mi cabeza. Arreglar los errores en
los comentarios, please!