He estado tentado a poner como resumen:
“Leed el capítulo”. Me parece que es de los más completos que he leído hasta el
momento. Pero tiene muchísimas ideas y me ha parecido difícil de resumir sin
intentar dar una interpretación propia del texto. Al final creo que he dado mi
interpretación y quizá esté equivocada. Además del debate propuesto, me
gustaría que contarais la interpretación que habéis sacado vosotros, si es que
es diferente a la mia.
El capítulo empieza con algo que me ha
llamado mucho la atención sobre como actúan los magos: no repetir el mismo
truco dos veces de la misma manera delante de las mismas personas, para no dar
pistas.
Los magos cambian la manera en la que
ejecutan los trucos cuando los repiten. Esto se debe a que nos acostumbramos a
las acciones repetidas de modo parecido, y de esta manera, no nos fijamos en
los detalles.
Si el truco se realiza una vez,
intentamos averiguar como lo ha hecho. Al realizarlo otra vez, el público tiene
ya unas expectativas creadas. Si lo hicieran de la misma manera no habría
sorpresa, pero al cambiarlo consigue sorprendernos. Y esto es así porque
nuestro cerebro realiza predicciones.
Al nacer, los bebés no tienen una
representación concreta del mundo. Son conscientes de algunas cosas (luz,
oscuridad, gravedad), pero la gran mayoría de lo que les rodea carece de
sentido. Cada experiencia que tienen se graba en el cerebro a través del
desarrollo cerebral por medio del establecimiento de nuevos circuitos neuronales.
Esto es lo que conocemos como plasticidad cerebral. No sólo le pasa a los
bebés. Cada vez que aprendemos algo nuevo nuestros circuitos se modifican y son
estas modificaciones las que nos hacen crear modelos de nuestras expectativas
basadas en la experiencia, que no deja de ser las percepciones que recibimos a
través de los sentidos.
Cada vez que percibimos algo nuevo
nuestro cerebro lo compara con lo que tiene almacenado. Si la percepción de la
experiencia es diferente a lo que sabemos, existe una contradicción y es cuando
surge la sorpresa o el conflicto, ya que nuestro cerebro tiene la extraña
capacidad de conseguir que creamos antes a nuestras expectativas que a
cualquier otro hecho o afirmación que las contradiga. También ocurre lo
contrario, si el hecho o la afirmación es falso, pero coincide con nuestras
expectativas no nos plantearemos la falsedad.
¿Y esto por qué es así? Por que el
cerebro, al igual que el resto del universo tiende a estar en un estado de
mínima energía. Pensar o cuestionarnos algo que contradice lo que sabemos le
cuesta energía al cerebro. Normalmente es más fácil centrarnos en cosas que nos
interesan más que gastar energía en llevarnos la contraria a nosotros mismos.
Esto nos lleva a habituarnos a ciertas
cosas. La habituación en neurociencia se define como un proceso neuronal de
plasticidad sináptica que es la propiedad
que emerge de la naturaleza y funcionamiento de las neuronas cuando éstas
establecen comunicación, y que modula la percepción de los estímulos del medio,
tanto los que entran como los que salen (Wikipedia).
No sólo la habituación nos condiciona,
sino que las expectativas, y como nuestro cerebro se adapta a ellas, nos
predispone a que cualquier todo lo que tenemos grabado en nuestro subconsciente
influya en nuestro comportamiento ante cualquier estímulo. Esta predisposición
nos causa muchos de los problemas, sobre todo psicológicos, que sufrimos: hace
que cualquier situación que no cumpla nuestras expectativas nos deje
insatisfechos.
Estas insatisfacción debida a las falsas
expectativas juega el mismo papel que los prejuicios y los estereotipos. El
resultado es que generamos situaciones que no son reales.
En todo esto, se puede establecer una diferencia
muy clara entre niños pequeños y niños mayores o adultos. El cerebro de un niño
pequeño es parecido a un lienzo en blanco y no tiene expectativas, ya que sus
conexiones cerebrales se están formando con cada experiencia. Al no tener
expectativas, cuando les realizas un truco de magia, se lo creen tal cual. No
hay explicación, es magia y la magia existe.
Sin embargo, el cerebro no es tan blanco
como podría parecer. En los comienzos de la investigación en este campo se
pensó que así era y que la experiencia construye su cerebro y su conocimiento
del mundo. Posteriormente se ha visto que no es así ya que tienen un
rudimentario conocimiento matemático y del lenguaje. Diversas investigaciones han demostrado que tienen
una comprensión básica de estímulos físicos (como se ha mencionado antes:
gravedad, luz, contigüidad de los objetos) y siendo muy pequeños son capaces de
distinguir entre objetos, es decir, los pueden clasificar o categorizar.
Hay investigadores que se dedican a
estudiar lo que se llama la teoría de la
mente, esto es, la capacidad de un individuo para percibir el estado
interno de otra. Los magos son perfectamente conscientes de esta teoría de la
mente y la utilizan a su favor para controlar nuestra mente.
Existe un test llamado test de Sally-Ann, que
intenta averigua en que momento aparece la teoría de la mente en los niños. Los
niños muy pequeños no pasan este test y suele ser necesario que alcancen una
edad de 6 ó 7 años para que lo pasen.
También se puede establecer una
distinción entre niños pequeños y adultos en lo que se refiere a la capacidad
de prestar atención. Existe la creencia de que los adultos podemos prestar más
atención que los niños, pero en realidad es al contrario. Los adultos nos
centramos en algunas cosas que suceden y dejamos de prestar atención a todo lo
demás, Los niños observan todo lo que les rodea, lo importante y lo que no, ya
que al no saber como funciona el mundo intentan recoger toda la información
posible.
El proceso cerebral de la atención es
interesante. Atendemos porque existen unas neuronas inhibidoras que suprimen
las neuronas de las regiones periféricas que pueden distraernos. Es decir, nos
fijamos en algo y lo demás no nos distrae porque nuestro cerebro simplemente es
incapaz de recibir esa información.
La percepción del tiempo también
establece una distinción entre niños y adultos. Los niños no son capaces de
anticipar el futuro porque no tienen un flujo de la consciencia. Al crecer, ese
flujo se desarrolla y se crea una percepción continua del tiempo. El mundo que
perciben, se ordena.
Todo esto lleva a la conclusión de que
sólo cuando se frustran nuestras expectativas se crea la magia, pero es
realmente difícil crearse expectativas. El proceso es largo y cuesta energía. Y
yo añado también, que cuesta dinero. Y si no que se lo pregunten a cualquiera
que haya estudiado una carrera/grado/etc. para aprender, modificar sus circuitos
cerebrales y crearse expectativas.
Por último, para el debate. Hace mucho
que no discutimos sobre pseudociencias, política, economía… creo que en este
capítulo se tratan aspectos como la creación de expectativas o las
percepciones, sus mecanismos cerebrales y lo más importante, su evolución desde
niños a adultos.
- ¿Creéis que cuando un político, economista o pseudocientífico habla convencerá más o menos según estemos desarrollados cerebralmente o en base a nuestras experiencias previas?
- ¿Creéis que se podrán desarrollar mecanismos o terapias para cambiar las expectativas de los políticos y demás en lugar de que ellos intentan cambiar las nuestras?
- Si cada uno tenemos nuestras expectativas, ¿tendremos alguna vez gobierno a pesar de lo que nos cuentan los políticos o mejorará la situación económica a pesar de lo que cada organismo os cuenta o seguirá eternamente el enfrentamiento entre ciencias y pseudociencias?